Así ha sido la demolición de la chimenea de la central térmica de Endesa en Andorra

Para la voladura de la chimenea, una de las tareas más complejas del proceso de desmantelamiento en el que se encuentra la instalación, se han empleado 265 Kg de explosivo.

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Endesa
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La central térmica de Andorra se encuentra al 65 % del proceso de desmantelamiento. Mientras se están llevando a cabo estos trabajos, Endesa está desarrollando un plan de futuro que tiene como objetivo reavivar el tejido industrial con una inversión de 1.500 millones de euros y la construcción de 1.843 MW de potencia renovable, que generará más de 6.300 empleos en la etapa constructiva y 370 empleos directos ligados al proyecto renovable.

Endesa ha procedido hoy a la voladura de la chimenea de la central térmica de Andorra, un paso más en el proceso de cierre y desmantelamiento de las centrales de carbón que la compañía está llevando a cabo y que completará en la península en el año 2027.

La demolición de la chimenea de la central, junto con la voladura de las tres torres de refrigeración llevada a cabo el pasado mes de mayo, ha supuesto un hito, no solo por el simbolismo de la estructura sino también desde un punto de vista técnico. Para la realización de la actuación ha sido necesario diseñar un exhaustivo procedimiento con el objetivo de garantizar unas condiciones absolutas de seguridad y efectivas de demolición. Esta misma prevención se está aplicando en todos los procesos que conforman los trabajos de desmantelamiento y demolición de la planta.

En el caso de la voladura de la chimenea el proceso ha sido aún más complejo, ya que ha estado soportado por un proyecto específico en el que se ha analizado estructuralmente la afección de los trabajos preparatorios, así como la dinámica de la voladura, su secuencia, dirección de caída, medidas mitigadoras de las afecciones, medidas de vibraciones y puesta en seguridad de todos los elementos y estructuras afectadas.

Para la demolición se han utilizado 170 detonadores no eléctricos, 108 conectadores de superficie, 8 detonadores no electrónicos y 265 Kg de explosivo, que se han colocado en la estructura mediante taladros distribuidos para dirigir la caída en la dirección planificada. En el proyecto se ha fijado un radio de seguridad de 600 metros.

La demolición se ha realizado mediante el empleo de pequeñas cargas confinadas de explosivo en barrenos de pequeña longitud con el objeto de conseguir una cuña desestabilizadora. El empleo de explosivos es el procedimiento más seguro para demoler estructuras esbeltas y especiales, siempre que el entorno lo permite. Para facilitar el proceso de caída se realizaron, durante las semanas previas, trabajos de corte con diamante en la base de la chimenea.

La voladura ha producido alrededor de 25.000 toneladas de residuos (básicamente hormigón), que serán gestionados de acuerdo con la normativa medioambiental. Estos residuos serán valorizados en obra al ser usados como material de relleno por su carácter inerte, en cuanto al residuo del hierro que constituía la armadura del hormigón armado, se revalorizará para su posterior uso.

Para minimizar la afección del polvo derivado de la explosión se han instalado en la dirección de caída 4 piscinas de 220 metros cúbicos de capacidad que contenían agua de lluvia y procedente de los propios procesos de la central.

La chimenea de la central tenía 343 m de altura, 23,5 m de diámetro en su base y 9,5 m de diámetro en la coronación. Fue construida entre 1978 y 1979 en hormigón y su peso aproximado era de 25.000 toneladas.

Trabajos de desmantelamiento

La central térmica de Teruel (Andorra), construida entre los años 1974 y 1979, ha estado más de cuatro décadas operativa, creando un vínculo muy arraigado en la zona. Una vez que Endesa solicitó el cierre de la central en 2019, inició su proceso de desmantelamiento y la elaboración de un plan de futuro para la zona que contempla la implantación de nueva industria y el desarrollo de 1.843 MW de nueva potencia, esta vez, renovable.

El desmantelamiento de la central térmica Teruel, es una operación de gran complejidad técnica que está movilizando ingentes recursos: alrededor de 250 personas de mano de obra directa, se están ocupando de los trabajos hasta su finalización en 2025. Como acompañamiento, Endesa ha promovido cursos de formación en Prevención de Riesgos Laborales en trabajos de desmantelamiento y operación en instalaciones industriales, de la que se han beneficiado 170 personas de la zona con el fin de promover la contratación local de personal especializado, una acción que ha permitido formar a más de 2.000 personas en toda España para diferentes cualificaciones relacionadas con nuestra actividad.

