Primer apellido de la madre o del padre. ¿Cómo elegir el del bebé?

Como ya te dimos a conocer el pasado mes de mayo, desde el 30 de junio de 2017 en España se ha producido un importante cambio a la hora de inscribir en el Registro Civil a los recién nacidos. ¿Cuál? Que los adultos pueden elegir si sus hijos llevarán como primer apellido el de la madre o el del padre. Sí, ya que el del progenitor varón deja de tener preferencia como había venido ocurriendo hasta ese momento.

Esa circunstancia, como es lógico, ha generado mucho debate en el seno de algunas parejas. Así, frente a las que han tenido claro que querían seguir la tradición por distintos motivos, están las que han vivido alguna discusión. Y es que cada adulto quería que el suyo fuera el primer apellido, sin olvidar los casos en los que el hombre se ha negado rotundamente a que llevara el de la mujer primero. Entre los argumentos que se han esgrimido y esgrimen por los hombres para que no prevalezca el de las féminas están desde que siempre ha ido primero el masculino hasta que si no se perdería el suyo, por ejemplo. Eso sin olvidar los que directamente han expuesto que el del padre va “primero y punto” porque parece que lo contrario les resta “masculinidad” o les hace quedar “mal” ante la sociedad.

Sea como sea, hay parejas mucho menos defensoras de las tradiciones y más a favor de la igualdad que se han planteando o que ahora se están pensando qué apellido ponerle primero. Si tú te encuentras entre esas, sigue leyendo. A continuación, te contamos las mejores maneras de tomar esa decisión:

Sonoridad

Sin lugar a dudas, una de las formas de elegir qué apellido se le pondrá en primer lugar es comprobando cuál sería el resultado más armónico y sonoro. Es decir, una vez que se tiene claro el nombre del niño probar cómo quedaría ese con un orden y con otro de los apellidos. Así, se puede descartar alguna de las dos opciones directamente si el resultado queda demasiado complicado o resulta “chirriante”.

Originalidad

De la misma manera, hay progenitores que tienen claro que sus hijos puedan identificarse claramente y diferenciarse de los demás. En ese caso, lo que optan es porque el primer apellido que lleve sea el más original, el menos común.

Que no se cree un nombre motivo de sorna

Cuando los adultos tienen apellidos peculiares es importante que se tenga en cuenta este factor. En concreto, hay que fijarse en qué orden no generan ningún tipo de expresión o de frase que pueda resultar motivo de cachondeo. Y es que si eso no se tiene en cuenta, el pequeño puede tener que soportar durante toda su vida la misma broma.

Ejemplos reales de nombres completos que han generado risas y que se han ido recogiendo durante años en los medios de comunicación son desde Juan Carlos Rey España hasta Miguel Marco Gol pasando por Aitor Tilla o José Folla Doblado. Aunque pueda resultar increíble son nombres de personas de carne y hueso.

Echarlo a suertes

De la misma manera, no hay que pasar por alto que otra buena manera de tomar la decisión que nos ocupa es echando a suertes. Si no hay problemas de sonoridad ni se da un resultado peculiar e incluso si ninguno de los dos apellidos es más original o se teme que se pierda, los padres pueden decantarse por el azar para tomar la decisión.

Otros datos de interés

Además de todo lo expuesto, hay que tener en cuenta otra serie de factores a la hora de elegir el primer apellido del bebé:

• Si se tiene un hijo mayor, el recién nacido debe llevar el mismo orden de apellidos que su hermano. En el caso de que se desee cambiar habría que realizar la inscripción del pequeño con el nuevo orden y tramitar el cambio del anterior. No obstante, esta es una opción que muchos padres descartan por el “jaleo” que supone.
• En el caso de que los padres no se pusieran de acuerdo a la hora de tomar una decisión sobre los apellidos, será una tercera persona la que decida. ¿Quién? El funcionario que les atienda en el Registro Civil. Este elegirá cuál será el primer apellido en base a la armoniosidad, la originalidad, el orden alfabético, el azar…
• También cabe la posibilidad de que los adultos decidan convertir sus dos primeros apellidos en uno solo y que así el hijo pueda tener los dos juntos. De esta manera, ninguno se perdería en las próximas generaciones.

Ahora ya tienes algunas ideas para poder elegir qué vais a hacer. Solo queda que os pongáis de acuerdo.