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Ni Tenerife ni La Graciosa: la minúscula isla canaria que pocos turistas visitan y sólo tiene 1 habitante oficial

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Playa de La Concha en la Isla de Lobos. Foto: Turismo Fuerteventura
  • Ana López Vera
  • Máster en Periodismo Deportivo. Pasé por medios como Diario AS y ABC de Sevilla. También colaboré con la Real Federación de Fútbol Andaluza.

En el archipiélago canario, alejado de Tenerife y de la creciente popularidad de La Graciosa, hay un islote que ofrece un escenario natural salvaje. Su aislamiento y belleza hacen de este lugar un refugio para quienes buscan la esencia más pura de Canarias.

Además, su reducido tamaño y el acceso limitado refuerzan su carácter exclusivo. Con sólo un habitante censado, se ha convertido en un símbolo de soledad y autenticidad. ¿Quieres saber cuál es?

Isla de Lobos: así es la ‘isla canaria’ más pequeña

La Isla de Lobos es un diminuto pedazo de tierra que se encuentra al norte de Fuerteventura, a dos kilómetros de Corralejo. Administrativamente pertenece al municipio de La Oliva, en la provincia de Las Palmas.

Su superficie es de aproximadamente 4,5 kilómetros cuadrados, bordeada por casi 14 kilómetros de costa, lo que le otorga un carácter íntimo y exclusivo en comparación con las islas mayores del archipiélago.

Lo más curioso es su población: según informa RTVE, según el censo de 2021, sólo una persona reside de manera oficial en toda la isla. En años anteriores, como 2017, se registraban hasta cuatro habitantes, todos descendientes de Antoñito, el histórico farero de la isla. Este detalle convierte a la Isla de Lobos en uno de los territorios más solitarios de España.

Historia milenaria y naturaleza singular de la Isla de Lobos

El nombre del islote remite a los lobos marinos o focas monje que habitaron la zona en tiempos pasados. Estos animales, hoy en peligro de extinción, eran cazados por los pescadores locales debido a la competencia por los recursos marinos.

Actualmente, existen iniciativas de conservación y reintroducción para preservar esta especie en su hábitat original. Una estatua en la isla recuerda a estos antiguos habitantes.

La historia humana de la isla se remonta a la época romana, cuando se establecieron asentamientos industriales orientados a la extracción de tinte púrpura de caracoles marinos.

Más tarde, se convirtió en refugio de piratas hasta que se construyó el Faro de Punta Martiño en 1860, inaugurado en 1865, que marcó el inicio de la presencia estable de personas en el islote.

Cómo visitar la Isla de Lobos y qué hacer allí

La Isla de Lobos, declarada Espacio Natural Protegido y parte de la Reserva de la Biosfera de Fuerteventura, mantiene regulado su acceso para proteger su frágil ecosistema. Desde 2019, los visitantes necesitan un permiso del Cabildo de Fuerteventura, y solo se permite el ingreso de 200 personas al día.

Estos son los principales atractivos de este islote canario:

  • Sendero circular de la isla: permite recorrer los puntos más destacados en unas dos horas.
  • Volcán de la Caldera: desde su cima se observan Lanzarote y las Dunas de Corralejo.
  • Faro de Punta Martiño: es un lugar emblemático vinculado al famoso Antoñito el farero.
  • El Puertito: hay pequeñas lagunas de agua turquesa rodeadas de formaciones volcánicas y antiguas casas de pescadores.
  • Restos históricos: puedes ver hornos de cal y salinas, vestigios del pasado económico de la isla.

Para llegar, se puede tomar un ferry desde Corralejo (20 minutos), un catamarán o un watertaxi (10 minutos). La isla también cuenta con un pequeño restaurante gestionado por la familia de Antoñito, ofreciendo platos locales en un ambiente único y aislado.

Visitar la Isla de Lobos es sumergirse en un paisaje casi virgen, donde la tranquilidad y la naturaleza se combinan para ofrecer un retrato auténtico de Canarias, muy alejado del turismo masivo de sus islas más famosas.

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