La asignatura pendiente que Alcaraz lleva un año sin conseguir
El murciano no gana un Masters 1.000 desde que lo hiciera el curso pasado en Indian Wells
Uno de los objetivos que lleva tiempo marcado en su agenda es el de mejorar su rendimiento en estos torneos
La agridulce hoja de ruta de Alcaraz

Todavía retumba la caída de Alcaraz ante Draper. El murciano claudicó en un partido cuyos tres sets no guardaron ninguna relación entre sí. El primero, tal vez el peor de Carlitos en lo que lleva de carrera, se lo llevó el británico por la vía rápida. El español avasalló en el segundo y volvió a desconectarse en el tercero. Cayó (1-6, 6-0, 4-6) ante el que a la postre sería campeón de Indian Wells.
El mayor peligro de Alcaraz fue el el propio Alcaraz. Se zambulló en una desconexión de esas que le suelen costar los partidos. Rara vez le sucede en Indian Wells, su coto privado de caza, aunque ante Draper le ocurrió desde el inicio y se extendió al final del partido, con un único paréntesis en el ecuador que no fue suficiente para evitar la derrota.
Acabó un reinado que extendía durante dos años en Indian Wells. Y el derrocamiento no vilo solo, trajo consigo un récord negativo para Alcaraz, que ya acumula más de 365 días sin ganar un Masters 1.000, algo que el propio Carlitos se ha fijado como objetivo a mejorar. Pretende aumentar sus prestaciones para incrementar su vitrina de Masters 1.000, algo que se le lleva resistiendo durante un años, precisamente desde que se impusiera en Indian Wells la pasada edición.
Miami, cuyo inicio está a la vuelta de la esquina, se presenta como una oportunidad para poner fin al periodo valle que atraviesa. Un torneo que ya ha ganado y en el que está en posición de sumar una gran cantidad de puntos si consigue mejorar los cuartos de final del año pasado. El sorteo del cuadro le ha deparado un camino que volvería a emparejarlo con Djokovic en unas hipotéticas semifinales.
Alcaraz se queda a medias con su nuevo calendario
En Indian Wells se confirmó que el cambio de planificación del murciano no ha terminado de ser lo productiva que se esperaba. Al contrario que en las temporadas anteriores, Carlitos declinó la posibilidad de acudir a torneos de tierra batida y priorizó los de pista dura. Alcaraz ha pasado de hacer las maletas y cruzar el charco para competir en Buenos Aires y Río de Janeiro -ambos disputados en arcilla-, a viajar a Róterdam y Doha, los dos de superficie rápida.
La elección la tomó para adaptarse a la pista que predomina en el circuito y, de paso, poder pasar más tiempo con la familia. Alcaraz es una persona familiar, que siente nostalgia cuando está imbuido en el cargado circuito tenístico. Su apuesta por los torneo de pista dura se ha quedado a medio camino del éxito. Se alzó en Róterdam con el trofeo, su primer título indoor de siempre, pero las sensaciones han ido mutando a raíz de aquel torneo.
Antes había sucumbido en cuartos de final del Open de Australia contra Djokovic y después, Lehecka reprodujo sus dudas al eliminarlo en idéntica ronda del ATP 500 de Doha. Con intenciones de revertir el rumbo aterrizó en Indian Wells, donde se había impuesto en las dos anteriores ediciones, pero volvió a desconectarse durante el partido y claudicó contra el mencionado Draper.