Juanma Moreno sospecha de la «llamativa pérdida de peso» de Andalucía en el nuevo Gobierno de Sánchez

La exvicepresidenta primera, Carmen Calvo, y el exministro de Justicia, Juan Carlos Campo (EUROPA PRESS).
La exvicepresidenta primera, Carmen Calvo, y el exministro de Justicia, Juan Carlos Campo (EUROPA PRESS).

La remodelación del Gobierno anunciada este sábado por Pedro Sánchez deja siete nuevos ministros y algunas suspicacias en el presidente de la Junta, Juanma Moreno, que ha denunciado la «llamativa pérdida de peso» de Andalucía en el nuevo Ejecutivo central.

El líder andaluz se ha referido así a las salidas de Carmen Calvo -hasta ahora vicepresidenta primera y ministra de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática del Gobierno- y de Juan Carlos Campo -el ya exministro de Justicia-, relegados ambos por Pedro Sánchez.

Tras dichos ceses, Juanma Moreno ha calificado de «llamativa» la «pérdida de peso de Andalucía en el nuevo Gobierno de Sánchez». En redes sociales, el presidente autonómico ha recalcado también que «la crisis llega sin que se nos haya aclarado aún a las comunidades autónomas el reparto de los fondos europeos. Espero que esto no suponga un nuevo retraso», ha sostenido.

 

Campo, el ministro de los indultos

El hasta ahora ministro de Justicia Juan Carlos Campo (Osuna, 1961) abandona el departamento después de haber permanecido en él sólo un año y medio, y dejando pendientes la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), la reforma del delito de sedición -uno de sus retos de legislatura- y tras materializarse la salida de prisión de los líderes independentistas del ‘procés.

Juan Carlos Campo fue nombrado ministro de Justicia en enero de 2020, cuando se conformó el nuevo Gobierno de coalición de PSOE y Unidas Podemos tras las elecciones generales de noviembre de 2019. Era el segundo intento de conformar un Ejecutivo para el presidente socialista que en los comicios de abril se resistió a llegar a La Moncloa de la mano de la formación morada.

Antes de hacerse con esa cartera ministerial, Campo fue portavoz de Justicia del Grupo Parlamentario Socialista en el Congreso en las últimas tres legislaturas y además, llegó a Justicia conociendo la casa ya que fue secretario de Estado de Justicia entre 2009 y 2011 durante el último gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Además, de 2001 a 2008 este jurista fue vocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

Precisamente la renovación de ese consejo, que se arrastra desde finales de 2018, era uno de los grandes retos que debía abordar cuando recogió la batuta del ministerio de manos de la actual fiscal general del Estado (FGE), Dolores Delgado. Pero si bien la tarea se antojaba posible dada la buena sintonía con el secretario de Justicia e Interior del PP, Enrique López, Campo se ha encontrado con trabas que le han impedido cuajar un acuerdo en la primera mitad de la legislatura.

Se da la circunstancia de que hace tan sólo dos días la Comisión Europea reiteraba a España la necesidad de renovar el CGPJ, en la actualidad presidido por Carlos Lesmes, fruto del pacto entre Gobierno y oposición, y urgía a poner en marcha una reforma sobre su composición para garantizar que sus miembros sean elegidos por los propios jueces.

Se marcha también dejando pendiente la renovación de cuatro miembros de los 12 que conforman el Tribunal Constitucional que corresponde elegir al Congreso, cuyo mandato de nueve años concluyó en noviembre de 2019. Hace meses que el presidente del Alto Tribunal, Juan José González Rivas, ya comunicó a la presidenta de la Cámara, Meritxell Batet, que debía iniciar este procedimiento.

En su tiempo como ministro, el hito más relevante ha sido el de pilotar desde el departamento la desjudicialización del conflicto político con Cataluña, una de las tareas relevantes que le encomendó Sánchez al darle la cartera. Y ese camino culminó el 22 de junio, hace apenas dos semanas cuando el Consejo de Ministros aprobaba los indultos para los nueve condenados por sedición y malversación en el ‘procés’ independentista en Cataluña que todavía seguían en la cárcel.

