Casi nadie lo sabe pero ésta es la verdadera función de los agujeros laterales que tienen las Converse


Desde hace ya varias generaciones, las zapatillas Converse han estado presentes en la vida diaria de millones de personas, consolidándose como un calzado icónico. Pero a pesar de su omnipresencia y reconocimiento, muchos desconocen algunos detalles curiosos sobre ellas, como los pequeños agujeros laterales que aparecen en casi todos los modelos de Converse.
Aunque pueden parecer simplemente parte del diseño o un detalle estético sin demasiada importancia, cumplen funciones muy específicas. No es una casualidad que estén ubicados en el lateral interno de cada zapatilla, ni que su tamaño y posición se hayan mantenido prácticamente sin cambios desde sus inicios.
¿Para qué sirven los agujeros de las Converse?
La primera función, y tal vez la más obvia para quienes han usado estas zapatillas durante mucho tiempo, es la ventilación. Al tratarse de un calzado cerrado y fabricado con materiales como la lona, que pueden retener algo de calor y humedad, los orificios laterales permiten la circulación de aire dentro del zapato. Esto ayuda a mantener los pies frescos durante el uso prolongado, especialmente en días cálidos o actividades que impliquen caminar mucho. Evitar que los pies suden en exceso también contribuye a reducir los malos olores.
La segunda función de los agujeros de las Converse está relacionada con la posibilidad de ajustar los cordones de manera diferente. Aunque la mayoría de la gente pasa por alto esta opción, los agujeros laterales están diseñados para un ajuste más firme en el puente del pie. Esto es especialmente útil para personas con arcos pronunciados o para quienes desean una sujeción extra en situaciones específicas, como caminar largas distancia. Es una característica que revela el origen deportivo de las Converse, creadas inicialmente como calzado para jugadores de baloncesto.
Historia
La historia de estas zapatillas se remonta a 1908, cuando Marquis Mills Converse fundó la Converse Rubber Shoe Company en Massachusetts. En un principio, la empresa fabricaba calzado con suelas de goma destinado a actividades laborales y deportivas. Fue en 1921 cuando la marca dio un giro decisivo, gracias a la colaboración con Chuck Taylor, un jugador de baloncesto que no solo ayudó a diseñar un modelo orientado a su deporte, sino que también se convirtió en su mejor promotor.
Gracias a su carisma y capacidad para conectar con atletas y entrenadores, Chuck Taylor logró que las zapatillas fueran adoptadas masivamente por equipos de baloncesto en todo el país. Su aportación fue tan significativa que su nombre terminó impreso en el parche lateral de las zapatillas, naciendo así las Chuck Taylor All Star. Este distintivo se ha mantenido intacto desde entonces, convirtiéndose en un símbolo de autenticidad y legado.
Con el paso de las décadas, las Converse All Star dejaron de estar ligadas exclusivamente al deporte para abrirse paso en otros ámbitos, especialmente en la cultura alternativa y musical. En los años 70 y 80, se empezaron a ver en los pies de músicos, artistas y rebeldes culturales. Figuras como Kurt Cobain, los integrantes de los Sex Pistols o los Rolling Stones las llevaron en escenarios, portadas de discos y sesiones fotográficas. Su aparición constante en contextos creativos y contestatarios consolidó su estatus como un calzado asociado a la libertad de expresión.
En los 90, su popularidad no sólo se mantuvo, sino que creció entre nuevas generaciones que las redescubrieron como un elemento de identidad. Su versatilidad, combinada con su precio accesible y diseño unisex, hizo que fueran adoptadas por personas de todos los estilos y edades. Ya no era necesario ser jugador de baloncesto o estrella de rock para llevar unas Converse: bastaba con querer reflejar autenticidad y personalidad.
A pesar de su aspecto simple, las Converse han sabido adaptarse a las exigencias del mercado y a las nuevas formas de vida. En 2009, la marca lanzó su línea CONS, enfocada en el mundo del skateboarding. Modelos como las One Star y las versiones reforzadas de las Chuck Taylor se rediseñaron para resistir el desgaste típico de esta actividad, incorporando suelas más resistentes y plantillas más cómodas. Skaters como Louie Lopez y Kenny Anderson se convirtieron en embajadores de la marca, contribuyendo a su relevancia en un nuevo nicho urbano.
Hoy en día, el legado de las Converse se mantiene más vivo que nunca. Su presencia en la moda urbana, en festivales de música, en el cine y en redes sociales es constante. Siguen siendo un lienzo en blanco para la personalización, con personas que las pintan, decoran o modifican para hacerlas únicas. Y aunque sus agujeros laterales puedan parecer un detalle menor, representan esa mezcla perfecta entre funcionalidad y estilo que define a estas zapatillas desde su origen.
En definitiva, lo que podría parecer un simple detalle estético resulta ser una solución práctica pensada hace décadas y que sigue vigente hoy. La combinación de utilidad, diseño icónico e historia convierte a las Converse en algo más que un par de zapatillas con agujeros laterales: son una declaración de intenciones, una forma de caminar por la vida con personalidad y comodidad a partes iguales.