A menos de 1 hora de Barcelona y avalada por ‘National Geographic’: la playa que te sorprenderá

Altafulla, un encantador pueblo en la provincia de Tarragona, ha captado la atención de National Geographic por su atractivo singular. Éste pintoresco municipio, que combina una rica herencia histórica con una belleza natural impresionante, es un destino ideal para disfrutar de unos días de vacaciones en familia. Situado entre montañas y el mar Mediterráneo, Altafulla alberga una serie de monumentos que merece la pena conocer, como su castillo medieval. El núcleo medieval amurallado, declarado Bien Cultural de Interés Nacional, ofrece a los visitantes un viaje a través del tiempo con sus calles empedradas y casas históricas que narran historias de marqueses y leyendas locales.

Entre sus puntos de interés se encuentran la iglesia de Sant Martín, de estilo fortificado, y el Museo Etnográfico, que ofrece una visión del pasado agrícola de la región. Las fiestas locales, como la Noche de las Brujas, que revive antiguos relatos de brujería mediante correfocs y rituales mágicos, también destacan en el calendario local. La leyenda de las brujas de Altafulla, que aparece relejada en el libro de Antoni Gelabert, afirma que estas hechiceras realizaban rituales en la playa y residían en la Vila Closa. Las vasijas en los tejados, una tradición local, recuerdan las antiguas creencias y. National Geographic resalta a Altafulla por su mezcla única de historia, naturaleza y misticismo, invitando a los viajeros a descubrir un lugar donde la realidad y la magia se entrelazan de una manera fascinante.

Playa de Altafulla

Con la llegada del verano y las crecientes olas de calor, muchos buscan refugio en lugares frescos y agradables. Mientras se debate si es mejor la playa o la piscina, para quienes prefieren la playa, se recomienda visitar una de las más destacadas de Cataluña según la prestigiosa revista National Geographic.

La playa de Altafulla, ubicada en Tarragona, destaca como una de las mejores playas de Cataluña para el verano de 2024. Esta extensa playa en la Costa Dorada ha recibido la bandera azul, un reconocimiento otorgado a playas que cumplen altos estándares de calidad en higiene, servicios y cuidado ambiental.

En la playa de Altafulla, se puede disfrutar de un paseo marítimo flanqueado por casas de pescadores y pasear el casco antiguo del municipio cercano, que conserva su esencia medieval. La playa, de carácter urbano, cuenta con todos los servicios necesarios para la comodidad de los visitantes y ofrece accesibilidad para todos.

Además, se encuentra cerca de la Cala Jovera, otra playa recomendada por la revista, separada por una fortificación histórica. La Cala Jovera, conocida por sus aguas turquesas y arena dorada, es una de las calas más pintorescas de Cataluña, aunque su acceso puede ser algo complicado.

Características

La playa de Altafulla se encuentra en la provincia de Tarragona, al norte de la ciudad. Éste extenso arenal, de poco más de un kilómetro de largo, está flanqueado por el paseo marítimo Botigues de Mar, que presenta una serie de casas blancas del siglo XVIII que antiguamente servían a los pescadores.

Aunque la playa no es muy ancha, su arena dorada y suave proporciona una experiencia placentera. Está equipada con multitud de servicios, incluyendo accesos adaptados, un puesto de socorrista, duchas y alquiler de tumbonas. La bandera azul ondea en la playa, certificando la alta calidad de sus aguas, que son tranquilas y cristalinas.

Cerca de la playa se encuentra el Club Náutico, donde se pueden practicar deportes acuáticos como kayak, windsurf y paddle surf. Una actividad destacada es caminar por la playa o el paseo hasta el castillo de Tamarit, una fortaleza románica del siglo XI, declarada Bien de Interés Cultural en 1988. Además, la zona ofrece miradores con vistas panorámicas de la playa y el castillo, y desde el mirador del paseo del Fortí se puede acceder a rutas de senderismo.

Castillo de Tamarit

El Castillo de Tamarit destaca por su imponente construcción en la cima de una colina que domina el Mediterráneo. Su historia se remonta al siglo XI, cuando comenzó a ser un punto estratégico bajo el dominio de varios señores hasta el siglo XIII.

En el interior del castillo se hallan vestigios de la iglesia parroquial, la abadía, las residencias de los señores de la época y la plaza de la iglesia. Las entradas y salidas se realizaban a través de cuatro portales, aunque hoy en día sólo se conservan el portal de Mora y el de la Cruz.

En su época, Tamarit fue un puerto crucial, marcando la frontera entre las zonas de Cataluña bajo control cristiano y musulmán. Sin embargo, en el siglo XVIII, el castillo sufrió un grave deterioro debido a las guerras napoleónicas, saqueos, epidemias y problemas financieros.

Hoy en día, el Castillo de Tamarit no sólo es un monumento histórico que refleja la rica herencia de Cataluña, sino también un escenario mágico ideal para eventos, que combina su imponente arquitectura con el esplendor del entorno natural.