La Osiris-Rex busca el origen de la vida orbitando el asteroide Bennu
No es que esté de moda orbitar y aterrizar en asteroides, es que muchas teorías sobre el origen de la vida creen que esta pudo surgir en estas rocas del espacio. Ahora, la NASA también se suma a la búsqueda con la nave Osiris-Rex, que acaba de llegar a la órbita del asteroide Bennu para buscar información sobre la historia de nuestro Sistema Solar y la formación que dio origen a esta región de la Vía Láctea con vida sobre la Tierra.
Según los científicos de la misión, Bennu es un buen candidato a ser investigado, ya que está cubierto por un material carbónico que posee principios orgánicos que, a su vez, son las bases para que se cree vida como la conocemos en la Tierra.
La misión de la Osiris-Rex sobre el asteroide Bennu
Esta misión tiene ahora como objetivo extraer muestras de este asteroide que serán enviadas a la Tierra para que puedan ser investigadas y analizadas desde las instalaciones de la NASA.
¿Cómo podrán enviar de vuelta estas muestras? Para ello se ha equipado a la nave con un dispositivo capaz de impulsar una cápsula que contendrá en su interior la muestra cruzando la atmósfera terrestre para aterrizar entre los estados de Nevada y California.
Sin duda, es una misión muy ambiciosa que busca dilucidar el origen del ser humano sobre este planeta. Para ello, Bennu es un asteroide excelente, pues es muy primitivo y creen que se formó tras una colisión cósmica contra un protoplaneta hace unos 1000 millones de años.
Durante un tiempo, la Osiris-Rex va a acompañar al asteroide como si fuese su propio satélite para conocer su onda gravitatoria y su movimiento a través del Sistema Solar hasta que, en 2020, se extraiga la muestra de roca que no llegaría a la Tierra hasta el año 2023, según se calcula en la dirección de la misión.
Una misión tan compleja como esta ha requerido diez años de ardua preparación, a lo que hay que sumar otros dos años de viaje hasta el asteroide y a lo que se sumarán otros tantos de órbita más el tiempo que tardará el trozo de roca en llegar a nuestro mundo.
No cabe duda de que la comunidad científica de la Tierra está llegando a un punto muy elevado entre cuanto científicamente se puede hacer. ¿Qué será lo próximo? Es difícil de establecer, pero es seguro que será extraordinario y que nos sorprenderá.