Milagrosa victoria del serbio (5-7, 7-6, 7-6)

Djokovic revive ante Alcaraz y conquista Cincinnati en una nueva batalla histórica

Novak Djokovic se proclamó campeón del Masters 1000 de Cincinnati tras derrotar a Carlos Alcaraz en una final para el recuerdo

Alcaraz tuvo en la lona a Djokovic, perdonó, y acabó cediendo en casi cuatro horas (5-7, 7-6, 7-6)

Resultado y resumen de los mejores puntos de la final Alcaraz - Djokovic del Masters 1000 de Cincinnati

Alcaraz Djokovic
Nacho Atanes
  • Nacho Atanes
  • Redactor de deportes y canterano de OKDIARIO. Desde 2016 cubriendo la información de tenis. También baloncesto, fútbol, ciclismo y otros contenidos.

El tenis es uno de los deportes más duros que existen, sobre todo en el plano mental, y a Carlos Alcaraz le tocó vivir su cara más amarga en la final del Masters 1000 de Cincinnati. El tenista español, después de haber tenido el partido prácticamente ganado, con su rival en la lona, perdonó y acabó claudicando ante Novak Djokovic (5-7, 7-6, 7-6) en una nueva batalla histórica entre los dos mejores tenistas de la actualidad, que se extendió hasta las tres horas y 49 minutos, dejando momentos para el recuerdo y un gran aprendizaje para Carlitos, que pudo ganar en el segundo y no pudo hacerlo pese a dejarlo todo en el tercer y definitivo set.

Alcaraz, que se impuso en el primer set, donde vio como Djokovic se encontraba, aturdido y sofocado por un conato de golpe de calor, se relajo en el momento más inoportuno, dando un balón de oxígeno a uno de los mejores tenistas de siempre. Novak hizo el resto y se encargó de apuntarse en la segunda manga en un durísimo tie-break y de repetir hazaña en la muerte súbita del tercero para, rozando las cuatro horas de final, levantar su tercer título de campeón en Cincinnati.

Alcaraz y Djokovic volvían a verse las caras poco más de un mes después de su última cita, la tercera del head to head y en la que el tenista español se llevó una batalla histórica con el extraordinario premio de ganar Wimbledon. El golpe hirió a Novak, pero quedaba por ver cuánto y si le afectaría en el próximo encuentro entre ambos, ni más ni menos que una nueva final con el título del Masters 1000 de Cincinnati en juego.

El balance de la semana era opuesto para ambos, con el punto en común de la suma de cuatro victorias –de cada lado– para llegar a la final. Las más de diez horas invertidas por Alcaraz, que apuró los tres sets en todos sus compromisos, contrastaban con el repertorio inmaculado de Djokovic, que sólo sufrió, sin perder set, en el duelo de semifinales frente a Zverev. La batalla estaba servida y considerada como lo que es en la actualidad, el mejor partido del mundo, tenisticamente hablando. Sin embargo, realmente no estábamos preparados para lo que venía a continuación.

Alcaraz y el calor aturden a Djokovic

El inicio de partido fue de lo poquísimo normal que tuvo la contienda. Alcaraz y Djokovic comenzaron marcándose y haciéndose a una pista central de Cincinnati en la que, pasados los días de viento, tenían el sol y sombra como enemigo para visualizar la pelota. Dos juegos para cada uno al servicio, sin demasiada brillantez, hasta que Novak, tras sumar el tercero en su cuenta particular, se desataba con cuatro puntos magistrales que quebraban el saque de Carlos.

El envite de Djokovic era visto por un Alcaraz que no sólo no se iba a amilanar, si no que aprovecharía la irregularidad en los golpes de su rival para darle la de cal y devolverle un break mucho más importante que por la igualada en sí. Algo había sucedido en Nole, que empezaba a quejarse mientras su cara se ponía roja y la debilidad conquistaba su cuerpo.

Un pequeño mareo, fruto del calor, mermaba las posibilidades de un tenista que, sin embargo, se las arreglaría para sumar un juego más en el primer set. Una vez llegados al 5-5, Alcaraz detectó el problema y colocó sus infinitas armas preparadas para derrumbar el castillo debilitado de Djokovic, que claudicaba en el primer parcial por 7-5.

Alcaraz se relaja y resucita a Djokovic

Todo eran buenas noticias para Alcaraz, que había encontrado su derecha tras muchos días de búsqueda y sumaba también el saque a la causa. El break en el segundo set llegaría antes que en el primero y lo haría a su favor, con Djokovic en la lona y con dificultades incluso para ejercer fuerza a la hora de golpear. Era pronto para decirlo, pero tras muchos días de sufrimiento, Carlitos podía tener una velada plácida precisamente donde menos lo esperaba.

Sin embargo, con el partido en su mano, Alcaraz se relajó viendo que al otro lado de la pista estaba un Djokovic reducido, pero nunca debió haberlo hecho. Su desconexión momentánea le llevó a recuperar los fantasmas de días pasados, en forma de errores que le llevaron, sin quererlo, a dar una bocanada de oxígeno clave al tenista con más títulos de Grand Slam de la historia. En lo tangible, Novak recuperaba el break y daba vida a su partido, al tiempo que la recuperación física, vitaminas de su equipo y tratamiento del médico mediante, llegaba para poner el partido en otra esfera.

Con Djokovic de vuelta y Alcaraz sorprendido, la muerte súbita decidiría si Carlos se proclamaba campeón de Cincinnati pese al susto o si Novak alargaba la batalla un set más, con sed de revancha. Sucedió lo segundo, con la experiencia imponiéndose por la mínima al talento bruto de Alcaraz y con el púbico festejando por todo lo alto por contar con los dos mejores un set más en la pista.

Djokovic, ganador entre dos campeones

Lo del tercer set, ya superadas las dos horas de partido en su inicio, obliga a un capítulo aparte. Lo primero que hay que destacar es que ambos tenistas se zafaron de sus limitaciones con las que cargaban de sets anteriores, Djokovic en lo físico y Alcaraz en lo mental, tras la remontada, y pusieron todas sus armas en un parcial que ya es uno de los mejores del año, si no el mejor, por su connotación épica, sus vueltas y, por supuesto, por la capacidad tenística del número uno y el número dos.

Seis juegos con sólo dos oportunidades de break, ambas falladas por Djokovic, dieron paso a un carrusel de elementos extraordinarios que se fueron sucediendo entre puntazos y fallos incomprensibles. Se adelantó Novak, que golpeó la moral de un incombustible Alcaraz hasta el punto de colocarse con 5-3 y dos pelotas de partido al resto, que levantaría el español con sendos milagros que sólo él puede hacer con su combinación técnica-físico.

La respuesta de Carlos, sin embargo, no sería sólo esa, si no que llegaría, tras otros dos match-ball de Djokovic al saque con 5-4, que levantaría para hacer un break que hizo estallar el estadio central de Cincinnati, donde sin favoritos, sólo querían que la contienda no acabara. Alcaraz logró el break que mandaba el partido a una decisión de nuevo súbita, en un tie-break que, por supuesto con épica, iba a caer del lado de Novak Djokovic, quien tras casi cuatro horas de agotadora batalla, puede presumir de ser el campeón del Masters 1000 de Cincinnati 2023.

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