Biología marina

Estupor en la comunidad científica: han conseguido revivir un organismo que llevaba 6800 años muerto

organismo que llevaba 6800 años muerto
Buzo navegando en profundidades. Foto: Pexels.

Un grupo de investigadores alemanes logró reactivar un organismo que llevaba 6800 años muerto, lo que representa un precedente relevante para el estudio de la vida en condiciones extremas. Desde luego, el proceso de resucitación despertó interés en la comunidad científica, por lo que implica para la comprensión de ecosistemas pasados.

Los depósitos marinos actúan como cápsulas del tiempo, y esta recuperación abre la posibilidad de analizar cómo se desarrollaron comunidades biológicas en épocas remotas y cómo se enfrentaron a cambios ambientales.

¿Cuál es el organismo que llevaba 6800 años muerto y lograron revivir?

Para dar un poco de contexto, la investigación se llevó a cabo en la Fosa de Gotland Oriental, un área del mar Báltico caracterizada por su ambiente anóxico, es decir, con escaso o nulo oxígeno. Allí, bajo capas de sedimentos acumuladas durante milenios, se hallaron células de algas que permanecían en estado latente.

Este fue el organismo que llevaba 6800 años muerto y que, tras ser extraído a 244 metros de profundidad, logró reactivarse en condiciones de laboratorio.

Los resultados fueron recogidos en la revista científica The ISME Journal. En estos, los investigadores observaron cómo, una vez expuesto a luz y oxígeno, el organismo recuperaba funciones vitales y comenzaba a multiplicarse como si nunca hubiera estado inactivo. Estas produjeron oxígeno y comenzaron a multiplicarse como lo harían organismos contemporáneos.

En total, fueron analizadas nueve muestras distintas, todas con resultados positivos en cuanto a la recuperación funcional. La más antigua fue datada en 6.871 años, con un margen de error de 140 años, gracias a la clara estratificación de los sedimentos marinos.

La investigadora Sarah Bolius, del Instituto Leibniz para la Investigación del Mar Báltico, afirmó: «Las algas revividas crecen, se dividen y realizan la fotosíntesis igual que sus descendientes actuales». Este dato refuerza la idea de que las condiciones de latencia no deterioraron su capacidad biológica.

La ecología de la resurrección

El hallazgo se inscribe en un campo emergente conocido como ecología de la resurrección. Esta línea de investigación busca recuperar organismos antiguos para comprender mejor el entorno en el que vivieron.

Según destacó Bolius en declaraciones recogidas por el medio Futurism, estos experimentos ofrecen una ventana directa a las condiciones ambientales de épocas remotas. Al revivir un organismo que llevaba 6800 años muerto, se obtiene información sobre la salinidad del agua, los niveles de oxígeno y las temperaturas predominantes en aquel tiempo.

Los depósitos marinos son considerados archivos naturales. A través de ellos se puede estudiar el desarrollo poblacional de especies, así como mutaciones genéticas que reflejan adaptaciones a cambios climáticos.

¿Cuáles son las implicaciones para la ciencia futura tras este hallazgo?

La posibilidad de reactivar organismos milenarios representa una herramienta útil para trazar comparaciones entre el pasado y el presente.

Para los académicos, analizar cómo especies antiguas respondieron a variaciones ambientales permite elaborar proyecciones sobre escenarios futuros.

Este enfoque experimental, que algunos expertos definen como «saltos temporales de laboratorio», podría consolidarse como un método clave en biología marina y paleoclimatología. Al reproducir en tiempo real condiciones del pasado, se abre un camino para comprender con mayor precisión la evolución de los ecosistemas marinos.

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