Jagoba Arrasate y la maldición de los entrenadores vascos

Ni uno solo ha conseguido hasta ahora triunfar en el Mallorca

Ocho de los nueve anteriores fueron cesados y el otro bajó al equipo a Segunda

El caso de Juan Ramón fue único: los jugadores pidieron su despido

Arrasate
Tomeu Maura

Jagoba Arrasate afronta un reto que hasta ahora nadie ha podido superar en el Mallorca: acabar con la maldición de los entrenadores vascos. El vizcaíno es el décimo técnico de Euskadi que se sienta en el banquillo mallorquinista: ocho de los nueve anteriores fueron despedidos, y el único que consiguió acabar la temporada, Sabino Barinaga, fue sabiendo que no iba a continuar tras no haber podido evitar el descenso del equipo a Segunda División. La historia de la relación entre el Mallorca y los entrenadores vascos es muy peculiar porque han llegado auténticas primeras espadas, pero todos han fracasado. ¿Romperá la racha Arrasate? Tiene tres años por delante para intentarlo.

Francisco Pagaza (1939-1941)

En la temporada 39-40, tras la Guerra Civil, el Mallorca fue “colocado” en Segunda División por la Federación Española y el presidente Andrés Homar aprovechó la circunstancia para tratar de profesionalizar al equipo. Así, fichó al portero del Real Madrid Rafa Vidal, que había sido internacional, y como entrenador se fijo en otro ex-internacional, el antiguo jugador del Athletic Francisco Pagazaurtundua, conocido como Pagaza, que se convirtió en el tercer técnico profesional de la historia del club, tras el checo Zaubek y el inglés Greewell.

Pagaza, nacido en Santurce el 20 de octubre de 1894, primer entrenador vasco en el Mallorca, no pudo evitar que el equipo finalizara la Liga en penúltima posición, con 13 puntos, lo que significó el regreso a Tercera División. Dado que tenía contrato continuó en la siguiente temporada, pero no duró demasiado. En enero fue cesado y sustituido por Sebastián Alzamora. Los dos jugadores vascos que había traído con él, Egusquiza y Echenadia, recibieron la carta de libertad.

Patricio Caicedo (1945-1947)

El siguiente entrenador vasco fue todo un personaje: Patricio Caicedo, que venía de ser campeón de Copa con el Espanyol, al que había dirigido durante nueve temporadas, y de Liga con Athletic en el curso 33-34. Caicedo, que llegó procedente del Zaragoza, fue el elegido por el presidente Lluís Sitjar en la temporada 45-45, la del estreno del nuevo estadio de Es Fortí. Había muchas expectativas depositadas en aquel equipo, pero al final acabó en octava posición en Segunda, en una Liga de 14 participantes.

La siguiente temporada la inició el Mallorca con una goleada 6-0 en el campo del Betis. Tras cuatro derrotas en las cinco primeras jornadas Caicedo fue cesado, pero eso no significó ni mucho menos el final de una carrera como entrenador que no concluiría hasta 1959 en el Manresa. Dirigió nada menos que a doce clubes en España este bilbaíno nacido el 6 de febrero de 1899.

Juan Ramón (1964-65)

El tercer vasco de la lista fue Juan Ramón Santiago, nacido en Erandio el 8 de marzo de 1912, protagonista de una historia sin igual en el banquillo del Mallorca. Juan Ramón fue un defensa izquierdo que sufrió directamente los horrores de la Guerra Civil. Aunque él no participó directamente en el conflicto, su padre falleció en el campo de concentración de Camposancos, en Pontevedra, su hermano en el penal de El Dueso, en Cantabria, y su tío mientras realizaba trabajos forzados en la construcción del Valle de los Caídos.

Campeón tres veces de Liga y dos de Copa con el Valencia, dos veces internacional, Juan Ramón se retiró del fútbol en 1952 para iniciar una carrera como entrenador que en el verano de 1964 le llevaría al Mallorca, donde viviría un episodio poco visto en el fútbol profesional.

Campeón de invierno al final de la primera vuelta, el rendimiento deportivo del equipo no se correspondía con el ambiente que se vivía en el vestuario, con todos los jugadores enfrentados al entrenador. Tras perder el último partido de la primera ronda 3-0 en Puertollano y el primero de la segunda por el mismo resultado en Algeciras la crisis estalló en toda su magnitud y la directiva le pidió al presidente Juan de Vidal, el Barón de Vidal, que cesara al entrenador. No sólo no lo hizo, sino que despidió a toda la directiva y ratificó a Juan Ramón.

En la jornada siguiente el Mallorca derrotó 1-0 al Tenerife en Palma, pero sin convencer y con muchas reticencias. El Barón de Vidal llamó a consulta a loa jugadores más importantes de la plantilla, los históricos Doro, Bolao, Sans, Forteza, Sampedro, Amador y Achuri, y les preguntó qué debía hacer. Juan Ramón salió de esa reunión cesado y sustituido por César Rodríguez. Al final de la temporada el equipo ascendió a Primera División.