El equipo humano que se está ocupando de los trabajos procede en su mayoría de antiguas empresas contratistas o de residentes en la Comarca Andorra-Sierra de Arcos y limítrofes, ya que Endesa, dentro de su compromiso con la sostenibilidad, dio prioridad en el concurso de adjudicación de la obra a las ofertas que incluyesen el mayor número de trabajadores locales.

La planificación exhaustiva y coordinación de todos los aspectos de seguridad y salud y medioambiente está teniendo carácter prioritario. En este sentido, la gestión del proyecto de demolición está siendo llevada a cabo por un equipo de alta cualificación, que es lo que requiere un cometido tan complejo como el que se está realizando en Andorra. Los trabajos siguen un minucioso proyecto, con el objetivo de evitar accidentes laborales a pesar del elevado número de personal implicado.

Desde el punto de vista medioambiental se está aplicando un sistema de demolición selectiva para segregar y caracterizar cada una de las 260.000 toneladas que conforman el volumen de la demolición. Para reducir en todo lo posible las afecciones al entorno se ha implantado un plan de vigilancia ambiental con especial atención a las emisiones y vertidos durante la ejecución de los trabajos.

Dentro del compromiso de economía circular por el que apuesta Endesa está prevista la reutilización de los residuos de hormigón para lo que Endesa ha instalado en Teruel equipos de alta capacidad para obtener una valorización completa de este árido reciclado, que se empleará en el relleno de los huecos generados en las obras, así como en la remodelación morfológica del terreno tras las demoliciones. El objetivo es revalorizar el 90% de los residuos que generen estos trabajos.

Central Térmica de Andorra

La central térmica “Teruel”, situada en Andorra, constaba de tres grupos, con una potencia total de 1.100 MW. Cada grupo disponía de caldera, turboalternador y torre de refrigeración. Completaban la instalación el parque de carbones y caliza, el sistema de evacuación de cenizas y escorias, la planta de desulfuración y la chimenea de 343 m de altura para la evacuación de los gases de combustión.

Fue construida con objeto de llevar a cabo un uso extensivo de los lignitos negros procedentes de explotaciones situadas en la cuenca minera turolense, mezclados con carbones de importación. El lignito se transportaba hasta el parque de carbones de la central y los carbones importados se transportaban por barco hasta el puerto de Tarragona y, desde allí, por ferrocarril hasta la planta. Como combustible auxiliar para arranques y apoyo a la combustión se utilizaba gas natural.

Durante sus cuatro décadas de actividad produjo 224.000 GWh, equivalentes al consumo de electricidad peninsular durante un año. Para ello necesitó 142 millones de toneladas de carbón, de las que 110,9 millones de toneladas fueron de carbón nacional y 31,7 millones de toneladas de carbón importado.

Con el fin de hacer compatibles el desarrollo económico y el uso de estos lignitos con la conservación del medio ambiente a lo largo de la vida de la central se llevaron a cabo una serie de actuaciones que conllevaron inversiones superiores a los 400 millones de euros. Como resultado de esas inversiones la central consiguió estabilizar las emisiones a la atmósfera en niveles inferiores a 1 tonelada por megavatio hora producido.

Desarrollo renovable

La central térmica de Teruel (Andorra) ha estado operativa más de cuatro décadas, creando un vínculo muy arraigado en la zona. Una vez Endesa solicitó el cierre de la central en 2019, inició su proceso de desmantelamiento y la elaboración de un plan de futuro que contempla la implantación de nueva industria y el desarrollo de nueva potencia energética, esta vez, renovable.

Andorra pasará de producir energía con carbón, a generar energía limpia con una potencia instalada de 1.843,6 MW gracias a 7 proyectos renovables hibridados, 2 proyectos de almacenamiento con baterías, un proyecto de hidrógeno verde y un compensador síncrono.

Este desarrollo renovable va acompañado de un plan socioeconómico para la zona que tiene como objetivo generar empleo y valor en el entorno de la que fuera una de las centrales térmicas más grande de España.

El desarrollo renovable planteado por Endesa para Andorra no solo es la construcción de nueva capacidad eólica y solar, sino la hibridación de estos proyectos y el almacenamiento con dos plantas de baterías, lo que los convierte en únicos ya que permite aprovechar al máximo el rendimiento de estas tecnologías, mayor calidad y seguridad energética y equilibrio en el servicio al producir el mayor número de horas posible. Las nuevas plantas renovables se ubicarán en Albalate del Arzobispo, Híjar, Samper de Calanda, Castelnou, Andorra, Calanda, Alcañiz, La Puebla de Híjar, Jatiel, y Alcorisa.

