Bagnaia implanta una dictadura en el Mundial

Pecco Bagnaia volvió a demostrar en Jerez que es el gran capo de MotoGP. El italiano se rehizo de los dos ceros en Argentina y Austin y consiguió una victoria «digna de número uno», como él mismo la calificó. En el GP de España tuvo que afrontar una dura remontada saliendo desde la quinta posición y pelearse con las rocosas KTM de Jack Miller y Brad Binder. No fue una tarea fácil pero el de Ducati logró un triunfo de mucho mérito que le permite recuperar su trono en la categoría reina.

Esta victoria del italiano deja claro, por si no lo estaba ya, que el turinés es el que manda en MotoGP. Con su título el año pasado inauguró una nueva dictadura en el campeonato del mundo, la de Pecco Bagnaia, que ha confirmado en las primeras carreras de 2023. A día de hoy, su gran enemigo por el título es él mismo, como se ha visto en estas cuatro primeras pruebas.

Bastianini se presentaba como el gran rival por el título, con permiso de las Aprilia y Márquez, al inicio de temporada, pero se ha perdido las cuatro primeras carreras por una lesión sufrida tras una caída en la sprint Portimao, lo cual pone muy cuesta arriba la remontada. Es cierto que Bagnaia firmó una remontada histórica el año pasado pero parece muy complicado que La Bestia pueda hacer algo igual, sobretodo teniendo en cuenta que ambos llevan la misma moto y la distancia es de 87 puntos.

El actual campeón del mundo ha demostrado en estas primeras carreras que la Ducati está a años luz del resto. Él es su propio enemigo. En Argentina se fue al suelo cuando iba segundo y peleaba por el podio mientras que en Austin se cayó yendo primero y con distancia sobre el segundo, Álex Rins. Aleix Espargaró y Maverick Viñales lo están intentado pero las Aprilia se han visto superadas también por las KTM que, a día de hoy, están un punto por delante de los de Noale. Tras ver que ni la mejor KTM del año pudo frenar al vigente campeón en el trazado jerezano, todo hace presagiar otra temporada más de dominio de los de rojo. Ducati y Bagnaia han implantado una dictadura en el Mundial y sólo un milagro podría acabar con ellos.