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PRIMERA DIVISIÓN / JORNADA 2

El Atlético se duerme en Sevilla

Desperdicia 70 minutos y va a por la victoria cuando ya era demasiado tarde

El Betis fue mejor en la primera parte, pero Oblak no hizo ni una sola parada

Preocupante baja forma de Griezmann, intrascendente en las dos primeras jornadas

El Atlético se duerme en Sevilla y se deja en el camino los dos primeros puntos de la temporada. El equipo desperdició 70 minutos y sólo demostró ambición en la recta final de un partido en el que su mejor argumento ofensivo fue un cabezazo de Hermoso tras un saque de esquina. Griezmann ha comenzado muy bajo la Liga, igual que Carrasco, y esta vez no aparecieron ni Memphis ni Morata. El único punto positivo fue el debut de Lino y Riquelme y la confirmación de que Pablo Barrios lleva camino de ser un gran futbolista. El Betis fue mejor en la primera parte, pero le faltó puntería y en realidad no obligó a Oblak a realizar una sola intervención.

Lejos de lo que había planeado Simeone en la preparación del partido, el Atlético salió aletargado al campo y el Betis no tardó en hundirlo en su propio campo. Sabaly cabalgó una y otra vez por la derecha y en el otro lado la asociación entre Abner y Ayoze penetró como un cuchillo hasta el corazón de la defensa rojiblanca. El lateral brasileño fue el primero en disponer de una ocasión de gol, al recibir en el área un pase de Ruibal, pero cruzó demasiado un disparo que Oblak siguió inquieto con la mirada.

Memphis fue el primero en levantar la vista para tratar de asaltar la zona prohibida. A los 20 minutos efectuó un movimiento de killer para hacerse sitio en el área, pero Pezzella se adelantó en el último segundo para evitar el disparo. La respuesta bética no se hizo esperar. En la jugada siguiente Ayoze hizo gritar gol a todo el estadio, pero para su desgracia fue sólo una ilusión óptica porque el disparo que salió de su pierna derecha se estrelló en el lateral exterior de la red.

Poco a poco el Atlético comenzó a amansar al Betis, que se tomó un respiro y permitió a su rival madrileño hacerse con el balón. Sin embargo, lejos de aprovecharlo los de Simeone se perdieron en un mar de imprecisiones y acabaron provocando que su enemigo volviera a la carga y acabara la primer parte metiéndole el miedo en el cuerpo. Isco y Ruibal lo intentaron con dos remates desviados y Witsel tuvo que multiplicarse en el corte pero, para alivio rojiblanco, los cinco minutos de prolongación se consumieron sin novedades. Cero a cero al descanso y muchas, muchas cosas sobre las que reflexionar en la caseta.

Uno de los intocables del Cholo fue señalado en el intermedio. Llorente se quedó en el vestuario y Pablo Barrios se incorporó al partido en busca de mayor control en un centro de campo totalmente perdido en la primera parte, pero de nuevo la primera llegada del segundo acto fue doméstica en una arrancada de Sabaly que acabó con otro disparo de Ayoze al que le faltó algo de puntería.

Preocupado por lo que estaba viendo, Simeone ordenó que aumentara la intensidad del calentamiento de Morata, Riquelme, Lino y Saúl, consciente de que el equipo necesitaba tratamiento quirúrgico para aspirar a algo más que al empate a cero. Tampoco Pellegrini estuvo quieto y el partido se agitó con cuatro cambios consecutivos. Borja Iglesias se fue al banco para que entrara Wilian José mientras que Memphis, Lemar y Carrasco tomaron el camino de los vestuarios. La confusión fue de tal calibre que en el córner inmediato a las sustituciones Mario Hermoso emergió en el punto de penalti para cabecear con potencia pero sin colocación, obligando a Rui Silva a efectuar su primera intervención en el partido.

Los cambios le sentaron bien al Atlético, que por primera vez en la noche sevillana desprendió sensación de verdadero peligro. Simeone cambió a defensa de cuatro, le entregó la responsabilidad del desborde a Lino y le pidió mayor implicación a Griezmann. En el cool break se le oyó a Pellegrini una frase lapidaria: «Hemos perdido el control del balón, vamos a recuperarlo».

El Cholo se jugó un órdago en la recta final dando entrada a Riquelme por De Paul y yendo a por el partido con el canterano, Lino, Griezmann y Morata en ataque. Argumentos suficientes como para asaltar a un Betis muy cansado que se quedó con Rodri como única alternativa válida para darle oxígeno al equipo, sobre todo cuando Pellegrini mandó al banco a un agotado Ayoze para que entrara Guardado. Un mensaje evidente sobre la importancia que le daba el chileno al punto que de momento tenía garantizado.

Nada más sucedió al final, con siete minutos por encima del tiempo reglamentario, De Burgos Bengoetxea detuvo un partido sin ocasiones que comenzó como empezó porque, en realidad, si no hay disparos a puerta es difícil que pueda haber goles. El Atlético deberá ir la próxima semana a Vallecas con otra actitud si no quiere empezar a ver desde la distancia la cabeza de la clasificación.