Pobre Catalunya

Pobre Catalunya
Joan Guirado

La política catalana últimamente da mucha vergüenza. Inflaman todos, los que ponen y los que quitan los lazos. Los que dicen querer ser una República y se arrodillan ante todo y los que dicen llevar años buscando una solución pero que no han hecho más que tomar decisiones erróneas, desde el recurso de Estatut al Constitucional y el posterior ‘apoyaré’ lo que al final quisiera Alfonso Guerra. Todos, sin distinciones, se están cargando una de las regiones más potentes del sur de Europa.

Ahora vendrán elecciones y todos nos querrán hacer creer que nos van a traer la solución, pero mentira. Lo único que les interesa son nuestros votos, nuestra arma más poderosa. Cuatro miserables votos que les permitan ocupar un escaño y tener un sueldo nada menospreciable durante los próximos cuatro años. Y durante ese tiempo volverán a la política barriobajera de los últimos años, hasta que les toque pedir el voto otra vez y parezca que son la salvación. Nos utilizan como quieren y hacen de la política, el peor y más lamentables de los espectáculos. Se pasan las primarias por donde les parece para poner amigos, familiares o abogados que no han cobrado en las listas para que vivan del cuento.

Para que griten un poco, den el espectáculo, puedan hacer ver que luchan por algo y no acaben haciendo nada porque o el gobierno o la oposición no les deja.En Catalunya todo eso lo piensan cuatro. Los cuatro de siempre. Y ahí es donde Quim Torra ha caído en el mismo error que en su día lo hicieron Carles Puigdemont y Artur Mas: mantener a los mismos asesores de siempre. Los que llevan una década cobrando más de 60.000 euros, los que vendieron a Mas primero al PP, luego al PSOE y finalmente a la CUP, los que llevaron a Puigdemont al buscar refugio fuera de España y a buenos hombres como Oriol Junqueras, Josep Rull o Dolors Bassa a prisión y los que llevarán a Quim Torra a ser visto como un traidor mientras responde ante la justicia.Por culpa de ellos, y daré nombres, estamos hoy aquí. Por culpa de Francesc Homs, Jordi Cuminal, Lluís Corominas, Jordi Moreso, Joan María Piqué, Víctor Cullell, Laura Costa, Jordi Cabrafiga… ellos son los culpables que hoy tengamos en prisión a parte de los gobernantes catalanes.

Ellos, que no se han manchado las manos, que han continuado cobrando sueldo público, que hoy son muy ‘indepes’ pero mañana ya, igual hay que serlo un poco menos si se pone en riesgo la paguita… Son el verdadero cáncer de la política catalana, el que desgasta por dentro a los gobernantes que están en el poder y que los usan a su antojo para mantener sus cargos. Aquello de tener el enemigo en casa.Pobre Catalunya. Lo que ha sido y en lo que está quedando. Y lo difícil que va a ser reconducir la situación. Con una sociedad anestesiada por unos y otros, que se cree los cuentos de hadas de los independentistas y los cuentos del miedo de Ciudadanos y el Partido Popular, necesitamos más que nunca recuperar la reflexión, pensar en qué nos hemos equivocado todos, en que podemos mejorar sin renunciar a nuestras ideas y en volver a dignificar el valor de la palabra política.

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