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UGT-A denuncia el bajo poder adquisitivo andaluz mientras juzgan a su ex cúpula por defraudar 40 millones

El sindicato sale en defensa de las familias trabajadoras la semana en que cinco de sus ex dirigentes van a juicio por fraude

El sindicato UGT Andalucía ha hecho gala este martes de su lucha por la clase trabajadora denunciando la pérdida de poder adquisitivo en la región, justo la semana en que cinco de sus ex dirigentes se han sentado en el banquillo de los acusados de la Audiencia de Sevilla por un fraude de más de 40 millones de euros. Concretamente, y según el Juzgado de Instrucción nº 9 de Sevilla, el desfalco asciende a 40.750.047,74 euros.

En las sucesivas sesiones del juicio, los agentes de la Guardia Civil que investigaron el caso han detallado ante el tribunal la infraestructura documental y contable que sustentó el fraude. UGT-A desvió parte de las subvenciones millonarias de la Junta socialista de Andalucía para financiar irregularmente el sindicato y pagar viajes al Caribe y sobresueldos a sus altos cargos. Incluso su caseta en la Feria de Abril de Sevilla fue costeada con fondos públicos que inicialmente estaban destinados a impartir cursos de formación a los parados y trabajadores andaluces.

La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha puesto sobre la mesa los correos electrónicos y documentos contables que atestiguan el fraudulento proceder del sindicato, con pagos sin facturas, movimientos bancarios sin justificación alguna y transferencias millonarias de Soralpe (la empresa satélite que debía realizar los cursos formativos) a UGT-A. Los fondos salían de la Junta con dirección a las sociedades instrumentales del sindicato para volver rebotadas a sus ex dirigentes, como el entonces secretario general de UGT Andalucía, Manuel Pastrana, que viajó gustosamente a Costa Rica o Dublín a costa del contribuyente.

Mientras el juez instructor recalcaba que la federación andaluza del sindicato empleó un «depósito financiero» que la cúpula denominaba «bote» con el fin de desviar subvenciones, UGT-A alega que todo deriva de «una cuestión estrictamente administrativa» y que no hubo ningún entramado criminal en la organización. Cabe recordar que la línea de investigación que condujo a este caso nació durante las pesquisas correspondientes a la macrocausa de los ERE, marco en el que los agentes detectaron las múltiples irregularidades del sindicato.

UGT lamenta pérdida de poder adquisitivo

Entretanto, y con un presunto delito de fraude de subvenciones y otro de falsedad documental sobrevolando a sus antiguos dirigentes, UGT Andalucía ha lamentado la pérdida de diez puntos de poder adquisitivo y ha señalado que «ni la pandemia ni la guerra de Ucrania ni la crisis energética lo justifican». Según los datos que maneja el sindicato, entre 2020 y 2023 los salarios han aumentado un 7% mientras el nivel general de precios lo ha hecho por encima del 17%.

En su informe La pérdida de poder adquisitivo en cifras, UGT-A apunta que el pasado año trajo «una nueva pérdida de poder adquisitivo para el conjunto de las familias trabajadoras andaluzas y, por tanto, un nuevo empobrecimiento relativo».

«Por su parte -continúan-, el incremento registrado en el ritmo de aumento de los precios ha sido mucho más pronunciado, ya que comenzaron el año con un descenso de cuatro décimas en el nivel general de precios para finalizar 2023 con una inflación anual del 3,3%, lo que se traduce en un aumento de la aceleración inflacionista de 3,7 puntos netos. Y eso a pesar de la desaceleración registrada en los dos últimos meses del año, que no puede servir para ocultar el hecho de que se ha llegado a tener, a lo largo del ejercicio económico, un pico inflacionista del 3,8%, concretamente a la finalización del pasado mes de octubre».

Así las cosas, añaden, y cerrados ya los datos de 2023, «se ve como son ya tres los años consecutivos en los que, de media, la retribución que reciben los trabajadores a cambio de su trabajo aumenta menos de lo que lo hace el nivel general de precios. Sólo en dos ocasiones, 2014 y 2020, el año finalizó con precios más baratos que el ejercicio anterior. Por el contrario, en periodos tan recientes como 2021 y 2022 se han alcanzado los picos más elevados de espiral inflacionista, con incrementos consecutivos del 6,7% y 6,2%, respectivamente». La presunta financiación irregular de UGT-A, recordemos, se remonta al periodo 2009-2013, tras estallar la crisis.

Afortunadamente, según el sindicato, «la continua tendencia al alza registrada por los incrementos salariales en el seno de la negociación colectiva andaluza durante 2023 y la minoración manifiesta en el ritmo de encarecimiento de los precios y la estabilización del mismo (…) permiten ser esperanzadores» y pensar que, «de seguir con la senda actual, 2024 sea el año que ponga fin a este último trienio de pérdida de poder adquisitivo».