Toda la verdad del fichaje de Mejri por el Real Madrid

El Real Madrid ha roto su planificación, normalmente usualmente y previsora, de cara a la presente temporada. Salah Mejri reforzará, en cuanto concrete su salida del Liaoning Flying Leopards chino, la plantilla del vigente campeón de la Liga Endesa de cara a una campaña para la que los blancos han completado una rotación de primerísimo nivel. En un movimiento sorpresivo, pero lógico a fin de cuentas, el Madrid se hace con los servicios de un jugador que se adaptaba demasiado bien a lo que le falta a la plantilla como para dejar pasar la oportunidad.

La nómina de pívots del Real Madrid cuenta con una gran torre, Walter Tavares, que se ha consolidado como uno de los mejores de Europa –sino el mejor– en las dos últimas temporadas. Sin embargo, más allá del caboverdiano, no existían cincos puros con los que afrontar la campaña con garantías ya que Mickey, con el que la dirección deportiva y el cuerpo técnico están muy contentos, apenas pasa los dos metros y responde más a la posición de ala-pívot . En este escenario, la llegada de Salah Mejri, un espigado pívot de 217 centímetros, aportará la intimidación necesaria siempre que Tavares no esté en pista y Laso, quien ya sabe lo que puede dar, lo necesite.

La adaptación de Mejri tampoco será un problema, pues se trata de un jugador que conoce la casa y guarda buena relación con algunos de los pesos pesados de la plantilla –Felipe, Llull, Rudy–, con los que ya coincidió en su anterior etapa. A ello hay que sumar la experiencia de un jugador de 33 años que no supone un importante desembolso económico para el club y sabrá aceptar un rol secundario, al menos a priori, dentro de un elenco de estrellas con el que puede volver a luchar por conquistar todos los títulos en Europa. Es una opción claramente a corto plazo, ya que firmará una temporada asegurada con el club.

Secundario de lujo

Mejri tuvo un papel secundario en el Real Madrid entre 2014 y 2016, algo similar a lo que le ocurrirá en la actualidad. Sin embargo, las experiencias del tunecino en la NBA y en China le han aportado una dosis de intimidación superior, y lo que es más importante, una mejoría notable en la amenaza desde la línea de tres puntos, algo que le hace complementario a todos los interiores de la extensa plantilla madridista, que ya está lista con la presencia de una segunda torre en su plantilla.