Carlos Alcaraz, el heredero del tenis español que no se parece a Nadal
Carlos Alcaraz es la nueva gran aparición del tenis mundial. El tenista murciano de 16 años ganó su primer partido ATP en Río de Janeiro y deja abierta la posibilidad de que España cuente con una figura similar a Rafa Nadal, aunque el tenis de Carlos se asemeje más al de Federer que al del propio Rafael
El tenis es uno de los deportes –sino el que más– en el que consagrarse como potencia a lo largo de los años resulta más complejo. Naciones como Estados Unidos, Australia o en menor medida Suecia, dominantes en el palmarés histórico del deporte rey de la raqueta, adolecen desde hace años de una figura que se encuentre en posición de dominar el circuito y sus grandes torneos. España, con un extraterrestre como Rafael Nadal que redujo de forma involuntaria las carreras dominantes de Carlos Moyá, Juan Carlos Ferrero o David Ferrer, se enfrenta a otra aparición que en términos de precocidad y talento invita a pensar en lo más alto. Carlos Alcaraz (Murcia, 2003), ya ha puesto su primer sello en el circuito ATP ganándose un pseudónimo, el de nuevo Nadal, que le perseguía desde hace unos años, en los que forjó unas cualidades tenísticas que, paradójicamente, le alejan de forma diametral de lo que los aficionados españoles esperan que sea.
Alcaraz, pupilo de Juan Carlos Ferrero en la escuela de tenis Equelite, logró su primera victoria ATP en el torneo de Río, de categoría 500 y en el que entró merced a una wild card. El murciano, distinguido por su tenis agresivo y su voracidad en pista, no se amedrentó ante todo un especialista como Albert Ramos, a quien venció en un encuentro épico decidido en el tie break del tercer set, muerte súbita a la que Carlos acudió tras levantarse de una situación límite –0-3 y 0-40 en el parcial– para imponerse a un jugador que sabe lo que es llegar a una final de Masters 1000 en tierra batida, superficie del torneo paulista.
Las más de tres horas y media de duración del partido ante Albert Ramos sirven para entender un poco mejor cuál es el estilo de juego de la gran perla del tenis español y comprobar cómo ni el propio Carlos quiere asemejar su tenis al de Rafa Nadal. “A mí me gusta jugar agresivo, con muchos winners. Más o menos como Federer”, aseguraba en declaraciones para la ATP que ahora resuenan de la mano de una victoria de tronío, la primera de la historia para un tenista nacido en el año 2003 en el primer nivel competitivo.
Si la voluntad de Alcaraz es parecerse a Federer con sus ‘winners’, lo completo de su paleta de golpeos, así como su movilidad, elástica, resistente y explosiva, hace que algunos de los que le conocen le comparen con el otro grande del big three, Novak Djokovic, con el que comparte un revés a dos manos en el que aúna potencia y direcciones, todavía con un importante margen de mejora.
El potencial que atesora Alcaraz no pasa desapercibido en términos de ranking –ocupará un puesto entre los 350 mejores el próximo lunes–, así como tampoco para las marcas. Después de cuatro años vistiendo Lotto, la multinacional Nike, que ya firmó a Nadal cuando sólo era un niño, selló su nuevo contrato con Carlos, quien también está apoyado por Babolat, la marca de raquetas del doce veces campeón de Roland Garros.
La mentalidad sí es de Nadal
Carlos no es Rafa en lo estrictamente técnico y táctico, pero sí ha sacado cosas de la referencia nacional en la mentalidad, lo que le diferencia del resto de tenistas de su generación. Muy maduro y obsesionado con el trabajo, Alcaraz sí recuerda a ese primer Nadal que no se amedrentaba ante rivales superiores en edad y ranking. Luchador hasta la extenuación, esa capacidad de no rendirse y pelear hasta la última pelota es posiblemente, la mejor de todas las que acumula un jovencísimo tenista que ha comenzado 2020 lanzado y apunta al cielo en los próximos años. Paciencia e ilusión con Carlos Alcaraz.
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