Astronomía

Punto Nemo, el mayor cementerio de naves de la Tierra

El Punto Nemo se ubica cerca de la Antártida entre tres islas del Pacífico

Punto Nemo
Descubre el Punto Nemo, el mayor cementerio de naves de la Tierra

¿A dónde van las naves que fabricamos los humanos cuando ya no sirven para nada? A un lugar inaccesible y lejano, el Punto Nemo, que se ha convertido en una especie de cementerio que recoge los restos de más de 260 sondas, satélites y objetos que visitaron el espacio, cumplieron su misión y fueron enviadas a este remoto lugar.

El Punto Nemo es uno de los rincones más inaccesibles de la Tierra, ubicado en pleno Océano Pacífico, entre tres lejanas islas, la Isla Ducie de las Pitcairn, la isla Motu Nui de la Isla de Pascua y la Isla Maher que pertenece a la Antártida.

Este singular lugar fue descubierto en 1992 gracias a la labor del ingeniero Hrvoje Lukatel, quien, usando un programa geoespacial, logró ubicar la zona y encontrar información sobre este peculiar rincón.

Por qué se usa el Punto Nemo

El humano más cercano a este punto o cementerio vive a miles de kilómetros. Por eso, cuando las naves y los satélites que regresan a la Tierra han cumplido su misión y atraviesan la atmósfera terrestre, son dirigidas hasta este lejano rincón para morir entre los restos de otras compañeras que previamente hicieron lo propio.

Algunos de los objetos que regresan a la Tierra no pueden ser controlados, por lo que se estrellan y se pierden en diversos puntos. Sin embargo, los que sí se dirigen desde control, son enviados a este lugar.

Por cierto, el nombre de Punto Nemo ha sido reclamado en honor al célebre protagonista de 20.000 leguas de viaje submarino, del popular escritor francés Julio Verne.

Así pues, si buceáramos por este espacio que bien se podría parecer al mítico Triángulo de las Bermudas, observaríamos una ingente cantidad de restos de naves que un día surcaron el espacio.

Este punto o cementerio está en uso desde los años 70 y tiene una profundidad de casi 4000 metros, por lo que no es fácilmente accesible. Además, sus aguas casi antárticas son muy frías.

En total, se han hundido en la zona 263 artefactos a día de hoy, que van desde satélites espías hasta restos de estaciones espaciales y cargueros que llevaban suministros a la ISS, que, por cierto, se espera que también acabe aquí entre los años 2024 y 2028. Por desgracia, esa es la triste realidad y el penoso futuro de la Estación Espacial Internacional tras años de órbita alrededor de la Tierra. Así es la vida, a veces dura y poco agradecida.

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