Sánchez pactó con Merkel el OK a los Presupuestos en su visita a Doñana
Pedro Sánchez hace tiempo que alisó el camino a los Presupuestos del Estado con los grandes países. Y en concreto, con Alemania. La negociación comenzó en la finca de las Marismillas, en Doñana, donde el primer ministro español invitó a Ángela Merkel el sábado 11 y el domingo 12 del pasado mes de agosto. Allí, Sánchez adelantó ya que la negociación tendría una fuerte carga social porque los aliados de Gobierno eran los que eran. Que sin su respaldo el resultado sería el de una fuerte inestabilidad política. Y Pidió comprensión. Y Merkel se la dio.
Merkel iba con otro propósito. El de negociar asuntos de inmigración. Unos asuntos que a ella le han supuesto un fuerte golpe en la intención de voto y que, una vez abiertas las puertas de la entrada de inmigración, difícil salida tenían. Y la canciller alemana estaba dispuesta a tener esa comprensión que pedía Sánchez. Sobre todo si España se comprometía a otra cuestión: a que lo que no se vulneraría sería el margen de déficit pactado con Bruselas.
La indicación fue recogida por Sánchez. Y, de hecho, en la reciente presentación de Presupuestos, la ministra de Economía, Nadia Calviño, no ha dejado de repetir que el déficit exigido por Bruselas no se superará. O dicho de otra manera, que si hace falta paralizar el gasto prometido por el riesgo de vulnerar el control del déficit se hará.
La canciller alemana, Angela Merkel, utilizó esa reunión para dejar claro otro asunto: que su país apoya que España llegue a acuerdos con Marruecos para controlar los flujos migratorios. Pero advirtió ya de que la política migratoria incumbe a todos los países de la Unión Europea y que, por lo tanto, exigiría que los inmigrantes ilegales fuesen devueltos a sus países de origen. Una crítica clara a la política de puertas abiertas que puso en marcha el presidente Pedro Sánchez nada más llegar a La Moncloa.
En una rueda de prensa ofrecida junto a Pedro Sánchez en el Palacio de los Guzmanes, en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), Merkel subrayó el asunto y señaló que la UE tiene graves problemas en este terreno: “El sistema Schengen no está funcionando“, advirtió, “según la teoría, ningún inmigrante ilegal debería llegar a Alemania, pero no está ocurriendo así. Hay que organizar los retornos para que los inmigrantes que no tienen derecho a estar en la UE regresen a sus países”. Y, según indicó semanas más tarde, el primer paso era que los procedentes de España volviesen a España.
Sánchez aceptó posteriormente la petición. Y España, de hecho, va a acoger a parte de los inmigrantes alemanes que envié el Gobierno de Merkel.
Y esa alianza sigue viva. Un alianza que hará difícil que Alemania apriete las tuercas a España o presione en exceso a Bruselas para que tumbe los Presupuestos. A menos que, eso sí, España desafíe efectivamente el cumplimiento del control del déficit.