¿Cuándo puedes darle galletas al bebé?
Después de la leche, las galletas son el alimento más apreciado por los bebes por su sabor dulce.
Horario de alimentación del bebé: ¿Cómo organizarlo?
Claves de la alimentación del bebé en su primer año de vida
Galletas de chocolate: receta para hacer con los niños en casa
¿Cuándo puedes darle galletas al bebé? Desde un punto de vista nutricional, las galletas son un alimento útil para el crecimiento del recién nacido, pero a menudo se las considera erróneamente como las principales culpables del sobrepeso y la obesidad en los niños. Si se incluyen en un plan de alimentación diaria equilibrada, son, por otro lado, útiles para el crecimiento, también porque están enriquecidas con vitaminas y sales minerales, esenciales para el desarrollo del bebé. ¿Pero en qué momento es bueno ofrecerlas?
¿Cuándo puedes darle galletas al bebé?
Es recomendable empezar ofreciendo galletas para la primera infancia, específicamente diseñadas para cubrir las necesidades específicas del organismo del recién nacido, para el desayuno y, en ocasiones, incluso para la merienda. Eso sí, nunca exageres y además ten en cuenta que al menos hasta la fase de destete es mejor no ofrecerlas.
Repasemos en función de la edad de los bebés qué tipo de galletas podemos ofrecer al bebé.
A los 4-6 meses
En esta etapa se recomiendan galletas específicas para primera infancia, preparadas con harinas de diastasato, es decir, sometidas a un tratamiento que descompone el almidón de la harina en azúcares simples y más digeribles. Las galletas se presentan en forma granular para añadir a la leche, en biberones, para el desayuno o como merienda. La dosis recomendada es de una cucharada de galleta granulada o una galleta soluble.
A los 6-8 meses
A partir de esta edad, los pediatras recomiendan 2-3 galletas al día en una sola comida o repartidas entre el desayuno y la merienda. Una vez iniciado el destete, también se pueden introducir galletas que contengan gluten: lo importante es que la dosis se vaya aumentando paulatinamente, para controlar sus efectos sobre el bebé. Además de con un yogur, se pueden servir como snack junto con fruta rallada.
A los 8 meses
A partir de esta edad, el niño puede empezar a comer galletas por sí mismo porque están especialmente diseñados para que sus pequeñas manos los agarren con facilidad. Además, son fáciles de masticar y se disuelven inmediatamente en la boca, sin riesgo de atragantamiento. La dosis recomendada es de 3-4 galletas al día.
A los 12 meses.
Una vez cumplido el año de edad, también se pueden ofrecer galletas ordinarias. Primero las «normales», y luego, a medida que el niño crece, podemos ofrecer galletas más ricas en grasas y con nuevos ingredientes, como los huevos, la mantequilla, el chocolate o la fruta. Al ser más calóricas, es bueno no excederse, ofreciéndoselas al niño con moderación y sobre todo no como complemento a otros alimentos (por eso mejor como merienda que al final de la comida). Las galletas rellenas, en cambio, no se deben dar antes de los tres años y en todo caso sólo en ocasiones especiales, porque son muy calóricas y difíciles de digerir.
¿Cuáles son los ingredientes de las galletas para bebés?
Las galletas para bebés tienen una composición bastante equilibrada de hidratos de carbono, proteínas y grasas, con un aporte calórico inferior a las normales. Contienen ingredientes cuidadosamente seleccionados y están enriquecidos con importantes nutrientes, como vitaminas y sales minerales.
- Hidratos de carbono : los hidratos de carbono complejos (almidones), en forma de harina, aportan energía de lenta absorción: con la cocción, los almidones se vuelven rápidamente digeribles, mediante un proceso llamado «extrusión» que les permite ser atacados directamente por las enzimas intestinales. Los carbohidratos simples (azúcar), por otro lado, proporcionan energía lista para usar.
- Proteínas : las hay tanto de origen vegetal de los cereales como de origen animal de la leche. Su función es esencial para el crecimiento de células y tejidos.
- Vitaminas : están presentes como añadidas. En concreto se añaden las del grupo B, que estimulan el crecimiento e intervienen en el metabolismo, y la vitamina C que fortalece el sistema inmunitario y favorece la absorción del hierro.
- Sales minerales : casi siempre se añade calcio y fósforo, importantes para el desarrollo de huesos y dientes, hierro, fundamental para la formación de glóbulos rojos (glóbulos rojos), cobre para el sistema nervioso y zinc, para potenciar huesos y músculos también. como el sistema inmunológico.
Temas:
- Alimentación infantil