Historia

Jardines Colgantes de Babilonia, ¿qué son y qué significan?

Jardines Colgantes de Babilonia, ¿qué son y qué significan?
Jardines Colgantes de Babilonia, ¿qué son y qué significan?

Considerados una de las 7 Maravillas del Mundo Antiguo, probablemente te preguntes qué son los Jardines Colgantes de Babilonia. Puede que sólo recuerdes que son uno de los primeros intentos de jardinería moderna, un sello distintivo de las casas pudientes dentro del territorio comprendido por los ríos Tigris y Eufrates. Hablamos de Oriente Próximo, en la reconocida Mesopotamia.

De ellos se sabe más por los estudios, que por los pocos restos de esta cuna de la civilización que sobrevivieron hasta nuestros días. Gracias a los testimonios de escritores como Estrabón, Filón de Bizancio y Diodoro de Sicilia, podemos hacernos una idea de lo magníficos que resultaban. Incluso hay ilustraciones que intentan dejar en claro el espectáculo que representaban en esa época.

¿Quién inició los Jardines Colgantes?

Neobabilónico bajo el poder de Nabucodonosor II, que los construiría en honor a su esposa en el siglo VI a.C. No obstante, otros historiadores los fechan mucho antes, en el siglo IX a.C., bajo el poder de la reina asiria Semíramis.

Tampoco se sabe con exactitud cómo debían ser estos jardines. Se cree que fueron terrazas escalonadas sobre enormes piedras sobre las cuales caían arbustos junto a la plantación de flores y árboles.

Consideran que se levantaron usando máquinas como norias hidráulicas, a través de las cuales elevaban el agua. De hecho, incluso se han localizado ruinas de lo que se considera el Palacio del sur. No obstante, es probable que muchos restos queden enterrados bajo el río Eúfrates, pero la zona tiene muchos peligros para excavar.

Según los historiadores griegos, fue el rey Nabucodonosor II en el siglo VI a.C. el primero que insistió con la formación de jardines como agasajo para su esposa Amiti. Oriunda de Media, donde los paisajes eran muy diferentes a los de Babilonia, el monarca pretendía ofrecerle panorámicas que le recordaran a su niñez. Así fue cuando mandó a adoptar diversas especies de plantas.

Y aunque poco a poco se volvieron comunes entre los ciudadanos ilustres de la ciudad, los más impresionantes eran los del palacio. Ocupaban un área aproximada de más de 1500 m2, y llegaban a alcanzar una altura de casi 100 metros por encima del río Eufrates.

Claro, todo había sido cuidadosamente diseñado para que las variadas especies incorporadas recibieran la luz y el agua suficientes. Gracias a un sistema de galerías y contenedores de tierras soportados por columnas, cada especie podía crecer sin limitaciones. Mientras tanto, las flores aromáticas desprendían sus fragancias haciendo que se tratase de una experiencia visual y olfativa.

Lamentablemente, los jardines fueron abandonados poco a poco; y muchos de ellos destruidos por los partos en el año 126 a.C.

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