Especies invasoras

Parece un peluche, pero este simpático animalito es una dañina especie invasora en las Islas Canarias

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Rostro de una ardilla.
  • Sofía Narváez
  • Periodista multimedia graduada en la Universidad Francisco de Vitoria, con un Máster en Multiplataforma por la Universidad Loyola. Editora en Lisa News con experiencia en CNN y ABC.

Las especies invasoras son esas que llegan sin preguntar. Nada estaba preparado, y ellos aparecen para descubrir, y claro, a acomodarse cueste lo que cueste, aunque eso implique romper equilibrios, arrasar con lo que encuentran y dejar un ecosistema destruido.

Eso es justo lo que ha pasado en Canarias, y no con un animal gigantesco ni monstruoso. Esta vez, el invasor tiene ojos grandes, pelo muy suave y una cara tierna que lo pueden confundir con un peluche. Pero, las apariencias enganan, pues su efecto es de todo menos dulce.

Esta es la especie invasora que amenaza la biodiversidad en las Islas Canarias

La especie invasora que ya no soportan en las Islas Canarias es la ardilla moruna (Atlantoxerus getulus). No es un personaje nuevo en Fuerteventura, sino que, desde 1965, lleva multiplicándose.

Un vecino de Gran Tarajal trajo una pareja desde Sidi Ifni, antigua colonia española. Una escapó, la otra fue liberada, y desde entonces la historia ha sido de crecimiento, expansión y un problema cada vez más difícil de contener.

Hoy se calcula que hay más de un millón de ejemplares. Están por todas partes: cerca de los cultivos, en muros de piedra, en barrancos y malpaíses.

Estas ardillas son omnívoras, comen frutos, legumbres, huevos de aves, insectos… lo que sea, por lo que les es muy sencillo adaptarse a cualquier entorno. Tienen dos camadas al año y entre 4 y 9 crías por vez. Es decir, una máquina perfecta para colonizar.

Estos animalitos van arrasando con especies autóctonas, muchas de ellas únicas en el mundo. En las islas, donde el equilibrio ecológico es tan delicado, introducir un animalito que no encaja puede desarmar toda la cadena. Y esta ardilla lo hace continuamente. Desplaza a otros animales, se come sus huevos, compite por los recursos. El daño está hecho y, en muchos casos, ya es irreversible.

¿Cuáles son los efectos negativos de esta especie invasora en Canarias?

Lo que sorprende de este invasor es que no se conforma con dañar la fauna local. También puede ser peligrosa para los humanos. Su aspecto inofensivo esconde un laboratorio biológico ambulante.

Estas ardillas portan amebas, bacterias e incluso parásitos como el Leishmania sp., que puede provocar enfermedades graves como la leishmaniasis cutánea y visceral, además de infecciones intestinales por amebas que pueden derivar en disentería o abscesos hepáticos.

Además del impacto ecológico y sanitario, la presencia masiva de la ardilla moruna también acarrea consecuencias económicas. Los daños a cultivos agrícolas (especialmente frutales y legumbres) representan pérdidas para los agricultores locales, que ya enfrentan condiciones difíciles por el clima y la insularidad.

Por otro lado, la amenaza ya no se limita a Fuerteventura. Han sido vistas en Lanzarote y Gran Canaria. Afortunadamente, hasta ahora se han podido capturar antes de que se establezca una población. Pero no es cuestión de suerte, sino de vigilancia.

Por eso se ha activado un sistema de alerta temprana con participación ciudadana. Si alguien ve una ardilla moruna fuera de Fuerteventura, debe avisar. El tiempo es clave, cuanto más rápido se actúe, menos posibilidades hay de que se repita el desastre ecológico.

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