Misterio en la Plaza España: un hombre de negro con un rayo azul en la cara desconcierta a los viandantes
En cuestión de minutos las redes sociales se inundaron de imágenes del personaje misterioso
Muchos adolescentes piensan que tras la máscara se esconde algún youtuber o tiktoker famoso

Palma vive un nuevo enigma urbano. A las 18:30 de este pasado martes, cuando la tarde parecía transcurrir con absoluta normalidad entre turistas despistados, vecinos con prisa y adolescentes centrados en sus redes sociales, apareció en la plaza España una figura que rápidamente captó todas las miradas: un hombre vestido completamente de negro, enmascarado y con un rayo azul luminoso cruzándole el rostro, como si hubiese salido directamente de una película futurista o de un cómic.
La escena, digna de una campaña publicitaria o del debut de un superhéroe local, dejó a los presentes entre la sorpresa, el estupor y la incredulidad. Lo más desconcertante no era solo su atuendo, sino también su actitud: no gesticulaba, no hablaba, no se movía más allá de caminar lentamente hasta una silla situada frente a la unidad de la Policía Local que vigila habitualmente la zona.
Allí se sentó. Y allí se quedó. Durante más de una hora. La plaza, una de las zonas más transitadas de Palma, se transformó en cuestión de minutos en un pequeño espectáculo improvisado. Desde la distancia, muchos lo observaban con una mezcla de fascinación y prudencia. Los más atrevidos, movidos por la curiosidad —o por la oportunidad de subir contenido nuevo a Instagram y TikTok— se acercaban para preguntarle qué hacía allí. El resultado era siempre el mismo: silencio absoluto. Ni una palabra, ni un gesto, ni una pista.
La escena comenzó a viralizarse casi al instante. Decenas de adolescentes rodearon al enigmático hombre para hacerse fotos y grabar vídeos con la extraña figura. Algunos especulaban entre risas si estaban ante un nuevo héroe mallorquín, un influencer camuflado, un tiktoker o youtuber famoso o incluso el primer contacto extraterrestre del año.
Ante la falta de respuestas oficiales, surgieron todo tipo de teorías. Algunos aseguraban que debía tratarse de una promoción inusual de algún evento o fiesta privada. Otros apostaban por un experimento social o la performance silenciosa de algún artista urbano. Pero hubo un detalle que avivó aún más el misterio: antes de sentarse, el hombre había hablado brevemente con los agentes de la Policía Local. «Algo les dijo, eso está claro pero no nos quieren contar nada», comentaba un adolescente que presenció la escena.
Los agentes, por su parte, mantuvieron la discreción. Vigilaron la zona con normalidad y evitaron dar explicaciones, como si la aparición de un hombre con un rayo azul en la cara fuera parte del paisaje cotidiano de la plaza.
Pasada aproximadamente una hora, tan inesperadamente como llegó, el hombre de negro se levantó, ajustó su máscara y se perdió entre la multitud sin mirar atrás. Sin palabras. Sin explicación. Sin revelar quién era ni qué pretendía con su enigmática presencia.
Lo único que dejó atrás fue un puñado de teorías, cientos de vídeos en redes sociales y una buena historia para contar. ¿Quién era realmente? ¿Qué buscaba? ¿Volverá? Por ahora, el misterio sigue intacto, y Palma continúa intrigada.