Por otro lado, Campo deja sin hacer una de sus medidas bandera desde el inicio de la legislatura, la reforma de los delitos de sedición y rebelión en el Código Penal. Si bien llegó a decir que antes de que acabara 2020 estaría hecho al menos el de sedición, lo cierto es que hasta la fecha no se ha realizado ninguno. Esta modificación habría afectado al expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont si fuese finalmente juzgado.

Durante su corto mandato, el Ministerio de Justicia también anunció que estudiaba la posibilidad de reformar los delitos de enaltecimiento del terrorismo, contra los sentimientos religiosos y de injurias a la Corona dentro del Código Penal para que no fueran castigados con penas privativas de libertad. El anunció se hizo en febrero de 2021 tras la entrada en prisión del rapero Pablo Hasél por orden de la Audiencia Nacional.

Campo indicó que estudiaban reformar los delitos «más controvertidos» comprendidos en lo que comúnmente se denominan «delitos de expresión» como son el delito de enaltecimiento del terrorismo y humillación a las víctimas, el delito de odio, los delitos de injurias a la Corona y a otras instituciones y los delitos contra los sentimientos religiosos.

Calvo deja de ser la nº2 de Sánchez

La hasta ahora vicepresidenta primera y ministra de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Carmen Calvo (Cabra, 1957), dejará de ser desde este sábado la ‘número dos’ del presidente Pedro Sánchez en el Gobierno, y sale del Consejo de Ministros tres días antes de aprobar su ley estrella, en la que lleva trabajando más de un año: la ley de memoria democrática.

Asume su puesto, como ministro de la Presidencia y coordinador del Gobierno, Félix Bolaños. El hasta ahora secretario general de la Presidencia es una de las personas de más confianza de Sánchez en Moncloa y también en el PSOE. Prueba de ello es su implicación en la decisión más relevante que ha tomado el Gobierno, como es la de los indultos a los condenados del ‘procés’. También es el principal interlocutor con el PP, y el encargado de la negociación frustrada para renovar el Consejo General del Poder Judicial.

La dirigente socialista asumió la Vicepresidencia primera cuando el líder del PSOE llegó a la Moncloa en junio de 2018, tras triunfar la moción de censura contra el presidente Mariano Rajoy. Después, tras ganar las elecciones en 2019, el jefe del Ejecutivo la mantuvo como ‘número dos’.

Sánchez se desprende así de la que fue una de sus principales apoyos en su campaña para volver al liderazgo del PSOE en 2017, después de haber sido descabalgado de la secretaría general del partido el 1 de octubre de 2016, por negarse a permitir la investidura de Rajoy.

El presidente premió ese apoyo, primero, nombrándola en 2017 secretaria de Área de Igualdad de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE, y después, con la Vicepresidencia Primera de su Gobierno cuando llegó a Moncloa en 2018.

Durante estos tres años en Moncloa, Calvo ha sido la principal encargada de coordinar el trabajo de todos los Ministerios y diseñar el plan normativo y, con ello, la responsable también de lidiar en la mayoría de los casos con Unidas Podemos y sus presiones y de proteger a Sánchez de las polémicas.

De hecho, Calvo deja el Gobierno tras perder hace dos semanas la gran disputa en la que llevaba inmersa desde hace medio año con la ministra de Igualdad, Irene Montero, por el contenido de la Ley Trans, que finalmente incluye la libre autodeterminación de género, en contra de sus deseos. Calvo y Montero también se enfrentaron en febrero de 2020, por la conocida como ley del ‘sólo sí es sí’.

La hasta ahora vicepresidenta se va tres días antes de que llegara al Consejo de Ministros su proyecto de ley de memoria democrática, el principal compromiso de legislatura del departamento que ahora deja en manos del hasta ahora secretario general de la Presidencia, Félix Bolaños.

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