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El alcalde de Palma pone trabas a los vendedores ambulantes legales y la alfombra a los ilegales

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Indalecio Ribelles
  • Indalecio Ribelles
  • Redactor OKDIARIO en Baleares, información local de Palma, social y política en general. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

El alcalde socialista de Palma, José Hila, pone trabas a los vendedores ambulantes legales y la alfombra a los ilegales, como ha quedado demostrado en la presente temporada turística desde su arranque, donde se ha vivido una eclosión de este fenómeno a lo largo y ancho de la ciudad, desde Playa de Palma, Plaza Mayor, Dalt Murada y hasta en todo el perímetro del Mercado municipal de abastos del barrio de Pere Garau.

Es precisamente en el exterior de este popular enclave comercial, que acoge a diario, puestos y estands de vendedores ambulantes legales, donde se ha generado un notable malestar con el Ayuntamiento porque, como afirma Mari Carmen, «venimos a trabajar por amor al arte, porque ya no se saca ni para pagar las facturas».

En el mercado de Pere Garau, martes, jueves y sábados existía un popular mercadillo ambulante legal hortofrutícola con notable tirón y alta demanda en el barrio más poblado de Palma (30.000 vecinos). Allí, hasta las restricciones por la pandemia de la covid, también había puestos de venta de ropa, calzado, productos de hogar y toda clase de lencería, que aprovechaban la presencia de los numerosos compradores de fruta y verdura para atraer esa clientela a sus puestos.

Con las restricciones a la movilidad de las personas, decretadas a partir del primer estado de alarma en marzo de 2020 y sucesivos, el Ayuntamiento de Palma, y más concretamente el área de Promoción Económica y Empleo en manos en estos momentos del concejal de Podemos Jordi Vilà, estableció una nueva organización de estos puestos de venta para no favorecer las grandes concentraciones de compradores y vendedores.

Así, los comerciantes de ropa, hogar y otros productos podían instalar sus puestos lunes, miércoles y viernes, mientras los de fruta y verduras se mantenían, y así sigue ocurriendo, martes, jueves y sábado.

Esto provocó que muchos vendedores de ropa dejaran de acudir al mercado por falta de clientela, al no tener ya el tirón popular de los puestos de alimentación y por el solapamiento con los días de mercado en otros municipios o barrios de Palma. Todos daban por hecho que sería una medida temporal, hasta que pasara lo peor de la pandemia.

Pero si bien hace meses que se han suspendido todas las restricciones ligadas a la covid, parece que el edil de Podemos ha cogido gusto a las mismas y la vuelta a la normalidad y la convivencia de unos y otros comerciantes ambulantes legales no ha llegado aún al exterior de Pere Garau, pese a los continuadas demandas y peticiones realizadas por los vendedores de ropa y hogar.

Vilà se muestra inflexible en su negativa y sin motivación sanitaria alguna y por su cuenta y riesgo continúa manteniendo las restricciones y la separación de unos ambulantes legales de otros.

Una incomprensible ofuscación que está generando un creciente malestar y cuantiosas pérdidas entre los comerciantes ambulantes legales de ropa, menaje y hogar de Pere Garau, que por si fuera poco tienen que soportar cómo los vendedores ilegales expanden su actividad y les hacen competencia activa en el exterior del mercado, ante la pasividad total del Ayuntamiento y la Policía Local.

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