Sabino Barinaga (1969-70)

Unos cuantos años más tarde, en la temporada 69-70, el Mallorca arrancó muy mal la Liga en Primera y el presidente Pablo Servera optó a la desesperada por el vizcaíno Sabino Barinaga, nacido en Durango el 15 de agosto de 1922 y que detenta todavía el récord -que nadie podrá quitarle- de haber sido el autor del primer gol que se vio en el estadio Santiago Bernabéu cuando defendía la camiseta del Real Madrid.

Entrenador de muchísimos equipos, entre ellos el Oviedo, el Málaga, el Atletico de Madrid, el Sevilla o el Valencia, llegó al Mallorca en noviembre de 1969 para tratar de revertir la situación, pero fue en vano. El equipo acabó penúltimo y en mayo le comunicaron que no iba a continuar la próxima temporada porque ya se había llegado a un acuerdo con José Luis Saso. Eso sí, es hasta el momento el único entrenador vasco al que el Mallorca no ha cesado. No lo renovó, pero acabó la Liga.

Manolín (1973-74)

Mucho peor le fue al siguiente, Manuel Martínez Canales, Manolín, nacido en Guetxo el 21 de mayo de 1928, ex-jugador de Athletic, Zaragoza y, sobre todo, Real Madrid, con el que ganó la primera Copa de Europa de la historia del club blanco. Como entrenador su trayectoria se dividió entre la Segunda y Tercera División. En Mallorca aterrizó en la temporada 73-74, pero fue un visto y no visto. Duró cinco jornadas, en las que sumó dos empates y sufrió tres derrotas. El Barón de Vidal, que ya había cesado años antes a Juan Ramón, hizo lo mismo con él y, casualidades del destino, de nuevo recurrió a César Rodríguez, solo que esta vez con peor fortuna.

Koldo Aguirre (1983-84)

Una década más tarde, en la temporada 83-84, llegó a la isla Koldo Aguirre, un verdadero mito del Athletic de Bilbao, siete veces internacional español y que, como entrenador, había llevado a los leones al subcampeonato de Copa y de Copa de la UEFA. Koldo fue la apuesta de Miguel Contestí en el regreso del Mallorca a Primera tras trece años de ausencia. No ganó ni un solo partido en once jornadas y, por supuesto, fue cesado. Pasa por ser uno de los peores técnicos de la historia contemporánea del club. No supo aprovechar una plantilla espectacular que los medios de comunicación madrileños situaban antes de comenzar la temporada como candidata a jugar la UEFA.

Irulegui (1995-96) y Mané (1996-97)

En 1995, con el Mallorca en una grave situación económica y deportiva, el presidente Miguel Dalmau recurrió a todo un veterano de los banquillos, José Antonio Irulegui, nacido en Lasarte, en Guipuzkoa, el uno de abril de 1937. Venía de una trayectoria larguísima en equipos como la Real Sociedad, el Espanyol, el Murcia o el Burgos y no cayó mal en la isla. Acabó la temporada y fue renovado, pero ese verano el club se vendió a Bartolomé Beltrán y estaba claro que el perfil de Irulegui no era lo que estaba buscando. En cuanto pudo le despidió y le sustituyó por otro vasco, José Manuel Esnal Mané, entonces en la cresta de la ola y considerado uno de los técnicos con más futuro de España tras su impresionante etapa en el Lleida. Mané llegó con todos los honores, pero en su debut en el Lluís Sitjar encaja un sonoro 0-4 ante el Logroñés. Sería la primera de cinco derrotas consecutivas que alejarían al equipo de posiciones de descenso y sentenciarían al vasco, cesado a comienzos de la segunda vuelta tras caer contra todo pronóstico en Écija.

Javier Olaizola (2016-17)

Otro guipuzcoano, Javier Olaizola, ha sido hasta la llegada de Arrasate el último entrenador vasco en el Mallorca. Arrancó como interino en los últimos partidos de la temporada 13-14 para salvar al equipo del descenso a Segunda B, pero su verdadera prueba de fuego fue en el curso 16-17, cuando Maheta Molango le entregó los bártulos del equipo. No tuvo suerte y fue despedido. Su relevo lo tomó Sergi Barjuán, que no pudo evitar la humillación del descenso a Segunda B.

Jagoba Arrasate le toma ahora el relevo a Pagaza, Caicedo, Juan Ramón, Barinaga, Manolín, Koldo Aguirre, Irulegui, Mané y Olaizola con el deseo de romper la racha y revertir una maldición que es difícil explicar desde la lógica. Para él será por cierto su primera experiencia en un equipo de la parte sur de la península, tras sus etapas en la Real Sociedad, Numancia y Osasuna.

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