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Su marcha ha generado un impacto más que negativo

El Barcelona y la Liga todavía lloran por Messi

La marcha de Leo Messi al PSG ha generado un impacto negativo en el Barcelona y en la Liga de Tebas difícil de superar a corto plazo

El club ha perdido valor de marca, reduciendo sus ingresos por patrocinios, ventas de camisetas, entradas y abonos, mientras que la Liga ha perdido interés y calidad, teniendo que revisar a la baja los derechos televisivos

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La salida de Leo Messi del Barcelona se puede catalogar ya como desastrosa tanto para el club como para la propia Liga. Había mucha incertidumbre respecto a qué sería del conjunto culé el día en el que el jugador más importante de su historia abandonase el club. Superados ya los tres meses de su marcha, se pueden sacar las primeras conclusiones y ninguna es positiva.

La gravísima situación económica por la que atraviesa la entidad dirigida por Joan Laporta impidió que se pudiese renovar el contrato del astro argentino. La normativa de la Liga no contemplaba la posibilidad de que, dadas las cuentas de los azulgranas, pudiese ampliar la vinculación del jugador. Una situación que ha acabado siendo más ruinosa si cabe tanto para el club como para la competición.

La crisis del Barça en términos financieros se ha visto más agravada aún. Los problemas impidieron que los blaugranas atasen a un sustituto top, lo que les ha llevado a iniciar una dinámica más negativa si cabe. A ello se suma un descenso considerable de ingresos, una pérdida de valor de marca que se estima cercano a los 140 millones de euros y un enorme impacto en la afición, a la que este equipo apenas les motiva.

Los ingresos del club han caído en todos los ámbitos. Las ventas por merchandising y camisetas se han reducido de forma considerable, al igual que la venta de ticketing y de abonos. Para esta temporada, más de 26.000 abonados han renunciado a renovarlo, acogiéndose al periodo de excedencia propuesto por el club. Esto se traduce en entradas pobres en el Camp Nou, como se pudo comprobar en el último Clásico, donde se presentó el peor dato de asistencia en décadas.

El efecto Messi se ha notado en lo económico y también en lo deportivo. A los problemas que ya tenía el equipo, que lleva sin rendir al nivel exigido en Champions varias temporadas y con muchas dudas en Liga desde hace dos, se suma ahora el importante impacto de quedarse sin el mejor jugador de su historia y salvador en los últimos años.

Si el Barça se ha permitido pelear hasta el final en la competición doméstica en las dos últimas temporadas, en las que el título se lo llevaron Real Madrid y Atlético, ha sido por el desempeño de Messi. Agarrados a él y a sus 30 goles consiguieron, sin ir más lejos, el pasado curso, pelear hasta que restaban dos jornadas para el final.

En este inicio de curso se ha podido comprobar el agujero que ha provocado su marcha. Los culés marchan novenos tras la disputa de 12 partidos. Además, se encuentran a 11 puntos del líder, a seis de los puestos Champions y, aunque han mejorado su posición en la máxima competición, han estado al borde de la eliminación. Todo ello ha llevado también a la destitución de Koeman y al regreso de Xavi, esta vez para ocuparse del banquillo.

La Liga también sufre su pérdida

Pero el Barcelona no es el único de luto por la marcha de Leo Messi. Si hay alguien que lamenta también en exceso su salida, ese es Javier Tebas. La Liga sigue la misma dinámica que los culés y, pese a que estos se puedan recuperar, será muy difícil que la organización lo haga a corto plazo. A una competición cuyas estrellas más importantes se le han ido marchando en los últimos años, sólo le faltaba quedarse sin su buque insignia, lo que ha puesto de manifiesto la gran crisis por la que atraviesa el fútbol español.

Mientras que el presidente de la patronal se sube el sueldo o utiliza aviones privados para sus desplazamientos a cargo de la propia Liga, la competición que dirige se muere. La salida del argentino ha supuesto una pérdida de valor, de nivel y de interés de niveles catastróficos. Prueba de ello son las bajas audiencias que se registran y la falta de gente en los estadios tras el regreso del público a ellos.

La Liga se ha devaluado y eso hace que los operadores no quieran hacerse con los derechos de televisión para el futuro. Al menos, en las condiciones que exige Tebas. Mientras que la Premier League ha conseguido sortear a la crisis de la mejor manera posible, el organismo es incapaz de encontrar soluciones, lo que lleva a los clubes a verse en situaciones que no se daban en el fútbol profesional español desde hace una década.