A estos proyectos se une un electrolizador de 15 MW que permitirá gestionar los excedentes de energía renovable para la producción de hidrógeno verde que ayudará a descarbonizar industrias del entorno, la construcción de una fábrica de electrolizadores, y un compensador síncrono que permitirá verter esa energía renovable con mayor calidad favoreciendo el buen funcionamiento de la red de transporte eléctrico.

Para la construcción de estas instalaciones Endesa, a través de su filial renovable Enel Green Power España, invertirá más de 1.500 millones de euros y, junto con el plan socioeconómico, generará más de 6.300 empleos en total, de los que más de 370 serán empleos directos ligados al proyecto renovable. A ellos se sumarán, una vez esté desplegado todo el plan de desarrollo socioeconómico, otros empleos estables de largo plazo. Todo ello eleva a 500 los puestos de trabajo fijos y de largo plazo que generará este plan de Endesa y sus 30 socios en 2028, lo que supone superar ampliamente los empleos directos e indirectos que generaba la central térmica.

Estas iniciativas renovables tendrán una hibridación más, esta vez con el sector primario, ya que todas las instalaciones estarán abiertas a este tipo de actividad. Endesa ya ha firmado preacuerdos con empresas ganaderas de ovino con arraigo en la zona, con empresas con actividad peletera y con empresas agrícola-ganaderas de ovino.

También se llevará a cabo agrovoltaica en los parques de Calanda, Santa María (en el municipio de Samper de Calanda) y San Macario (en el municipio de Andorra), que contarán con la colaboración de Cierpe para el cultivo de cereal, y Natur Nature para las aromáticas. En estos cultivos se incorporarán componentes de innovación y tecnología para el sector a través de la colaboración con empresas Biorizon Biotech y John Deere, con los que se han firmado sendos preacuerdos.

John Deere, líder a nivel mundial en el sector de maquinaria agrícola, con importante presencia en la zona, aportará la sensorización de los cultivos agrovoltaicos, a través de sensores y mecanismos para la monitorización de distintos parámetros de cultivo (humedad del terreno, temperatura, desarrollo del cereal, etc.). Biorizon Biotech, una empresa española enfocada en el campo de la biotecnología, que aportará su experiencia en el uso de las microalgas como abono en la agricultura intensiva y ecológica, desarrollando técnicas y procesos únicos destinados a potenciar el crecimiento y la protección de plantas y frutos.

Y apiarios solares con apicultores de la zona para la producción de miel solar gracias a las 200 colmenas que se instalarán en las plantas renovables con el mismo enfoque de valor compartido que el de la planta de Las Corchas y los Naranjos (en Carmona), un modelo de éxito reconocido en el sector. En los emplazamientos fotovoltaicos donde se coloquen los apiarios solares, se impartirán cursos de apicultura, así como actividades de apiturismo para fomento del comercio local. Para ello se ha llegado ya a acuerdos de colaboración con apicultores locales.

Plan de acompañamiento socioeconómico

El desarrollo industrial ha sido también una de las claves del proyecto de Endesa. Empresas como Soltec, Pretersa,  Capillar IT SL, o H2B2, e instituciones como la Fundación del Hidrógeno en Aragón que se han unido a la apuesta de la compañía por el futuro de Andorra.

En este sentido se han llegado ya a acuerdos con Soltec para la construcción de una fábrica de seguidores solares en el entorno de la central térmica. Esta fábrica generará 40 empleos fijos una vez esté operativa.

Endesa también ha llegado a un acuerdo con Pretersa para la ampliación de la industria de prefabricados de hormigón ubicada en La Puebla de Híjar que generará otros 80 puestos de trabajo en la zona, siendo al menos un 30% de ese empleo femenino.

Otra de las iniciativas industriales desarrollada para Andorra es la construcción de un centro de segunda vida de las turbinas eólicas que generará 32 empleos fijos, y un centro de economía circular de reciclaje y búsqueda de nuevos usos para elementos y equipos de parques renovables que lleguen al fin de su vida útil que generará otros 15 empleos.

La innovación también está presente con el proyecto de plataforma digital Smart Rural Andorra que desarrollará la empresa zaragozana Capillar IT SL, generará 24 puestos de trabajo en la zona para desarrollar un proyecto de optimización de la cadena logística de empresas del sector agroalimentario en Andorra y su comarca para conectar los centros de producción, con los centros de consumo urbano, mediante soluciones de transporte no emisoras de CO2. Para ello se creará una herramienta digital basada en la logística colaborativa que integre la oferta de los productores agrícolas conectándolos con la demanda existente en los grandes puntos de consumo mayorista.

