Vettel y el error que le ha costado el puesto en Ferrari

Ser campeón del mundo de Fórmula no garantiza un contrato en el Gran Circo. Sebastian Vettel debería haber aprendido esa enseñanza antes de sentarse a negociar con Ferrari. El alemán cobrará en 2020 la no modesta cifra de 35 millones de euros. La escudería italiana quiso que siguiese más allá de esta temporada, se sentaron y no tuvo la sensibilidad necesaria para saber que ya no era el líder indiscutible del equipo.

Charles Leclerc, su compañero en 2019, le superó en todos los sentidos la anterior temporada y se tradujo en una renovación de rojo hasta 2024 por nueve millones de euros al año. Quizá Vettel no supo leer las pistas ni lo que se jugaba. Cuando se reunió con Ferrari le ofrecieron la mitad de la cuantía de su contrato y se ofendió muchísimo.

Esa reacción era la respuesta que Ferrari necesitaba para lanzarse al mercado y encontrar un piloto más bueno, bonito y barato como Carlos Sainz. Vettel se quedó en fuera de juego, pero creía que alguien le repescaría. Red Bull, con quien había ganado cuatro títulos, le dio un portazo. Luego llegaría Mercedes, que se insinuó, pero que pronto reculó al ver que el asunto no hacía gracia a Lewis Hamilton.

«Vettel cometió un error y ahora debe suavizar sus requisitos en las negociaciones. ¿Debe ceñirse sí o sí a Mercedes o puede arriesgarse en Renault? Comprar acciones de Aston Martin y empezar una nueva fase de su carrera podría ser una opción, algo un poco inusual. Hay muchas cosas interesantes que podrían entrar en juego, y una de ellas podría ser que Lawrence Stroll tiene grandes planes para el futuro éxito de Aston Martin, y en este momento de su carrera, Vettel podría ser un gran activo para un equipo como ese en cuanto a conocimiento y experiencia», dijo David Coulthard, ex piloto de Fórmula 1.

Lo cierto es que Vettel tiene que rebajar su grandes pretensiones económicas para no quedarse en fuera de juego o verse abocado a la retirada. El regreso de Fernando Alonso –con una más que posible plaza en Renault– complica todavía más las cosas. El asturiano, que quiere volver para divertirse, sí ha entendido eso de que no hay que pedir cantidades tan estratosféricas para regresar y por eso los franceses se frotan las manos con él.