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En una era en la que los abuelos pasan cada vez más tiempo con sus nietos debido a que los dos padres trabajan durante todo el día, es más importante que nunca que los mayores de 70 años dejen una huella imborrable en la educación de los más pequeños. Por ello, hay un hábito que todos deberían tener.
Aunque tradicionalmente se ha pensado que los abuelos deben limitarse a cuidar de vez en cuando a sus nietos y a mimarlos, la realidad es diferente. La psicología dice que el rol de los abuelos va más allá del hecho de ser simples cuidadores: al actuar como contadores de historias, los abuelos fortalecen vínculos e inculcan valores eternos en sus nietos.
Te contamos la importancia de que los abuelos actúen como contadores de historias y algunos otros hábitos recomendados para crear vínculos sólidos con los nietos.
El hábito con el que las personas mayores de 70 años crearán vínculos con sus nietos
Narrar historias es una herramienta ancestral del ser humano. Para los abuelos, este es el hábito con el que conseguir que sus nietos se acuerden de ellos para siempre y que cimenten una serie de pensamientos y valores en su desarrollo personal y emocional.
Al compartir anécdotas familiares y otras batallitas, o simplemente al contar historias de ficción, suspense, humor o fantasía, los abuelos se muestran vulnerables, cercanos y auténticos. Esto permite a los más pequeños observar con admiración a sus mayores y sentirse, en muchos casos, parte de una historia más grande: la de su familia.
Por eso, una narración como la de un abuelo o una abuela no necesita un guion ni una estructura formal. Basta con una charla, una sobremesa, un cuento antes de dormir o una conversación durante un paseo.
¿Por qué es importante que los abuelos sean contadores de historias?
Desde el punto de vista psicológico, contar historias es una de las formas más eficaces de establecer una conexión emocional. Cuando un abuelo narra una historia con atención y detalle, el nieto se siente importante, valorado y escuchado al mismo tiempo. Esto fortalece la autoestima infantil y la creación de espacios seguros.
En una era dominada por las pantallas y un estilo de vida muy ajetreado, escuchar a los abuelos contar cómo superaron una época de dificultad o cómo vivieron sus momentos más felices o divertidos genera tranquilidad e identificación en los más pequeños.
Las historias de ficción, por otro lado, estimulan la imaginación, desarrollan la empatía y fortalecen todo tipo de habilidades cognitivas en los niños. Un abuelo que narra historias no sólo entretiene: educa, guía y deja una huella que puede durar para siempre.
Otros hábitos recomendados para que los nietos recuerden siempre a sus abuelos
Además de la narración de historias, existen otros hábitos recomendados para que los mayores de 70 años generen vínculos fuertes con sus descendientes más jóvenes.
Estos hábitos van desde la escucha activa hasta las muestras de cariño, pasando por la paciencia como virtud imprescindible. Los padres, más jóvenes y ocupados, suelen tener menos tiempo y menos capacidad de tolerar rabietas; un buen contrapunto puede ser la experiencia y la sabiduría que los años han dado a los abuelos en ese ámbito.