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Adiós al aire acondicionado: desde que descubrí el truco del arroz no he vuelto a pasar calor en verano

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Estamos atravesando la segunda ola del calor del verano, con temperaturas superiores a 40º en buena parte del país, y la AEMET prevé que durará unos días más. En este contexto, dormir se ha convertido en un verdadero suplicio, ya que el calor excesivo aumenta la temperatura corporal e impide el proceso de enfriamiento necesario para entrar en las fases profundas del sueño. Dejar el aire acondicionado encendido toda la noche no es una opción, ya que puede resecar la piel y las mucosas, pero existe un método casero muy eficaz que se ha hecho viral en redes sociales: el truco del arroz congelado.

Su simplicidad es parte de su encanto, ya que no requiere aparatos ni grandes inversiones, y se puede poner en práctica con elementos que seguramente ya tienes en casa. El resultado es una almohada fresca, cómoda y libre de humedad, ideal para combatir las sofocantes noches de verano sin recurrir al aire acondicionado. ¡Dormir bien durante el verano no tiene por qué implicar grandes gastos ni complicaciones!

El truco del arroz para dormir en verano

Las altas temperaturas nocturnas se han convertido en un enemigo silencioso del descanso. Los expertos en sueño advierten que «cuando el termómetro supera los 24 °C, el cuerpo experimenta más dificultades para alcanzar la fase de sueño profundo». Esto provoca que nos despertemos varias veces a lo largo de la noche y que, al amanecer, sintamos una fatiga acumulada que afecta tanto al rendimiento físico como a la concentración mental.

Además, este tipo de calor sostenido no sólo repercute en la energía diaria, sino también en el estado de ánimo. Tal y como señalan los especialistas, «la falta de sueño reparador puede incrementar la irritabilidad y disminuir la tolerancia al estrés».

Uno de los factores clave es la acumulación de calor en la ropa de cama. Las sábanas y mantas, incluso las más ligeras, tienden a retener calor durante horas, y la almohada se convierte en un auténtico foco de calor. «La cabeza y el cuello son zonas muy sensibles, y si la almohada está caliente, el cuerpo tarda más en regular su temperatura interna», explican desde un centro de investigación del sueño.

Método paso a paso

El truco del arroz congelado no tiene ningún misterio, pero sí conviene seguir una serie de pasos para obtener lo resultado deseados:

  1. Lo primero es conseguir una bolsa de tela de algodón. Puede ser una bolsa de lavadora o una funda de cojín vieja, por ejemplo. Es fundamental que sea resistente y, sobre todo, transpirable.
  2. El siguiente paso consiste en rellenar la bolsa con granos de arroz crudo. ¿Por qué arroz y no cualquier otro alimento? Es un gran acumulador térmico, que retiene el frío durante mucho tiempo.
  3. A continuación, cierra bien la bolsa. Puedes coser la apertura o, si te resulta más sencillo, ponerle un cordón.
  4. Mete la bolsa en el congelador unas cinco horas antes de irte a la cama.
  5. Al momento de dormir, colócala sobre o debajo de la almohada. Puedes ponerla en contacto con la funda o, si prefieres suavizar el frescor, en una capa intermedia.

El secreto del truco del arroz congelado reside en sus propiedades térmicas; puede «almacenar frío durante varias horas y liberarlo de manera gradual y uniforme», evitando cambios bruscos de temperatura. Esto lo diferencia de otras soluciones más convencionales, como las bolsas de hielo o los geles refrigerantes, que aunque enfrían rápidamente, suelen generar condensación que humedece la almohada y dificulta el descanso. La ventaja del arroz es que «no produce humedad», manteniendo la superficie seca durante toda la noche.

Otra característica es su flexibilidad. A diferencia del hielo, que se endurece y puede resultar incómodo, la bolsa de arroz permanece maleable y se adapta perfectamente a la forma de la almohada y de la cabeza. Esto es crucial para quienes buscan «mantener una postura cervical correcta», ya que un método rígido podría interferir con la ergonomía y generar tensiones musculares. La adaptabilidad del arroz también permite que se utilice con cualquier tipo de almohada, incluidas las viscoelásticas, sin comprometer la comodidad ni la alineación de la columna cervical.

El canal «Artxik Jr» hizo un experimento comparativo para evaluar la efectividad del arroz congelado frente a otras técnicas de enfriamiento, como fundas de gel y ventiladores. Utilizando una cámara térmica, midieron cómo cambiaba la temperatura de la almohada y su entorno durante la noche. Los resultados fueron reveladores: mientras que algunos productos comerciales lograban enfriar con rapidez, su efecto se disipaba en pocos minutos, dejando al durmiente expuesto al calor nuevamente. En contraste, la bolsa de arroz proporcionó un «frescor estable y prolongado», manteniendo una temperatura agradable durante gran parte de la noche y mejorando notablemente la sensación de confort.

Este método demuestra que muchas veces «la simplicidad puede superar a la tecnología». Con algo tan básico como el arroz, es posible conseguir un efecto constante y duradero.