Ambientazo ‘country’ en la gala del 20 aniversario de la Fundación RANA

Este año, la gala del 20 aniversario de la Fundación RANA, celebrada el domingo en la finca Son Mir, cambió por completo: de los vestidos de fiesta y los smoking se pasó a crear un ambientazo country.

Un festejo a la altura del acontecimiento, 20 años de intenso trabajo de esta pequeña y al tiempo enorme organización balear, que tiene como objetivo la protección de la infancia frente al abuso sexual infantil y adolescente. Su presidenta, Elizabeth Homberg, que junto a su bonita familia jugaba con ventaja en lo que al look se refiere, por ser americana de pura cepa, hizo un discurso memorable frente a los 155 asistentes que allí se dieron cita. Hay que tener en cuenta que, a excepción de algunas nuevas caras, la mayoría pertenecen por derecho propio a la gran familia de RANA.

A Patricia Moliné, formadora y también relaciones públicas de la ONG, hay que reconocerle el mérito en la coordinación de esta gala. No resulta nada sencillo mantener el gran nivel año tras año, con la peculiaridad de que, en esta ocasión, y con motivo de la celebración de su vigésimo aniversario, optaran por un cambio radical del formato. De la tradicional gala nocturna, con los vestidos vaporosos y deslumbrantes a los que nos tienen acostumbrados, al más puro estilo vaquero diurno, eso sí, con barbacoa de lujo para el aperitivo y ambientación perfecta de Fronda e Imatge & Events, desde el primer al último detalle.

Monturas, balas de paja, sombreros y vestimenta cowboy de todos los voluntarios -cortesía de Eurocarnavales- y hasta clases de baile en línea a cargo de Marita y Paqui, con la colaboración técnica de Lo Music. Lo que parecía un imposible se terció en milagro: doy fe de que, llegado el momento, es decir, el conciertazo de la banda Allwoods, llegada expresamente de Barcelona, buena parte de los invitados interpretaron a la perfección esa coreografía que acababan de aprender. Increíble. Claro que todo eso ocurrió después de disfrutar del super menú de Marc Fosh -y de verdad que este año se superó con creces-, regado con el magnífico vino de Macià Batle, el cava Freixenet, obsequio de Valentin Hotels y refrescos cedidos por Coca-Cola.

Por cuestiones de espacio no puedo explayarme con el logrado outfit del más puro viejo oeste de la mayoría de invitados. Pero quiero nombrar en esta crónica a Jesús María Calvo de Balearhouse y su equipo. También a Mari Cruz Rivera, directora territorial de CaixaBank en Baleares. Con especial reconocimiento a Mercedes Lacasa y a su marido Ángel Luis Rodríguez, por ser inmejorables embajadores de RANA.

Por cierto, los juegos de azar fueron un acierto. Nos dieron la oportunidad de poner a prueba nuestras habilidades con la puntería, la memoria y también la suerte en la Tómbola de los Indios. Qué cantidad de premios cedidos por Nixe Palace, Casa Maruka, Portixol Hotel, The Cave, El salón, Son Brull, La Residencia, Mascaró, Opticalia Lux, imposible nombrar a todos. También súper generosa la participación de los colaboradores en la tradicional rifa, desde Meliá International Hotels, Carolina Amigó, Isabel Guarch, Palma Sports Tenis Club, Restaurante Janina, Hamann Al Andalus, Dagné Pupo Clinic, Iside Pellegrino, Relojería Alemana y Tissa Fontaneda. Sin olvidar a los generosos artistas Estefanía Pomar, Ernesto Rodríguez y Emma Glinski, que contribuyeron con sus obras a mejorar la recaudación.

Y los más valientes acabamos el glamuroso domingo campestre bailando con el DJ Luis Fergon y degustando los maravillosos dónuts que nos regaló Lluís Pérez Pastisser.

Gracias especiales a Pep Caparrós, María Rosa y Jonathan Barzola, por las imágenes de este reportaje. Yo soy RANA.