Qué es el epitelio olfativo y qué acciones realiza
Gracias a este epitelio detectamos las sustancias que inhalamos
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Nuestro organismo es maravilloso, y muchas de las cosas que somos capaces de hacer ni siquiera sabemos cómo son posibles. Normalmente se las debemos a partes del cuerpo de las que ni siquiera hemos oído hablar, pero que resultan muy importantes. Partiendo de esa premisa, hoy queremos detenernos en qué es el epitelio olfativo y qué acciones se encarga de llevar a cabo.
También conocido como epitelio olfatorio, se trata de un tejido constituido por células únicas especializadas en la quimiorrecepción. Son fundamentales para el sentido del olfato. Está al mismo nivel que el epitelio visual y el epitelio auditivo, cada uno relacionado con el sentido que le da su nombre. Y, al igual que la piel y el sistema nervioso, todos son de origen ectodérmico.
¿Cómo está compuesto el epitelio olfativo?
El epitelio olfativo es un tejido que se encuentra en la parte superior de la cavidad nasal, justamente debajo de la lámina cribosa, una porción del hueso etmoides que se sitúa en la región anterior de la base del cráneo.
Esta lámina se encentra perforada por muchísimos orificios a través de los cuales pasan los nervios olfatorios al interior del cráneo, dirigiéndose al bulbo olfatorio del cerebro.
las neuronas olfatorias son neuronas bipolares que cuentan en sus terminaciones dendríticas con un polo apical que forma cilios no-motiles, que se extienden dentro de la cavidad nasal y en los que actúan los quimiorreceptores olfativos que interactúan con las sustancias químicas del aire.
En la mayoría de los mamíferos, este tejido está compuesto de un sistema principal y uno accesorio que, junto al gusto, completan el sistema quimiosensorial. Se denomina de esa forma porque es el que recoge la información sobre las sustancias.
A su vez, dentro del epitelio olfatorio se pueden caracterizar cuatro tipos de células y glándulas productoras de secreción serosa. Entre las primeras están los receptores o neuronas olfatorias, las células cepillo, las células basales y las células de soporte.
Las glándulas olfatorias (glándulas de Bowman) se localizan en la lámina de la mucosa nasal y producen la secreción serosa que se disemina por medio de conductos que atraviesan el epitelio olfatorio hasta su superficie.
El bulbo olfatorio no forma parte del epitelio olfatorio, sino es parte del encéfalo (prosencéfalo). Es quien recibe y procesa los estímulos de las neuronas olfatorias y los convierte en información que dirige hacia estructuras superiores del cerebro.
Desde el punto de vista médico, este tejido es muy sensible y debe ser cuidado de los daños que podría causarle la inhalación de sustancias tóxicas o irritantes. Además, puede verse afectado por infecciones o lesiones físicas en la nariz por caídas o golpes.
La principal afección que padece es la anosmia, la pérdida total del olfato, que puede deberse a ciertas enfermedades sistémicas como la diabetes o las alergias. O asimismo al deterioro de estructuras cerebrales, por derrames cerebrales o producto de un ACV.
La buena noticia es que, excepto en situaciones extremas, el daño en el epitelio olfativo es temporal y logra regenerarse.
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