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El profesor acusado de manosear el pecho a una alumna en un colegio de Palma: «No es cierto»

La fiscal ha afirmado que el centro "no hizo lo que toca"

Volverá a ser juzgado la semana que viene por abusos sexuales con acceso carnal a otras alumnas

profesor colegio palma
El profesor acusado, durante el juicio celebrado en la Audiencia. EUROPA PRESS

Un profesor de Matemáticas del colegio La Salle de Palma, acusado de manosear el pecho a una alumna, ha negado este martes, en la Audiencia Provincial, la versión de la víctima: «No es cierto», ha insistido.

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial ha celebrado este martes el juicio, donde la Fiscalía ha elevado a cinco años de prisión la pena que solicita para el acusado. También plantea una inhabilitación durante nueve años para trabajos que conlleven contacto con menores.

Durante el juicio se ha reproducido como prueba preconstituida la declaración de la menor durante la investigación. La estudiante, de 13 años en aquel momento, explicó que durante un cambio de clases en abril de 2021 se acercó al profesor para preguntarle una duda, y éste comenzó a acariciarle la mano, subió por el brazo y le tocó un pecho «presionando». La menor contó inmediatamente a su tutor lo ocurrido.

El joven ha admitido que tiene «la manía de gesticular» al hablar y cree que en ocasiones puede haberse «apoyado» o hecho otros gestos que pudieran resultar molestos a otras personas, pero «de ahí a la versión que se da [por la víctima] hay una diferencia sustancial».

Además, ha asegurado que la conversación tuvo lugar «en la pizarra en el centro de la clase» delante del resto de alumnos. El docente ha sugerido que el motivo de la denuncia pudiera ser el nivel de exigencia en sus clases, porque la menor se quejó de que «había bajado mucho su nota respecto al rendimiento que tenía» con la anterior profesora.

Durante su testifical, la víctima descartó por completo la posibilidad de que hubiera sido un roce accidental, explicándole a su madre que su profesor le había «estrujado» un pecho. «No sabía qué hacer», expresó. La niña indicó que ningún otro alumno vio lo ocurrido.

La madre se puso en contacto con el centro, donde la primera respuesta fue, según ha contado, «que este chico era muy cariñoso y que había sido a lo mejor un malentendido».

Su hija mantenía su versión y finalmente, tras convocar a la comisión de convivencia del centro e interrogar a otros alumnos, el centro no renovó el contrato al profesor. Con todo, el motivo oficial fue el incumplimiento de protocolos covid.

El director del colegio ha indicado que el profesor «lo entendió perfectamente» porque admitía haberse saltado las distancias de seguridad, pero que «jamás aceptó» los presuntos abusos.

Paralelamente, la madre de la víctima ha apuntado que ella misma comprobó que el docente seguía en redes sociales a muchos alumnos del colegio, lo que le pareció inapropiado.

Posteriormente fue la Policía Nacional la que se puso en contacto con la mujer dentro de una investigación paralela por incidentes con otras alumnas del colegio. El profesor será juzgado la próxima semana por abuso sexual con acceso carnal a las otras estudiantes.

«El centro no hizo lo que toca»

La Policía también conversó con el director. El instructor del atestado ha deslizado su desaprobación con la actuación del centro por limitarse a «dejarlo pasar» y no activar el protocolo pertinente con la Conselleria de Educación. «Visto eso tampoco podemos esperar mucho del colegio», se ha lamentado el agente. Su compañero ha expresado que cuando hablaron con la dirección del centro tras las vacaciones estivales el asunto ya se había «quedado en nada».

La fiscal, por su parte, ha afirmado que el centro «no hizo lo que toca», aunque matizando que no por ello son «responsables de los sucesos posteriores con dos niñas en agosto», en alusión al otro caso de abusos.

La Fiscalía cree que con los acercamientos a alumnas el profesor estaba «intentando ver cuál picaba» y que esa actitud desembocó en los abusos a las otras menores.

Mientras, el abogado de la defensa ha solicitado la absolución, alegando que «se han dicho muchas cosas pero se han probado muy pocas». Como principal argumento el letrado ha esgrimido el hecho de que ningún otro estudiante viera nada, «en un aula con casi 30 alumnos», ya que además no podían salir en el cambio de clases debido a los protocolos covid.

En este sentido, el abogado defensor ha apoyado que el colegio no denunciara los hechos por la «inexistencia de prueba» y la poca «credibilidad» que otorga al testimonio de la víctima, recoge la agencia Europa Press.

Además de la pena de cárcel, la fiscal también pide una indemnización de 3.000 euros para la víctima y una medida de libertad vigilada para el acusado por tiempo de ocho años.

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