La pareja gay que luchaba por su hija consigue su custodia

La pareja gay que luchaba por su hija consigue su custodia
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El pasado mes de marzo te dimos a conocer el caso de una pareja gay que había visto como su sueño de ser padres se convertía en una auténtica pesadilla. Se trataba de Gordon Lake y Manuel Santos, un matrimonio que había apostado por un vientre de alquiler en Tailandia para tener un hijo y que lo había logrado, había visto nacer a Carmen, que es la hija biológica del primero. Sin embargo, lo que era una absoluta felicidad en un primer momento pasó a ser un auténtico suplicio. ¿Por qué? Porque la gestante, al descubrir que se trataba de homosexuales, había reclamado la custodia al considerar que la condición de esos hombres podría causar un “trauma” a la menor.

Un duro varapalo para los felices papás que ha hecho que, desde hace dos años, hayan tenido que vivir en el citado país asiático esperando que la justicia les diera la razón y les permitiera regresar a España con su hija. Algo que ya podrán hacer.

¡Por fin!

Los medios de comunicación de todo el mundo se han hecho eco durante todos estos meses del calvario que ha sufrido esta pareja por poder conseguir la custodia de su pequeña Carmen, con la que ha estado viviendo en todo momento esperando que la justicia tailandesa le diera la razón. Y es que la mujer que había solicitado su custodia no sólo basaba sus argumentos en una actitud totalmente homófoba sino que, además, no es la madre biológica de la menor, simplemente ha ejercido como vientre de alquiler y ha cobrado por eso.

Pues bien, ahora esta semana se ha producido, por fin, lo que tanto habían soñado estos papás y toda su familia: un tribunal de Bangkok ha reconocido lo sucedido y ha determinado que tienen en exclusiva la custodia de la pequeña.

Esa sentencia ha sido firme y ha llegado a través de unos contundentes argumentos, tales como estos: “los demandantes son homosexuales, pero su homosexualidad no es ningún obstáculo para que puedan educar a la niña y hacerla tan feliz como cualquier otro menor”.

Una nueva vida

Gracias a esta sentencia se concluye una etapa de absoluto sufrimiento para Gordon y Manuel, que no dudaron en denunciar a la mujer que ejerció como vientre de alquiler y que solicitó la custodia de la pequeña simplemente porque eran gays. De esta manera, con la consecución de la custodia la pareja podrá ya comenzar una nueva vida, lo que hace que, como han manifestado a diversos medios de comunicación, “estemos muy contentos de que se acabe esta pesadilla”.

Así, próximamente van a regresar a España para recuperar sus vidas y para poder comenzar como tal un nuevo rumbo en familia, rodeados de sus seres queridos y, sobre todo, teniendo a su lado a sus dos pequeños, a Carmen y a su otro hijo, que nació en India mediante el mismo sistema de vientre de alquiler.

Tailandia, en el punto de mira

El caso de esta pareja gay lo que ha supuesto, sobre todo, es que se ponga en el punto de mira a este país asiático que viene a dejar patente su vacío legal en determinadas cuestiones “morales”. Así, aunque en 2015 se estableció una ley que prohibía a los extranjeros hacer uso de los vientres de alquiler, ha hecho mucho negocio con este tipo de sistema y, además, tampoco reconoce el matrimonio entre personas del mismo sexo.

No obstante, sea como sea, lo importante en estos momentos es que Gordon y Manuel han conseguido por fin lo que era justo y lógico: la custodia de su hija, a la que han cuidado, educado, amado y protegido desde el primer momento. Una niña que está siendo criada en un hogar donde tiene cubiertas todas sus necesidades y donde se la quiere. Eso es lo que debe importar, que se encuentre bien, feliz y que crezca sana, fuerte y sintiéndose amada y protegida por sus padres, independientemente de que sean dos hombres, dos mujeres, un padre o una madre soltera o un matrimonio heterosexual.

Ya está bien de prejuicios absurdos. Nos encontramos en pleno siglo XXI, donde la sociedad ha evolucionado y ahora son muy variados los distintos tipos de familias que existen y todos son igual de respetables. Por ese motivo, es una alegría y un reconocimiento para todos que este caso pueda servir de ejemplo para quienes luchan a diario por tener un hijo, por darle todo el amor del mundo, por cuidarlo, por protegerlo, por ser su apoyo incondicional…

En concreto, a este matrimonio gay hay que darle la enhorabuena y reconocer el empeño, el tesón y la lucha que han llevado a cabo durante dos años, dejando de lado su vida, para conseguir tener a su hija. Eso es amor, lo demás prejuicios absurdos de mentes retrógradas.

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