Piden 30 años de cárcel para un hombre que se infiltró en una cofradía de Jaén para abusar de menores

La Fiscalía reclama 30 años de prisión para un hombre acusado de introducirse en una asociación juvenil cofrade de Jaén para ganarse la confianza de los menores y así poder abusar sexualmente de ellos. El Ministerio Público le acusa de un presunto delito de agresión sexual, cuatro de abusos sexuales -en ambos casos a menores de 16 años- y un delito de participación en comportamientos de naturaleza sexual con menores de 16 años.

Los hechos juzgados este lunes en la Audiencia de Jaén se remontan a finales de 2018, cuando este hombre, entonces con 33 años, se trasladó a la capital jienense y comenzó a acercarse a una asociación juvenil de ambiente cofrade que se reunían en un local próximo a su domicilio. El varón, de 35 años, habría llegado a ofrecer colaboración e incluso dinero para así poder formar parte del círculo de las futuras víctimas.

Son siete los menores, de entre 13 y 16 años, que en su día denunciaron haber sido objeto de los abusos por parte del acusado. Según sus relatos, el proceso los llevaba bajo a engaño a su casa donde algunas veces intentaba y otras conseguía someterlos a diversas prácticas de índole sexual.

El acusado, según los menores, se acercó a la asociación juvenil mostrando su deseo de colaborar y ayudarles ya que un hijo suyo, de 14 años, había muerto de leucemia y le gustaba todo lo que tenía que ver con las cofradías, las procesiones y la Semana Santa. Durante la vista, el acusado ha reconocido no tener hijos, aunque ha señalado que tuvo relación estrecha con un menor que falleció de esta enfermedad y que él siempre ha considerado como un hijo suyo.

Además de la pena de cárcel, la Fiscalía reclama como accesorias la prohibición de comunicarse o acercarse a los menores, de residir en Jaén capital, así como la inhabilitación especial para profesión u oficio, retribuido o no, que conlleve contacto con menores.

El acusado alega «venganza»

El acusado, en su declaración durante el juicio, ha negado todos y cada uno de los extremos apuntados por los menores y lo ha atribuido todo a «una venganza» de los mayores del grupo por no haber aportado 30 euros para colaborar con unas pulseras destinadas a recaudar fondos para la asociación.

El hombre, que responde a las iniciales A.S.E., ha mantenido que siempre que estuvo con menores en su casa lo hizo acompañados por personas adultas. El acusado ha añadido que las cámaras de videovigilancia instaladas en su dormitorio y en el salón eran por si alguien entraba en la vivienda y ha rechazado todos y cada uno de los relatos de los siete menores que aparecen en la causa.

«Para nada les propuse acciones sexuales», ha sostenido A.S.E., mientras que los agentes que registraron el domicilio señalaron que las cámaras instaladas no era para la viodevigilancia, sino que apuntaban hacia la cama y hacia el sofá del salón. Además, han apuntado que las casa del procesado se encontraba «llena» de fotos de acusado con menores «en actitudes cariñosas».

La declaración de los menores se ha producido a puerta cerrada por petición de la Fiscalía. Los informes de la Fundación Márgenes y Vínculos, encargada del examen de las víctimas, concluyen tras la exploración de las mismos que sus relatos son creíbles y la sintomatología que presentan es compatible con violencia sexual infantil.

El caso se descubrió en agosto de 2019 cuando la Policía Nacional tuvo que intervenir después de que un grupo de menores arrojara huevos contra la fachada del domicilio del acusado. A partir de aquí, y tras tomar declaración a los implicados, surgieron las acusaciones sobre el individuo que este lunes se ha sentado en el banquillo de los acusados de la Audiencia de Jaén.