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¿Tu hijo nació en estos meses? Podría destacar en la escuela según Harvard

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Blanca Espada

Hay detalles que a veces pasamos por alto, como el mes en el que nace un niño. Pero la ciencia, siempre curiosa, se ha detenido a observar si ese pequeño dato puede tener más influencia de la que imaginamos. ¿Y si el cumpleaños de tu hijo escondiera la respuesta a si va a tener mayor o menor éxito académico? Así lo plantea una investigación de la Universidad de Harvard que ha puesto sobre la mesa una conclusión cuanto menos llamativa: los niños nacidos en ciertos meses podrían tener un perfil más brillante en el ámbito escolar.

Durante más de siete años, un equipo de expertos siguió de cerca el desarrollo académico y cognitivo de un amplio grupo de niños y niñas. En cada etapa, se midieron aspectos clave como la capacidad para analizar información, resolver problemas y razonar de forma lógica. Y lo que descubrieron fue algo que rompía con muchas creencias tradicionales: no todos los meses de nacimiento ofrecen las mismas condiciones para destacar en el aula. Lejos de ser una superstición o una simple casualidad, este hallazgo se apoya en datos sólidos a raíz del mencionado informe, y que abre una nueva ventana para entender cómo influye el entorno desde el mismo momento del nacimiento. Y aunque este factor no determina el éxito escolar por sí solo, sí apunta a una ventaja que podría ser decisiva en los primeros años de formación.

Harvard desvela los meses de nacimiento de los niños con más éxito

La investigación que ha llevado a cabo Harvard, señala con claridad que los niños nacidos entre octubre y diciembre tienden a obtener mejores resultados en distintas áreas del conocimiento. En comparación con sus compañeros nacidos en otras épocas del año, estos pequeños muestran una evolución más rápida y sólida en tareas que exigen razonamiento, análisis o solución de problemas.

Este fenómeno ha sido bautizado por los investigadores como el efecto de los meses inteligentes. Aunque suene como un algo simpático, se refiere a un patrón que se repite con frecuencia: los nacidos en el último trimestre del calendario escolar superan con más facilidad las evaluaciones y desarrollan competencias clave a mayor velocidad. La razón, como veremos, no tiene tanto que ver con una cuestión biológica, sino con un tipo de madurez que se va forjando desde el primer día de clase.

Madurez relativa para quienes nacen a final de año

Uno de los aspectos más interesantes del estudio de Harvard es la explicación detrás de estos resultados. Los niños nacidos al final del año, al ser los más pequeños de su curso, se enfrentan desde el principio a un contexto más desafiante. Sus compañeros suelen tener algunos meses más de desarrollo, tanto físico como mental, lo que les obliga a adaptarse y esforzarse más para estar al mismo nivel.

Este esfuerzo adicional no solo afecta al rendimiento académico, sino que se traduce también en una mayor capacidad de resiliencia, creatividad y adaptación. Es decir, enfrentarse desde temprano a un entorno que exige más puede acabar siendo una oportunidad de crecimiento. Lo que podría parecer una desventaja inicial, se transforma con el tiempo en una palanca que impulsa su desarrollo global.

Interacción social y competencias emocionales

Otro punto que destaca el estudio es la relación entre el mes de nacimiento y las habilidades sociales. Al ser más pequeños, estos niños también tienen que esforzarse más para integrarse en el grupo. Esa necesidad de conectar con otros, de entender cómo piensan y actúan sus compañeros, fortalece desde muy temprano la empatía, la comunicación y la inteligencia emocional.

A menudo, se subestima el impacto de estas habilidades en el éxito escolar. Sin embargo, cada vez hay más evidencias de que saber comunicarse, colaborar y comprender al otro es tan importante como resolver un problema matemático. En este sentido, los meses inteligentes podrían favorecer una evolución más completa, que combine tanto lo intelectual como lo emocional.

¿Significa esto que los demás meses son peores?

Es importante matizar: nacer entre octubre y diciembre no garantiza que un niño sea más brillante, ni mucho menos que quienes nacen en otros meses estén en desventaja. Lo que plantea este estudio es una tendencia, no una sentencia. Hay múltiples factores que influyen en el rendimiento escolar: el entorno familiar, el estilo educativo, la salud emocional, la motivación personal…

Lo que sí nos recuerda esta investigación es que la capacidad de adaptación y el entorno en el que crecemos tienen un peso significativo. Si se cultivan bien, pueden marcar una diferencia. En este caso, los nacidos al final del año, enfrentados a un contexto inicialmente más retador, parecen sacar partido de esa experiencia.

Este hallazgo de Harvard nos invita a mirar el desarrollo infantil desde otra perspectiva. Más allá de las notas que saquen los niños, lo importante es entender cómo influyen las pequeñas cosas (como el mes de nacimiento) en la forma en que un niño aprende, se relaciona y crece.

Así que ya lo sabes, si tu hijo nació en esos meses inteligentes, quizás veas algunas de estas características reflejadas en su día a día. Pero incluso si no es así, lo verdaderamente relevante es acompañar su camino y aprendizaje con atención.

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