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PRIMERA DIVISIÓN / JORNADA 5

Día Duro para el Atlético

Tremenda goleada del Valencia a una de las peores versiones de la era Simeone

La mayoría de jugadores quedaron señalados, pero el partido de Savic fue esperpéntico

La derrota llega a tres días del debut en Champions y a ocho del derbi ante el Real Madrid

El Valencia compite, el Atlético aplaude y el resultado no deja lugar a la duda. Fracaso a las primeras de cambio y a remar contra corriente en busca de un objetivo que ya se dibuja como imposible. En Mestalla se ha visto una de las peores versiones rojiblancas de la era Simeone tras un partido que ha dejado señalados a muchos jugadores, pero que ha marcado al montenegrino Stefan Savic, al que Simeone no tuvo más remedio que sustituir tras el descanso después de una primera parte nefasta. Día Duro para el Atlético, que ha vuelto a ser castigado por el ex-canterano del Real Madrid Hugo Duro, que le ha marcado ya cinco goles.

Existen motivos para que en el club se sientan profundamente preocupados a tres días del debut en Champions y a ocho del derbi ante el Real Madrid. Griezmann está desaparecido, Morata es el único delantero centro sano de la plantilla, Llorente es una sombra del que fue, Barrios no está todavía a la altura de un medio centro de un equipo de nivel y la sustitución de Carrasco parece imposible, pero lo peor, con muchísima diferencia, es la defensa. Witsel carece de velocidad, Savic es una caricatura y, para colmo, Hermoso e incluso Oblak están lejos de su mejor forma. El regreso de Giménez es la única esperanza, pero todos son conscientes de que el uruguayo no va a tardar en volver a lesionarse. El panorama es desolador.

Un terremoto sacudió la grada de Mestalla en la primera llegada del Valencia. A los cuatro minutos Canós tomó un balón en la banda izquierda sin que Azpilicueta hiciera otra cosa que flotarle y dejarle el espacio suficiente para que centrara raso al área, donde Savic falló y Witsel se dejó adelantar por Hugo Duro, ante cuyo disparo tampoco estuvo demasiado acertado Oblak. Todo un rosario de errores rojiblancos y aciertos valencianistas. El 1-0. Un jarro de agua fría para Simeone.

El gol le hizo mucho daño al Atlético, que desapareció por completo del partido. El Valencia le ganó todos los duelos individuales y el equipo se metió en un agujero negro del que no supo salir. Pablo Barrios fracasó estrepitosamente en su primera prueba de altura como medio centro, Riquelme fue un alma en pena en su  oposición para relevar a Carrasco y pronto fue evidente que estaba más cerca el 2-0 que el 1-1. A los 33 minutos Fran Pérez se deshizo de Barrios con una facilidad pasmosa y su pase lo convirtió en oro de nuevo Hugo Duro tras una respuesta lamentable de Savic y de Witsel.

El resultado era ya una losa demasiado pesada, pero aún quedaba otro disgusto por sufrir antes de echarle el telón a una primera parte de pesadilla. A los 43 minutos Lemar se arrojó al suelo chillando de dolor tras un salto en un saque de esquina y al doctor le bastó con explorarlo para comprender que no podía seguir en el partido. La centésima lesión del francés tiene además pinta de que puede ser grave. Otro más en la enfermería, y éste parece que por bastante tiempo.

Javi Galán pisó el césped por primera vez con la camiseta del Atlético como solución de emergencia. Riquelme pasó a ocupar el puesto del francés y mientras, como respuesta, Hugo Duro cerró la primera parte poniendo una vez más en ridículo a Savic. Azpilicueta evitó el desastre definitivo.

Simeone no tuvo más remedio que mandar a boxes al montenegrino tras su peor primera parte como jugador del Atlético. Tampoco Riquelme volvió de los vestuarios y se incorporaron al partido Nahuel y Correa en busca de una revolución que parecía imposible a la vista de lo sucedido en el primer acto.

Por unos instantes pareció que por lo menos el equipo podría presentar batalla. Morata remató dos veces a pases de Galán y Nahuel y obligó a intervenir a Mamardashvili. Simeone cerró los puños y miró el reloj, pero cuando levantó la vista se llevó el disgusto definitivo. Javi Guerra tomó el balón fuera del área, Hermoso tomó el relevo de Savic y se dejó driblar con una facilidad pasmosa para permitir que el canterano del Valencia tuviera el espacio necesario para acomodar su pierna y mandar el balón lejos del alcance de un desesperado Oblak. A los 53 minutos, con 3-0 en el marcador, estaba todo el pescado vendido.

El resto del partido se le hizo eterno al Atlético, que quemó las naves con Giménez y Saúl, pero sin ningún éxito. Tan mal lo hizo el equipo que incluso Gil Manzano fue intrascendente. Ha sido una tarde para olvidar, pero no queda tiempo para lamentarse porque a la vuelta de la esquina espera la Lazio y no se puede repetir un desastre como el de hoy.