¿Cómo se formó la Luna? Nuevas teorías desafían las explicaciones convencionales
La teoría del gran impacto es la explicación más aceptada sobre el origen de la luna. ¿Cómo se formó nuestro único satélite natural?
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Una pregunta que ha intrigado a la humanidad desde tiempos inmemoriales es: ¿cómo se formó la Luna? Esta pregunta ha llevado a explorar diversas teorías a lo largo de la historia.
El origen de la luna
La luna ha sido desde tiempos inmemoriales una fuente de fascinación y misterio para la humanidad. Su presencia en el cielo nocturno ha inspirado a poetas, artistas y científicos a lo largo de la historia. Pero, ¿cuál es el origen de nuestro satélite natural?
Existen varias teorías sobre cómo se formó la luna, pero la más aceptada por la comunidad científica es la teoría del gran impacto. Según esta hipótesis, hace aproximadamente 4.500 millones de años, la Tierra fue impactada por un objeto del tamaño de Marte, conocido como Theia. Este impacto habría generado una enorme cantidad de escombros que se habrían unido para formar la luna.
Uno de los principales argumentos a favor de esta teoría es que la composición de la luna es muy similar a la de la corteza terrestre, lo que sugiere que ambos cuerpos se formaron a partir del mismo material. Además, las simulaciones por computadora han demostrado que un impacto de tal magnitud habría sido capaz de generar la luna en su órbita actual.
Otra evidencia a favor de la teoría del gran impacto es la presencia de agua en la superficie de la luna. Se cree que este agua proviene del impacto de cometas y asteroides que han golpeado la luna a lo largo de su historia. Esta agua es un recurso invaluable para futuras misiones espaciales y la posible colonización de nuestro satélite natural.
En el contexto de la carrera espacial entre la NASA y Elon Musk por aterrizar en la Luna en los próximos años, puede sorprender que aún no tengamos respuestas definitivas sobre el origen lunar.
Aunque parezca que lo sabemos todo sobre la Luna, la realidad es que persisten importantes interrogantes, especialmente en lo que respecta a su formación inicial.
La teoría convencional
Como hemos visto, a teoría del gran impacto, propuesta en los años 70 del siglo pasado, sugiere que hace unos 4.500 millones de años, la Tierra experimentó una colisión monumental con un protoplaneta. Esta colisión cataclísmica dio origen a nuestra querida Luna.
La explicación detrás de esta teoría es cautivadora. Según esta hipótesis, un objeto del tamaño de Marte, denominado “Theia”, chocó violentamente con la Tierra en los albores del sistema solar. El impacto fue tan gigantesco que lanzó escombros al espacio, que eventualmente se fusionaron para formar lo que ahora conocemos como la Luna.
La teoría del gran impacto ha ganado fuerza desde su propuesta inicial y se ha convertido en una de las explicaciones más aceptadas sobre el origen de la Luna. Este modelo no solo explica la formación de nuestro satélite natural, sino también otras características del sistema solar.
Una nueva perspectiva de la teoría del gran impacto
Científicos de la Agencia Japonesa de Ciencias y Tecnología Marina y Terrestre han propuesto una nueva hipótesis que desafía la teoría convencional. Sugieren que la colisión entre la Tierra y Theia pudo haber ocurrido en un momento en que la superficie terrestre estaba cubierta de magma.
Esta explosión de detritos habría dado origen a la Luna. Esto explicaría por qué la Tierra y la Luna comparten una composición geoquímica similar.
El fenómeno que llevó a la formación de la Luna se conoce como coalescencia, que es la fusión de los detritos que fueron lanzados al espacio por la explosión inicial.
El nuevo modelo sugiere que el disco de detritos generado por la colisión eventualmente se solidificó. Este proceso dio lugar a una serie de objetos más pequeños, que se fueron acumulando gradualmente mediante la acreción para formar la Luna que conocemos hoy.
La teoría de la fisión
La teoría de la fisión indica que la Luna se formó a partir de material desprendido de la Tierra cuando esta comenzó a girar más rápido en sus primeros días. Según esta idea, una parte de la masa terrestre se habría desprendido y habría quedado atrapada en la órbita de la Tierra.
Sin embargo, esta teoría encuentra obstáculos tanto físicos como lógicos. Los expertos señalan que es altamente improbable que un cuerpo de la masa de la Luna se haya desprendido de la Tierra debido a su rápida rotación.
Además, la teoría de la fisión enfrenta el desafío de explicar cómo la Luna pudo mantenerse en su órbita actual. Según la física, habría sido más probable que la Luna se desviara hacia el Sol o cayera de regreso a la Tierra en lugar de permanecer en su órbita estable.
La hipótesis de la acreción
Según la teoría de la acreción, la Luna y la Tierra se formaron de la misma nube cósmica de polvo hace aproximadamente 4.600 millones de años. En este escenario, la Tierra, al ser el gemelo más grande, atrajo más material durante su fase inicial de formación, lo que resultó en su mayor tamaño, núcleo fundido y mayor gravedad. Como consecuencia, la Luna fue atraída hacia la órbita terrestre.
A pesar de las similitudes isotópicas entre la Luna y la Tierra, existen diferencias significativas en su composición. Por ejemplo, la Luna contiene considerablemente menos sodio y hierro que la Tierra. Esta discrepancia plantea interrogantes sobre la teoría de la acreción como explicación para el origen lunar.
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