Ceuta incide en la prohibición de la Pascua Islámica pese a las graves amenazas musulmanas
El Gobierno de Ceuta, que dirige el popular Juan Vivas, ha incidido en la prohibición de la denominada Pascua Islámica que se celebra cada año en la Ciudad Autónoma y que aúna a unos 16.000 fieles musulmanes, que sacrifican cerca de 5.000 animales. Así, pese a las amenazas que han llegado incluso al propio consejero de Sanidad de Ceuta, el coronavirus también se llevará por delante una de las principales celebraciones del Islam. El motivo, según ha esgrimido el líder del PP en la ciudad del Norte de África: «Es de alto riesgo».
Juan Vivas ha dejado claro este martes en la Asamblea autonómica que el próximo 31 de julio en la ciudad «excepcionalmente» y debido a la pandemia del coronavirus Covid-19 no se permitirá dar muerte a animales con motivo de la Pascua islámica del Sacrificio, jornada en la que la comunidad musulmana local suele degollar en casas, carpas y la calle a unas 5.000 cabezas de ganado en la mayor festividad de su calendario anual.
El Ejecutivo local se apoya en varios informes sanitarios que han tipificado como «de alto riesgo» para la propagación del coronavirus la celebración de una fiesta en la que podrían generarse concentraciones de hasta 16.000 personas.
Durante una Sesión Plenaria extraordinaria convocada a petición de varios grupos de la oposición, Vivas ha incidido en que «no estamos tomando ninguna decisión política, sino respaldando a los facultativos independientes que consideran que existe un alto riesgo en el ritual del Sacrificio». «No habrá carpas en las calles, no se permitirá sacar animales de los cebaderos si no son con destino al matadero y este estará cerrado», ha resumido el presidente, que ha dejado claro que la Pascua islámica «seguirá siendo festivo en el calendario laboral y seguirá celebrándose en años venideros con las medidas adecuadas para hacerlo con todas las garantías».
El líder de la oposición en la Asamblea, el socialista Manuel Hernández, y la portavoz del MDyC, Fatima Hamed, han coincidido en recalcar que la de Eid Al Adha «es una celebración familiar, no una verbena», y han echado en falta más «voluntad política» en el Gobierno del PP para organizar un «protocolo» que hubiese permitido permitir los sacrificios «con seguridad».
Ambos han cuestionado, como el líder de Caballas, Mohamed Ali, la existencia de una verdadera apuesta por «la convivencia y la concordia» en el Ejecutivo de Vivas, al que han reprochado que se apoye para completar su mayoría en la Asamblea en Vox, cuyo presidente, Juan Sergio Redondo, se ha limitado a decir que el debate sobre la Pascua del Sacrificio debe ceñirse al ámbito «de la Salud Pública».
El consejero de Sanidad, Javier Guerrero (PP), ha asegurado que tanto el ministro Salvador Illa como los técnicos de su departamento y otras Autonomías han respaldado y secundado la suspensión de las actividades públicas de la Pascua musulmana porque «estamos ante un problema de protección de la salud que prima por encima de cualquier acto religioso o cultural».
El propio Javier Guerrero denunció haber sufrido amenazas por la prohibición de la Pascua islámica del Sacrificio, por razones obvias en medio de una crisis sanitaria. «Es una cuestión sanitaria, no política ni religiosa, aunque algunos se han encargado de confundirlo todo sin escrúpulos y gracias a ellos estoy amenazado«, ha reprochado.
La delegación de la Comisión Islámica de España ha firmado un acuerdo con el Gobierno de Ceuta en el que ambas partes se comprometen a constituir de manera inmediata un grupo de trabajo para establecer «las condiciones, medidas y resoluciones que deberían adoptarse para garantizar, a partir de 2021, la celebración del Ritual del Sacrificio (Eid Al Adha), con sujeción a la legislación vigente».
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