NUEVO OBJETIVO DEL REAL MADRID

Así juega Lemar: una zurda de oro al servicio de un futuro crack mundial

Remar
Nacho Atanes

Baie-Mahault, considerado como el pulmón económico de Guadalupe, vio nacer a una estrella francesa en pleno Caribe. Allí, el 12 de noviembre de 1995, llegó al mundo Thomas Lemar, un menudo extremo de raza negra que ha encandilado a la cúpula del Real Madrid gracias a su talento, desparpajo y una zurda llamada a dominar el deporte rey en los próximos años.

El destino le apartó de los lugares en los que la élite hace camino, pero pronto Lemar fue captado y sacado de su isla. Fue el Caen, cuna de algunos de los grandes talentos franceses de los últimos tiempos, el que le encontró y no dudó en llevarle del sol caribeño al norte de Francia, donde el teórico sufrimiento de una difícil adaptación dio pronto paso a una plausible emergencia de sus cualidades.

Lemar debutaba con el equipo azulgrana a los 17 años y dos después, el proyecto del Mónaco, cambiado para invertir en el medio plazo en vez de en estrellas consolidadas, llamaba a su puerta. No importó lo poco llamativo de sus estadísticas –por entonces jugaba más retrasado–, ese chico era especial, seguro.

En el Mónaco, su entrenador y culpable de la explosión, Leonardo Jardim, hizo unas declaraciones que llamaron –y llaman– la atención y en las que comparaba a su joven adquisición con Cristiano Ronaldo. «Los jugadores de menos de 22 años son habitualmente irregulares. Mi objetivo con Lemar es que juegue bien, no que juegue mucho. Él no está preparado aún para jugar 40 partidos por temporada. Cristiano tampoco jugaba todos los partidos con el Manchester al principio. Es el proceso de formación habitual».

En busca de la regularidad

Jardim se había sincerado y a la vez dado en el clavo con uno de los puntos a dudar en Lemar: su continuidad en los partidos. Tachado a menudo de irregular, el jugador francés cumple con las condiciones del mediapunta mágico, con calidad y tendencia a desaparecer en los encuentros, aunque esto último se ha reducido y mucho en el último año, como demuestran sus estadísticas. Thomas ronda el 1,70, pero sus números en la presente campaña son de un futuro crack. No en vano, en los 42 partidos disputados hasta la fecha, ya ha superado los dobles dígitos en goles y asistencias.

Lemar
Siempre buscando su pierna izquierda para rematar.

Lemar puede driblar, conducir e incluso defender su banda con eficiencia, pero lo que le distingue del resto de los jugadores es su pierna izquierda. El golpeo del internacional francés no está al alcance de la mayoría de los mortales, ni siquiera de los mejores jugadores de fútbol. El balón, cuando lo envía el ’27’ del Monaco, prácticamente siempre acaba en el lugar objetivo, sea cual sea la distancia o los escollos que deba superar.

Es por ello que resulte complicado ver un gol feo de Lemar, un gol sin sello propio. Él marca golazos, de falta, de volea o después de un regate, pero su zurda emite un efecto endiablado que no solo es vistoso para el espectador, sino también imposible para el portero rival.

Lemar
Impresionante parábola en el disparo de Lemar.

Y ese golpeo es su principal virtud, pero no la única. De hecho, es posible que el chut y el pase con la izquierda sean el elemento diferencial en el juego de Lemar, pero su capacidad para aparecer, tejer ataques y correr durante todo el partido son las que han enamorado al Real Madrid. Actualmente, Thomas parte como extremo izquierdo en el 4-4-2 del Mónaco, pero desde ahí no ejerce las funciones de un jugador clásico de banda, principalmente porque no lo es, aunque pueda jugar ahí y también de interior en un 4-3-3, pero es y tiene espíritu de mediapunta.

Arquitecto del ataque del Mónaco

Leo Jardim sabe que el caribeño tiene mucho más fútbol como para quedarse estático en una banda poniendo centros y ha decidido que sea él el que permita que el ataque posicional del equipo monegasco sea fluido y coherente y permita a los dos genios, Bernardo Silva y el propio Lemar, contactar a pesar de jugar en extremos opuestos del campo.

Lemar
Lemar, desde la derecha, avanza en diagonal combinando con sus compañeros.

Lemar empieza normalmente las acciones en la izquierda, pero a través del excelso manejo del balón y los espacios comienza a moverse y realizar combinaciones con los jugadores que ocupan el centro del campo y ataque, ejerciendo de nexo hasta llegar incluso a la otra banda o las proximidades del área, su escenario favorito para sacar su zurda a pasear, ya sea en forma de disparo o último pase hacia Germain, Falcao o Mbappé.

Se trata, por tanto, de un jugador con ADN Real Madrid, sin ninguna duda. Un elegido en cuestiones técnicas pero cuyo físico y mentalidad le llaman siempre a incidir en los momentos finales de la jugada. Con instinto asesino, como los James, Isco, Asensio o Modric, estrellas con las que comparte virtudes y puede que, a partir del próximo año, también hueco en el vestuario del Santiago Bernabéu.

Lo último en Deportes

Últimas noticias