Zidane entiende a Bale: él también tuvo algún arrebato de furia

Zinedine Zidane habló tras el partido ante Las Palmas de manera muy serena en torno a la expulsión de Bale. «Gareth ha pedido perdón. No está contento con lo que ha hecho», quizá siendo más benevolente de lo que debería puesto que él ha estado en alguna ocasión en la posición en la que se encuentra el galés. Porque sí, Zidane fue un grandísimo futbolista que alguna vez perdió los nervios y agredió a rivales, sobre todo para responder a provocaciones, algo que le llevó a ver la tarjeta roja en varias ocasiones.

Para recuerdo de todos quedará su ya legendario cabezazo en el pecho a Materazzi en un día señalado. Lo era porque fue durante la final de un Mundial, un partido en el que Zidane ejercía de capitán de la selección francesa, había marcado e iba a ser su último encuentro como profesional. La leyenda gala colgó las botas para siempre y lo último que hizo en un terreno de juego fue ver una tarjeta roja directa por propinar un cabezazo en el pecho al defensa italiano.

Meses después salió a la luz que Materazzi había sacado de sus casillas al crack francés tras un comentario acerca de su hermana, algo que hizo reaccionar de aquella manera a Zidane, siempre calmado durante el juego y en sus declaraciones pero que de vez en cuando sufría ese impulso que le hacía perder los nervios. Su acción con Materazzi es la más recordada por todos pero el actual entrenador del Real Madrid tuvo otras salidas de tono durante su carrera futbolística. Algunas fueron castigadas por el árbitro y otras no.

Elegante siempre con el balón de los pies, en alguna ocasión reconoció que «la elegancia no vale siempre, hay que combatir» y vaya si lo hizo. En el Mundial del 98 que acabó coronando a Francia como mejor selección con un heroico Zidane (anotó dos goles a Brasil en la final), el galo se perdió el último partido de la fase de grupos ante Dinamarca y el de octavos ante Paraguay por pisar a Faid Amin, jugador de Arabia Saudí.

Bronca con Luis Enrique

Todos recordarán también una tangana que se desató durante un Real Madrid-Barcelona en el Santiago Bernabéu y que tuvo como protagonistas, curiosamente, a los actuales entrenadores de blancos y azulgranas. Zidane y Luis Enrique se encararon de tal forma que muchos compañeros tuvieron que acercarse a separarlos para que la sangre no llegase al río aunque algunos de ellos terminaron también enzarzados.

En otra ocasión, frente al Deportivo de la Coruña, Zidane acabó expulsado por propinar una patada por detrás a Djalminha en un duelo que el Madrid iba perdiendo y que acercó aún más la Liga al Valencia de Benítez. Con el equipo blanco también vio la roja tras golpear con la mano en la cara a Quique Álvarez.

Por todo estos ejemplos, quizá Zidane comprenda mejor que nadie la reacción que Gareth Bale tuvo ante Las Palmas y que acabó dejando al equipo con diez jugadores con toda la segunda parte por delante, aunque seguro que en el vestuario le reprendió y el galés intentará que no vuelva a ocurrir algo semejante.