Economía

Calviño tendrá poder total para controlar a los ‘gastadores’ tras apartar a la Oficina Económica de Moncloa

Nadia Calviño ha exigido condiciones para asumir el Ministerio de Economía. La primera decisión está tomada: se impone a la Oficina Económica de Moncloa que pierde fuerza. Calviño es la garante ante Europa de que el nuevo Gobierno no disparará aún más el déficit y quiere tener poder para controlar a los ‘gastadores’.

Calviño sabe que las viejas peleas entre Economía y Hacienda se pueden repetir. Pero ella es plenamente consciente de que la necesidad de España de realizar un ajuste urgente de 15.000 millones de euros antes de terminar 2019 no permite alegrías. Y que, por lo tanto, las primeras batallas por el control del gasto serán decisivas. Por eso, la nueva ministra de Economía quiere saber con quién discute y no contar con elementos colaterales que hagan aún más difícil el control de los planteamientos de gasto excesivos e inaudibles de los ministros más cercanos al partido y con mayor tentación de déficit.

Por todo ello, el Ministerio debatirá sus decisiones con el presidente Sánchez sin la voz supuestamente independiente de la Oficina Económica de Presidencia, que quedará como pura asesoría de Moncloa y no con voz propia.

Pese a ello, Calviño sabe que la pelea por el control del déficit no será fácil. Nadia Calviño defiende el cumplimiento de los deberes con Europa y el control del gasto dentro de los márgenes lógicos. Pero las políticas de gasto e ingreso seguirán bajo mando de Hacienda, con María Jesús Montero al frente –recién llegada de la Consejería andaluza– y de José Luis Ábalos en Fomento, ambos más ideológicos y con un versión más heterodoxa y socialista de la economía.

Y eso garantizará discusiones internas, tal y como ya las hubo entre Luis de Guindos y Cristóbal Montoro en el Gobierno del PP. Peleas que conoce perfectamente Calviño, que trabajó con De Guindos a finales de los 90 en la Dirección General de Previsión y Coyuntura.

La última palabra la tendrá en este debate el presidente del Gobierno Sánchez. Por eso Sánchez tomó la decisión de no crear una Vicepresidencia Económica. Por eso la Vicepresidencia actual sólo lo es política y está en manos de Carmen Calvo. Porque Sánchez quiere dejar claro que es él el que acaba decidiendo el signo final de las decisiones económicas.

Calviño quiere por todo ello evitar un exceso de contrincantes colaterales. Porque la pugna por el control del déficit será dura. Porque la reforma de las pensiones está pendiente. Porque las tentaciones de destrozar la reforma laboral por parte de los socialistas son obvias. Y porque si todo eso avanza sin control, habrá un problema con Europa.