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El refrán que todo el mundo usa en España, pero su origen se atribuye erróneamente: jamás lo dijo Don Quijote

  • Ana López Vera
  • Máster en Periodismo Deportivo. Pasé por medios como Diario AS y ABC de Sevilla. También colaboré con la Real Federación de Fútbol Andaluza.

Los refranes nunca pasan de moda. Estas frases sirven para resumir en pocas palabras una enseñanza, una actitud o una visión del mundo. Algunas de ellas están tan arraigadas que creemos saber de dónde vienen sin cuestionarlo.

Éste es el caso de una célebre expresión que en España se repite con frecuencia y que, aunque muchos la asocian directamente con El Quijote, en realidad nunca fue escrita por Cervantes.

Éste es el refrán que no aparece en El Quijote

La frase «Ladran, luego cabalgamos», o su versión más conocida en español, «Ladran, Sancho, luego cabalgamos», es utilizada como símbolo de firmeza frente a la crítica. Se pronuncia cuando alguien quiere expresar que va a seguir adelante a pesar del ruido, la desaprobación o los obstáculos. Su sentido es poderoso, y quizás por eso se le ha otorgado este origen erróneamente: El Quijote.

La expresión no aparece en ninguna parte de la novela de Cervantes. No está recogida en los diálogos entre Don Quijote y Sancho Panza, ni siquiera en forma parecida. Como han confirmado filólogos y expertos cervantistas, se trata de un mito lingüístico muy extendido.

¿Cuál es el verdadero origen de esta frase popular?

Aunque no hay una autoría única confirmada, uno de los rastros más sólidos nos lleva hasta Alemania. En 1808, el poeta Johann Wolfgang von Goethe incluyó unos versos muy similares en su poema «Kläffer»: «Sus estridentes ladridos sólo son señal de que cabalgamos». Esta línea resume de forma poética la idea de que el éxito o el progreso provocan reacciones negativas, y por tanto, son una señal de que se está en el camino correcto.

A partir de ahí, todo indica que la expresión se popularizó en distintas lenguas, y posiblemente Rubén Darío, poeta nicaragüense admirador de Goethe, la habría introducido en el ámbito hispano con su propio matiz.

Se cree que añadió el nombre de Sancho, dándole ese tinte quijotesco que contribuyó al error posterior. Además, otras teorías apuntan a que el dicho podría derivar también de un antiguo proverbio árabe: «Los perros ladran, la caravana pasa».

El valor del dicho «Ladran, luego cabalgamos» en plena era digital

El mensaje que encierra este refrán no ha perdido vigencia. En una sociedad hiperconectada, donde todo se comenta, se juzga y se critica en redes sociales, seguir adelante a pesar del ruido ajeno se ha convertido casi en una actitud de supervivencia.

Hoy en día, basta con expresar una opinión sobre política, deporte o incluso alimentación para ser criticado. El anonimato digital ha dado paso a lo que algunos llaman la «jauría virtual». En este contexto, la frase adquiere un nuevo valor como símbolo de resiliencia y libertad.

Aunque la mayoría cree que proviene de El Quijote, «Ladran, luego cabalgamos» es un refrán que nunca fue escrito por Cervantes. Su verdadera raíz se encuentra en la poesía alemana del siglo XIX y en la sabiduría popular. No obstante, su significado sigue tan vivo como siempre: mantener el rumbo, sin dejar que el ruido externo te desvíe del camino.