Nadal no da opción a Korda y vuela hacia los cuartos en Roland Garros

Los cuartos de final de Roland Garros contarán con su gran favorito. Rafa Nadal se impuso a Sebastian Korda (6-1, 6-1, 6-2) en un partido más igualado de lo que dice el resultado pero en el que el manacorense dictó su ley en todos y cada uno de los momentos clave. Nadal no dio opción al nuevo prodigio estadounidense y finaliza la primera semana de competición con un puesto entre los ocho mejores tenistas del cuadro.

Rafa se estrenaba ante su rival por cuarto partido consecutivo en Roland Garros, como parte de un cuadro por el momento asequible, pero Korda sí sabía a la perfección lo que le esperaba ante su «ídolo absoluto» como le define el hijo de Petr Korda. «Es una de las razones por las que juego al tenis, solo por verle jugar. Es un competidor increíble. No abandona nunca en la pista. Trato de ser como él», aseguraba el joven Sebastian en la rueda de prensa previa al choque. Y la lección de Nadal, esta vez, la iba a vivir en primera persona.

Las características de Korda, alto, potente, pegador, podían servir a Rafa de prueba para compromisos posteriores –Sinner o Zverev en la recámara–, pero la desconfianza innata del manacorense le iba a permitir salir al 100% en un escenario complicado. El partido se jugaría en descubierto, sin protección al vendaval que acechaba París, perjudicial en la teoría para los efectos del número dos del cuadro.

Nadal tardó en arrancar, con un primer juego kilométrico en el que concedió dos oportunidades de break a su rival, que mostraba sus credenciales en la Chatrier. Sin embargo, la experiencia del doce veces campeón le iba a servir no sólo para salvar su saque, sino para quebrar a continuación el de su rival, con una fórmula que iba a volver a repetirse en la siguiente tanda de saques, hasta colocar el 5-0 en el luminoso. Korda haría justicia a su juego con un escaso juego en el primer parcial, cerrado por Nadal a continuación con un juego que iba a más y a más sin previsible freno.

Korda tiene buenas, buenísimas maneras, pero su progresión necesita de una mayor solidez para aspirar a cotas mayores. Aún fuera del Top 200 en la semana previa a Roland Garros, su despliegue en París le permitirá un gran mordisco al ranking, acorde con el talento de un nombre a seguir en los próximos años.

El encuentro continuaba por los mismos derroteros, con Nadal encontrando su derecha y desafiando a la lógica con unos efectos endiablados, dotados de un punto mayor de pegada. Su servicio permanecía indestructible en un segundo set en el que Korda iba a volver a conseguir el botín mínimo para no marcharse con un rosco de su ídolo. Un objetivo inútil si atendemos al segundo 6-1 del partido. Rafa, a un solo set de los cuartos.

Dudas y reacción ejemplar de Rafa

El tercer parcial iba a ser otra historia. De salida, la relajación de Rafa y el quite de complejos de Korda iba a propiciar la primera rotura de servicio al español en tres partidos. El bajón de Nadal era notable, y hasta cierto punto lógico, pero de nuevo tirando de cabeza, pudo sostenerlo para, justo después de que Sebastian amagase con un segundo break, mantener su saque y romper el de su rival, hasta en dos ocasiones.

El resultado del partido era abultadísimo, quizá demasiado para el rendimiento de Korda pero no para el de Nadal, sobresaliente teniendo en cuenta las condiciones. Sus dos primeros sets fueron de tiranía y el tercero, más de lo mismo tras un comienzo dubitativo. Un nuevo break, el tercero de la manga, iba a cerrar el partido, con dos escasas horas de juego, con la victoria del de prácticamente siempre en Roland Garros. Nadal ya está en cuartos en París.