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El sorprendente motivo por el que los supermercados venden flores

Seguramente te habrás dado cuenta como en los últimos años muchos supermercados y especialmente en aquellos que ocupan grandes áreas comerciales o superficies destacadas es fácil encontrar a la venta flores y plantas junto al resto de productos, incluyendo la comida, pero ¿a qué se debe esto? Parece haber una motivación más profunda que el hecho en sí de querer vender esas plantas así que descubramos ahora el sorprendente motivo por el que los supermercados venden flores.

Supermercados que venden flores

¿Por qué los supermercados venden flores? Parece que todo se debe a una estrategia de marketing en la que por lo visto, la psicología está involucrada. De hecho es cada vez más habitual ver flores a la venta en la entrada de los supermercados o en alguno de los pasillos de aquellos que como decimos ocupan grande superficies, de modo que parece que la estrategia resulta del todo beneficiosa para estos establecimientos.

Por lo visto las flores son capaces de hacer que las personas se vuelvan más «compulsivas» a la hora de comprar. Todo se debe al efecto que su aroma tiene en la nariz. Algo que ocurre también con las glándulas salivales que se activan cuando olemos precisamente la comida. De este modo, si entramos en una tienda o en un supermercado y huele a flores, puede que se despierten nuestros sentidos y con ello, que seamos más propensos a gastar.

Estéticamente las flores son bonitas. Pero no sólo eso. Al tener ese agradable aroma, a medida que nos acercamos a ellas, nuestro cerebro interpreta que estamos en un sitio que tiene «cosas buenas», es decir, cosas que debemos comprar.

Por otro lado, las flores son naturales y en esos supermercados en los que están presentes, siempre se ven frescas, lo que nos hace pensar en algo que parece absurdo pero que provoca que compremos más. En concreto, al ver esa frescura pensaremos que es imposible que los alimentos que allí venden no sean buenos y de calidad y con ello, que gastemos sin que casi nos demos cuenta.

Toda una «preparación psicológica» que nos influye y que las tiendas aprovechan para que en definitiva no sólo compremos esas flores que nos gustan tanto, sino que llenemos más el carrito de la compra.

Un hecho que en psicología se conoce como «atribución errónea» y que ocurre también en Navidad, cuando la música y las luces de las tiendas nos meten de lleno en el espíritu navideño, nos alegran y por ende, nos hacen gastar más en las compras de esa temporada.