Alemania ya estaba clasificada para los octavos de final de la Eurocopa antes de saltar esta noche al césped del Deutsche Bank Park de Frankfurt. De hecho, fue la primera selección en conseguirlo, pero debía sellar ante Suiza la primera plaza del grupo A para no encontrarse sorpresas desagradables en forma de rival duro en el primer cruce del torneo. Con un empate le bastaba y lo consiguió. El 1-1 final hizo que se cumplieran los pronósticos y los anfitriones completan una primera fase inmaculada para demostrar que son uno de los claros favoritos al título.
Sin duda, el líder futbolístico, moral y espiritual dentro del campo del equipo de Nagelsmann es Toni Kroos. Su veteranía y su ascendencia sobre los más jóvenes hacen del ex jugador del Real Madrid el faro que guía a esta selección. Y hoy no fue diferente. El mediocentro regresó a la selección para hacerla jugar, para dotar de sentido a la idea de fútbol que quiere desarrollar el joven técnico y para aportar el criterio que a él le sobra.
La primera parte de la selección alemana ha sido bastante mediocre en cuanto al juego, tan es así que al descanso los de Nagelsmann perdían por 0-1 gracias al gol conseguido por Ndoye. Lo cierto es que Kroos ha pasado bastante desapercibido a pesar de que todas las posesiones de la selección anfitriona pasan por sus botas. Pero el centrocampista no ha tenido oportunidad de filtrar ningún pase en profundidad ni de disparar a portería, todo el juego ha sido bastante plano y horizontal en los primeros 45 minutos.
Alemania despertó a tiempo
En la segunda mitad Alemania mejoró exigida por las urgencias del resultado. La derrota le daba directamente la primera plaza del grupo a Suiza, algo que se podía considerar como un fiasco para la anfitriona, que había deslumbrado a todos en su debut pero que ha ido claramente a menos. Los cambios de Nagelsmann mejoraron al equipo que se volcó al ataque liderado por Kroos que, aunque no ha brillado como es habitual, tuvo un disparo que se marchó por poco y una falta lateral que Sommer despejó de puños.
Aun así, el partido del centrocampista alemán, que está viviendo sus últimos encuentros como profesional, fue más que notable en cuanto a números. Tuvo un 93% de acierto en el pase, solo falló cinco, algo que firmaría cualquier futbolista del mundo pero que es el rango normal en el que se mueve Toni Kroos.
Por tanto, Alemania ha cumplido el trámite con muchos apuros y se posiciona como posible rival de España en unos hipotéticos cuartos de final que, según el juego desplegado hasta ahora por los de Luis de la Fuente, serían más que atractivos. Los de Nagelsmann tendrán que mejorar mucho si quieren seguir adelante en el torneo porque hoy han dejado entrever muchas carencias defensivas que Neuer y el fuera de juego semiautomático han impedido que se convirtieran en una derrota que parecía segura en algunos tramos del encuentro. Ahora llegan los cruces, ya no hay margen de error.
