TRÁFICO DE DROGAS

La asociación de la alegría: un supermercado de marihuana camuflado en Playa de Palma cae por fin

La autoridad judicial declaró el cierre del local y detuvo a dos personas por un delito de tráfico de drogas

supermercado marihuana camuflado
Botes de marihuana y hachís incautados en el interior del local intervenido por la policía en la Playa de Palma.
Julio Bastida

La capital balear vuelve a demostrar que la creatividad para saltarse la ley no tiene límites. Esta vez,  agentes de la Policía Nacional han desmantelado lo que, en teoría, era una inofensiva asociación cannábica en la zona de Playa de Palma, pero que, en la práctica, funcionaba más como un auténtico supermercado de drogas al por menor. Un hombre y una mujer fueron detenidos como presuntos autores de un delito de tráfico de drogas, mientras al local se le bajaba la persiana para siempre. Fin de la fiesta.

La investigación, llevada a cabo por el Grupo II de Estupefacientes de la UDYCO, arrancó tras una denuncia anónima, esa figura incómoda pero tremendamente eficaz que tan buenos resultados está consiguiendo en la Jefatura de Policía de Baleares. En la información aportada se advertía que aquella supuesta asociación no cumplía, ni de lejos, con los requisitos legales que la definirían como tal. Más bien parecía una tapadera elegante para vender sustancias estupefacientes con total tranquilidad y sin demasiados complejos.

Al recibir la alerta, los agentes comenzaron las pesquisas. Rápidamente pudieron comprobar que, dentro del establecimiento, se vendían sustancias como hachís, marihuana y otros derivados del cannabis con sorprendente normalidad. Nada de reuniones privadas ni consumo asociativo: aquí había negocio, clientes y, por supuesto, caja y grandes beneficios económicos.

Con las pruebas suficientes, se solicitó una orden de entrada y registro que se llevó a cabo el pasado miércoles. Y lo que encontraron dentro no fue precisamente una tisanería alternativa ni un centro cultural: más de medio kilo de marihuana, más de 100 gramos de hachís, alrededor de 50 porros ya preparados, distintos productos derivados del cannabis y una cantidad nada despreciable de dinero en efectivo, cuidadosamente fraccionado, como quien tiene mucha experiencia en el asunto.

En el momento del registro, en el interior del local se encontraban un hombre y una mujer que, presuntamente, eran los responsables del negocio. Los mismos que habrían estado gestionando este club tan poco deportivo. Ambos fueron detenidos de inmediato como presuntos autores de un delito de tráfico de drogas.

Por si quedaba alguna duda sobre la legalidad del tinglado, la autoridad judicial decretó el cierre definitivo del local, poniendo fin —al menos de momento— a uno de esos emprendimientos que florecen a la sombra del turismo y la tolerancia mal entendida.

Denunciar todavía sirve

Desde la Policía Nacional recuerdan que la colaboración ciudadana sigue siendo clave para erradicar este tipo de actividades. Cualquier persona que tenga información relacionada con puntos de venta de droga puede denunciarlo de manera anónima enviando un correo a [email protected], a través de la web www.policia.es o llamando al 091.

Porque, por si a alguien se le había olvidado: vender droga en un club no lo convierte en legal. Sólo le pone un nombre más bonito al delito.

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