Hacen una reserva para 10 personas y cuando llega el camarero no da crédito: «Del Mercadona»
Un hostelero explica como una mesa reservada para diez contaba con gente que llevó comida del Mercadona
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Salir a comer fuera es uno de esos pequeños placeres que muchos disfrutamos, sobre todo cuando es con amigos o familia. Pero… ¿te imaginas que alguien de tu grupo llegue al restaurante con su propia comida? Puede entenderse si se trata de una alergia o intolerancia, y en esos casos los camareros suelen ser comprensivos. Pero lo que ha contado un hostelero en TikTok va más allá de lo imaginable: tres personas se presentaron con bolsas del Mercadona y se pusieron a comer su ensalada, como si nada, mientras el resto pedía el menú.
La historia, compartida por el usuario @soyfelber, ha dejado perplejos a miles de personas. Porque lo que parecía una reserva normal para diez acabó convirtiéndose en una escena insólita. El dueño, con más de 20 años de experiencia en hostelería, asegura que jamás había vivido algo parecido. Y aunque ha visto de todo, esta vez no daba crédito. Lo que ocurrió en ese restaurante va más allá de la anécdota graciosa o del malentendido puntual. Abre un debate sobre los límites del respeto en la hostelería, el sentido común y el creciente descaro con el que algunos tratan a quienes trabajan en este sector.
Hacen una reserva para 10 personas y el camarero no da crédito
Según ha explicado este hostelero, todo empezó con una llamada como cualquier otra. Un grupo reservaba mesa para diez personas a las tres de la tarde. Llegaron con algo de retraso, nada fuera de lo habitual, y se acomodaron en la mesa asignada. El camarero les entregó el menú, como de costumbre, pero entonces uno de los comensales soltó la frase que inició una situación del todo insólita «Solo vamos a pedir siete menús, los otros tres se han traído su comida».
Y no se refería a un táper casero ni a una comida adaptada por motivos médicos. La comida venía directamente del Mercadona, que además está justo al lado del bar. Tres de los comensales habían decidido comprar ensaladas y, sin pudor alguno, abrirlas en mitad de la mesa del restaurante y ponerse a comer como si nada. «¿Pero esto qué es?», se pregunta aún el dueño en su vídeo. «¿Estamos locos o qué?».
La paciencia del personal y el asombro general
A pesar del desconcierto, en el local decidieron no montar un escándalo. Fue el propio padre del camarero quien optó por dejarlo pasar. «Comen siete, pues deja que los otros tres coman ensalada», le dijo con resignación. Aunque la reacción fue tranquila, el dueño no podía ocultar su indignación: “»A mí me daría vergüenza», ha confesado en su vídeo, dejando claro que hay límites que no deberían cruzarse, por mucho que uno quiera ahorrarse unos euros.
Este tipo de situaciones, aunque puedan parecer anecdóticas, reflejan un cambio de actitud preocupante en algunos clientes. El restaurante no sólo les ofrecía un servicio, sino un espacio, atención, limpieza, cubiertos, mesas… Y todo eso, aparentemente, sin que los tres del Mercadona estuvieran dispuestos siquiera a pedir una bebida. «Ni siquiera pidieron bebida», lamenta el hostelero. “La gente cada vez tiene más cara”.
Una cosa es tener una intolerancia alimentaria (algo perfectamente comprensible) que de hecho nos permitiría poder decir que no vamos a tomar nada de la carta y que nos vamos a comer nuestra propia comida, y otra muy distinta es plantarse en un restaurante con la compra del súper bajo el brazo, ocupar mesa, usar los recursos del local y no consumir absolutamente nada. Quienes hacen esto pretenden ahorrar o no les da para pagar un menú, pero lo cierto es que junto al ahorro se revela otra cosa: que no tienen educación ni respeto sobre el trabajo del hostelero.
El vídeo ha corrido como la pólvora en TikTok, y muchos usuarios han compartido experiencias similares. Casos en los que se confunde el todo vale con el derecho a aprovecharse del trabajo ajeno. Porque sí, comer fuera puede ser caro, pero eso no justifica que se utilicen los bares como si fueran áreas de picnic con camarero incluido.
Por ello, este episodio pone sobre la mesa una cuestión más profunda que ya hemos mencionado: ¿se está perdiendo el respeto por quienes trabajan en la hostelería? Durante años, bares y restaurantes han sido lugares de encuentro, de confianza y también de esfuerzo. Detrás de cada mesa bien puesta hay personas que se dejan la piel para que todo funcione. Y lo mínimo que esperan es consideración.
No se trata de una cuestión legal, sino ética. Nadie va a multar a alguien por comerse una ensalada del supermercado en un bar, pero eso no quiere decir que sea correcto. Hay normas no escritas que hablan de educación, de respeto al espacio común y de gratitud por el trabajo de los demás. Además, el hostelero puede decidir aplicar el derecho de admisión o dejar claro que sólo se puede consumir comida que salga de su cocina (dejando de lado cuestiones médicas o de intolerancia), de modo que la historia de este joven queda como una anécdota, pero en el caso de que hubiera hecho algo, estaba en derecho de hacerlo.
@soyfelberStorytime de clientes con mucha cara jeje♬ Cute prank, mysterious fantasy(1495495) – SoLaTiDo