El día que Cristiano silenció el Camp Nou
Cristiano Ronaldo cumple este año su octava temporada en el Real Madrid. Desde entonces ha marcado un total de 371 goles con la elástica blanca. Un jugador que siempre aparece en los momentos decisivos, cuando su equipo más necesita de su calidad. Especialmente ante el eterno rival, el Barcelona, al que le ha marcado un total de 16 tantos en 25 encuentros. Pero hay uno que el madridismo recuerda de manera especial.
Aquel día será recordado como el día que Cristiano silenció el Camp Nou. Fue en la temporada 2011-12, durante un Barça-Madrid en el templo azulgrana. El portugués se echó el equipo a la espalda para liderar un triunfo vital que dejaba al Real Madrid muy cerca del título de Liga. Gracias a estos tres puntos, los blancos tocaban con la punta de los dedos su trofeo número 32 en la competición nacional. Y es que la diana de Crsitiano dejó al equipo catalán a siete puntos a falta de cuatro jornadas para el final.
Tras el gol del empate de Alexis, el conjunto merengue se rehizo rápidamente para asestar un golpe mortal al eterno rival en la pelea por el campeonato liguero. Cristiano se desmarcó y Özil se las ingenió a las mil maravillas para poner un gran pase al hueco desde el centro del campo al borde del área. El luso se lanzó rápidamente a la carrera, Valdés duda en la salida y el ‘7’ lo aprovechó para recortarle y hacer el definitivo 1-2.
Era su séptima diana en un Clásico (actualmente lleva 16 en 25 partidos). Celebró el tanto con su gesto habitual de calma, silenciando así a un Camp Nou que no quería creer lo que estaba viendo. Cristiano llevaba en volandas al Madrid hacia el título de la conocida como la liga de los 100 puntos. Y es que los blancos llegaban al choque primeros con cuatro puntos de ventaja sobre los azulgrana.
El empate habría dejado muy abierta la competición de cara a las últimas jornadas. Pero el portugués se encargó de lapidar todas las esperanzas del eterno rival con un gol de bandera, que pasó a la historia de los Clásicos. La genialidad de Ozil para dar tal asistencia, digna de un auténtico mago del balón y la calidad de CR7 para definir con esa maestría y su elegancia a la hora de celebrarlo, todavía se mantiene en la retina de los aficionados presentes aquel día en el Camp Nou.