Metales preciosos

Ni oro ni platino: el insólito metal más caro del mundo cuyo precio no para de subir y cada vez es más escaso

Metal más caro del mundo
Artesanía hecha de jadeíta. Foto: Gary Lee Todd en Wikimedia Commons.

A lo largo de la historia, el oro fue considerado un refugio de valor, creyéndose como el metal más caro del mundo. Su estabilidad frente a las crisis y su prestigio cultural lo posicionaron como referente económico global. Lo mismo ocurre, en menor medida, con el platino y otros metales como el paladio o la plata, utilizados tanto en joyería como en aplicaciones industriales.

Sin embargo, más allá de los mercados tradicionales y fuera del radar de las inversiones comunes, hay un material que ha ido ganando terreno silenciosamente. Su nombre apenas se menciona fuera de ciertos círculos especializados, pero su valor por unidad de masa supera ampliamente al de cualquier otro elemento conocido.

¿Cuál es el metal más caro del mundo?

El material que ostenta hoy el título de metal más caro del mundo es la jadeíta. Aunque no se trata de un metal en sentido estricto, su cotización y rareza justifican su inclusión entre los materiales de mayor valor económico por peso.

Este mineral pertenece al grupo VIII (silicatos) y es un silicato de sodio y aluminio que cristaliza en el sistema monoclínico. Se distingue por ser un piroxeno de textura fibrosa, translúcido y generalmente blanco verdoso, aunque puede presentar una amplia variedad de colores.

La jadeíta se forma en zonas de subducción, donde las condiciones geológicas específicas (alta presión y baja temperatura) permiten el crecimiento de este tipo de cristal. Su dureza oscila entre 6.5 y 7 en la escala de Mohs, por encima de otros minerales utilizados en joyería.

¿Dónde se puede encontrar la jadeíta?

La producción mundial de jadeíta de calidad gema está concentrada principalmente en Myanmar, país responsable de aproximadamente el 70% del suministro global. No obstante, también se han identificado depósitos relevantes en otras regiones del mundo:

  • Guatemala (destacada por su jadeíta azul).
  • Japón.
  • Rusia.
  • California (Estados Unidos).
  • Kazajistán.
  • México.
  • Colombia Británica.
  • Italia.
  • Francia.
  • Turquía.

En estos lugares, la extracción suele estar limitada a zonas montañosas de difícil acceso, lo que aumenta los costes de producción y contribuye a su escasez en el mercado.

¿Por qué la jadeita es considerada como el metal más caro del mundo y qué la hace tan especial?

La jadeíta presenta un amplio abanico de precios según su calidad, color y origen. Los valores por quilate pueden superar ampliamente los de metales y piedras preciosas convencionales. Algunos ejemplos son:

  • Jadeíta imperial birmana sin tratar: de 2 a 10 quilates: 500 dólares por quilate.
  • Jadeíta blanca birmana: 90 dólares por quilate.
  • Jadeíta no birmana sin tratar: alrededor de 100 dólares por quilate.
  • Jadeíta tratada (calidad media): entre 9 y 400 dólares por quilate.

El ejemplar más representativo de su valor es el collar Hutton-Mdivani, subastado por 27,4 millones de dólares en 2014. La pieza, compuesta por 27 cuentas de jadeíta, perteneció a la heredera Barbara Hutton y está considerada una de las joyas más caras jamás vendidas.

El color es uno de los elementos clave que inciden en el valor de este mineral. Aunque se encuentran ejemplares en azul, marrón, blanco o verde aguamarina, la tonalidad más cotizada es el verde imperial, más profundo que el de una esmeralda y caracterizado por su alto nivel de translucidez.

Otra variedad notable es la jadeíta azul olmeca, conocida por su uso ancestral en Mesoamérica. Su rareza y belleza la hacen especialmente valorada, aunque su explotación actual es marginal y está limitada a pequeñas comunidades en Guatemala.

Por último, el valor de la jadeíta no reside sólo en su rareza física. Su importancia histórica y cultural, sobre todo en Asia, tuvo un impacto significativo en su precio. En China, por ejemplo, ha sido símbolo de poder y espiritualidad durante siglos.

Este carácter simbólico trascendió el tiempo. En la actualidad, la jadeíta continúa utilizándose como objeto de prestigio o amuleto personal.

Aunque en el ámbito esotérico se recomiendan otras piedras como la pirita o el citrino para atraer riqueza, su presencia sigue siendo habitual en prácticas tradicionales.

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