Este es un paso más en la digitalización del entorno de Andorra a la que se une el desarrollo de 10 comunidades energéticas. Se trata de Andorra, Híjar, Albalate del Arzobispo, Puebla de Híjar, Jatiel, Castelnou, Ejulve, Molinos, Alacón y Alcorisa. En estas localidades se instalarán plantas de autoconsumo en 40 emplazamientos públicos con una potencia total de 3.000 kWp que beneficiará a 3.800 beneficiarios favoreciendo la autonomía y la eficiencia energética de estas localidades.

Como parte de este plan de acompañamiento, también se ha llegado a un acuerdo de intenciones con la empresa H2B2 para la instalación de un centro de fabricación de electrolizadores en el entorno de Andorra. Este centro de fabricación generará 15 empleos fijos una vez esté operativo.

La Fundación del Hidrógeno en Aragón tendrá un papel relevante en el proyecto de hidrógeno verde de 15 MW planteado en Andorra ya que, por un lado, participará en el diseño del electrolizador, y por otro ofrecerá formación en tecnologías del hidrógeno verde a empleados que participen en la construcción y operación del proyecto.

Plan de acompañamiento socioeconómico – Sector terciario
En el entorno de Andorra no solo habrá industria y actividad rural, sino también un proyecto de futuro que impulsa el comercio local y el turismo como protagonista. Endesa ha querido fomentar también el sector terciario como clave de actividad económica y empleo en la zona.

En este sentido uno de los acuerdos más relevantes ha sido la ampliación del Balneario de Ariño, que permitirá la creación de al menos 27 puestos de trabajo permanentes en la zona, sirviendo de atractivo turístico para la comarca. Asimismo, se ha desarrollado un proyecto de impulso rural, que tiene como protagonistas a Apicultura La Cerrada y su Museo de Apicultura de Andorra, y contará con la involucración del Hotel Santa Bárbara y la casa rural Arkha, con quienes se impulsarán iniciativas de turismo sostenible.

Endesa se ha comprometido también a construir un Centro de Investigación y Divulgación de Avifauna que impulsará una investigación de excelencia y tendrá como principal objetivo el conocimiento y estudio de las especies presentes en el entorno.

A esto se une la implantación de la “Milla verde de la transición energética”, una ruta senderista cartelizada en el perímetro de la central que conectará las instalaciones renovables y las iniciativas de sector primario del plan socioeconomico, y contará con guías locales e incorporación de catas de productos de comercio local.

En la cercana Puebla de Híjar también se podrá realizar la Ruta Val de Zafan, una ruta de referencia en turismo de la zona gracias al acondicionamiento como vía verde de la línea de ferrocarril Val de Zafán a través de la instalación de un kit fotovoltaico sobre el Puente de la Torica para conseguir una iluminación eficiente a lo largo de todo el Túnel de La Mina.

Y como todas estas iniciativas tienen la inclusión como premisa, Andorra se convertirá en el tercer pictopueblo inclusivo de España gracias a la instalación de una serie de pictogramas en el núcleo urbano de Andorra, que se realizará en coordinación con el Ayuntamiento, como municipio sensible a la discapacidad, aportándole visibilidad y atracción de un tipo de turismo en auge como el “turismo inclusivo”.

Plan de formación

Endesa acompaña este plan con un programa de más de 300.000 horas de formación relacionada con la actividad que generarán las plantas renovables, planteado para más de 5.000 beneficiarios y favoreciendo a los colectivos más vulnerables en entornos rurales como son los jóvenes, mujeres, desempleados.

El plan formativo está constituido por un primer bloque en energías renovables, que contará con diferentes cursos, de montadores de paneles solares, de operación y mantenimiento de instalaciones renovables y de instalación de solar de autoconsumo. Y un segundo bloque de formación en actividades del sector primario, que se realizará en colaboración con entidades de referencia en la zona como son AFAMMER (Asociación de Familias y Mujeres en el Entorno Rural), ASAJA (Asociación de Jóvenes Agricultores), CFP San Blas y Fundación Juan XXIII y ATADI para personas con discapacidad.

Con ellos se han definido más de 30 módulos formativos que van desde la agricultura ecológica, aromáticas, ecommerce, carnet digital, apicultura, etc. Por último, se plantea formación también en clave de inclusión, con un programa formativo diseñado con la Fundación Juan XXIII para personas con discapacidad basado en el desbroce y compostaje.

Bajo la denominación de Escuela Rural de Energía Sostenible y en colaboración con todas estas entidades se lanzarán diferentes ediciones en un calendario previsto para el período 2023-2025.

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