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31 de diciembre: la masacre que la izquierda convirtió en la Diada de Mallorca

25.000 musulmanes fueron degollados tras la conquista de Jaume I en 1229

El valí Abú Yahya fue torturado durante un mes y medio y su hijo asesinado en su presencia

La llegada al poder del PP en 2023 significó el final de esta aberración

31 de diciembre de 1299: ese fue el día en el que Jaume I conquistó Mallorca, pero también es una fecha marcada en rojo porque significó la mayor masacre de la historia de la isla. 25.000 musulmanes fueron degollados tras caer los muros de Madina Mayurga, entre ellos mujeres, niños y ancianos, en un acto de barbarie impulsado por los caballeros catalanes presentes en el asalto y por el obispo de Barcelona, que se negaron a aceptar la rendición que había propuesto el valí Abu Yahya tras más de dos meses de asedio. El propio Abu Yahya fue torturado durante un mes y medio para que revelara el paradero de sus tesoros, y antes de ejecutarle tuvo que contemplar como su hijo de 16 años era asesinado en su presencia.

La Diada de Mallorca se había celebrado desde 1997  el 12 de septiembre para conmemorar la Carta de Franqueses, los privilegios concedidos a la isla por Jaime I mediante los cuales se le otorgaba la condición de reino independiente de la corona de Aragón, disponiendo de su propia estructura administrativa en jurídica , pero en 2017, con los votos a favor de PSOE, Més, Podemos y Pi, se modificó al último día del año. Según el presidente de la Comisión que consiguió mover la fecha, el soberanista de Més Lluís Apesteguia, había motivos «legales, de relevancia, históricas, sociales, de arraigo popular, de participación ciudadana y de contexto cultural».

En realidad la razón que llevó al Pacte a utilizar su mayoría parlamentaria para modificar una fecha tan señalada no fue otra que su interés por contentar al pancatalanismo, que parte de la falacia de que los conquistadores de Mallorca eran catalanes, algo que no se sostiene históricamente porque las tropas de Jaime I estaban formadas por soldados de Provenza, Barcelona y Aragón, además de existir un fuerte contingente de mercenarios almogávares. De hecho, el papa Gregorio IX había promovido una bula para la reconquista y repoblación de Mallorca coincidiendo con la VI Cruzada, por lo que resulta evidente el crisol de los guerreros al servicio del rey de Aragón -sí, de Aragón, por supuesto, porque nunca Cataluña nunca ha sido reino, privilegio que sí se le concedió a Mallorca, y eso era precisamente lo que se celebraba cada 12 de septiembre-.

Por fortuna hoy no se celebrará con una fiesta ninguna masacre, ya que a partir de 2023 el PP, con los votos de VOX, volvió a cambiar al 12 de septiembre la fecha de la Diada de Mallorca. Por mucho que plataformas como la Obra Cultural Balear sigan reivindicando el 31 de diciembre no les quedará otra que el pataleo.

El asalto definitivo a la fortaleza musulmana de Medina Mayurga y el posterior saqueo fueron tan sangrientos que los cadáveres, amontonados en las calles, provocaron una epidemia de peste que diezmó las tropas cristianas. Contrasta este comportamiento con el que llevaron a cabo los Reyes Católicos en Granada en 1492, permitiendo abandonar libremente la ciudad a todos aquellos musulmanes que lo desearon, mientras que los que decidieron quedarse pudieron hacerlo en condición de mudéjares, manteniendo su religión y sin la obligación de convertirse al cristianismo. De hecho, según se lee en manuscritos escritos por los propios nazaríes, la benevolencia de las tropas reales fue absoluta.

Según la izquierda, la toma de Granada, que se hizo de forma pacífica y en la que se respetó a los derrotados, fue un acto racista. En cambio La conquista de Palma, en la que fueron degollados 25.000 musulmanes, se conmemoraba como la Diada de Mallorca. Difícil de entender, salvo para la lógica progresista, según la cual lo que importa no es el qué, sino el quién.