Curiosidades

Prohibido abrazar secuoyas: la decisión de Cabezón de la Sal para proteger su famoso bosque

El bosque recibe más de 200.000 visitantes al año

Las cortezas de las secuoyas ya sufren daños ante la presión de los continuos abrazos

Cabezón de la Sal se ha convertido en parada obligatoria para todos aquellos que visitan Cantabria. Y es que su bosque de secuoyas es, sin duda, uno de los mayores atractivos de la comunidad. Tanto que, debido a los más de 200.000 visitantes que recibe anualmente, el Ayuntamiento se ha visto obligado a buscar medidas que puedan salvar su paraje más preciado. La fotografía más realizada es la de los abrazos a las propias secuoyas, algo que ya está dañando sus cortezas y que el ayuntamiento pretende evitar.

A esta se suman otras propuestas como la de implantar un ticket de entrada o acotar los accesos diarios para controlar la cantidad de visitantes diarios. La popularidad del bosque en redes sociales ha incrementado considerablemente la cantidad de turistas que acuden cada día a fotografiarlo, siendo la imagen más famosa, como ya hemos mencionado, la de los abrazos a las más de 800 secuoyas que lo componen.

Esto ya ha ocasionado los primeros daños. Las cortezas de las secuoyas ya se pueden ver dañadas a simple vista, poniendo así en riesgo su salud. «Se están debilitando los árboles porque la gente que viene se abraza a los árboles, se degrada la corteza, incluso alguno se lleva trozos de corteza de recuerdo», ha manifestado Óscar López, alcalde de Cabezón de la Sal.

Además, de la misma manera que las cortezas, también están sufriendo daños otras partes de los árboles como son las raíces. La masificación de personas ha provocado la erosión del suelo a su paso y, con ello, el hecho de que muchas raíces ya estén quedando a la vista.

Los daños de las cortezas de las secuoyas ya son visibles (EFE)

No dar abrazos a las secuoyas: la propuesta del Ayuntamiento

De la mano de las Consejerías de Turismo y Desarrollo Rural, el Ayuntamiento de la localidad se ha puesto en marcha para poner remedio a esta masificación. Por el momento, el hecho de no dar abrazos a los árboles no es una prohibición sino una desesperada recomendación.

Desde el Consistorio proponen la instalación de pasarelas que puedan evitar que los visitantes pisen continuamente los suelos y, por consiguiente, las raíces, así como la de implantar una regulación de los accesos e incluso cobrar entrada para así poder contratar vigilancia.

El origen del bosque de secuoyas

El famoso bosque de secuoyas de Cabezón de la Sal cuenta con 848 ejemplares. Fueron plantados en 1940 en el Monte Cabezón y en absoluto tienen su hábitat autóctono en Cantabria. Su ubicación cerca de la costa es realmente sorprendente, por eso fue reconocido como Espacio Natural Protegido y declarado Monumento Natural en 2003 por ser «una especie rarísima» en Cantabria y con el objetivo de «conservar el particular paraje».

Todos sus árboles tienen una altura en torno a los 36 metros y el abrazo a sus troncos, los más altos del mundo, se ha convertido en tendencia en redes sociales entre los cientos de miles de turistas que lo visitan. Algo que está debilitando sus cortezas considerablemente y que obliga a tomar medidas antes de que sea demasiado tarde.